martes, 14 de marzo de 2017

POR EL ABANDONO A LA PAZ

Perdonar es recordar sin rencor y que mejor oportunidad para poner en práctica este concepto, durante esta semana, para perdonar a todos, a la vida, a todas las cosas, a todas las personas y sobre todo a nosotros mismos.

Ser artesanos del perdón implica, en primer lugar, que cada bautizado reconozca humildemente las culpas cometidas en diversos ámbitos y se acerque a la fuente del perdón que no tiene límites en acogernos en sus brazos, para que Jesús venga, sane, restaure y dignifique todo aquello que en nosotros tiene que cambiar.

En segundo lugar, somos llamados a ser dadores de perdón y a ofrecer el perdón a nuestros enemigos «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mt 6, 12). La misericordia en la víctima se llama perdón, y el perdón sana en primer lugar a quien lo otorga; lo libera de las ataduras a las que condena el sufrimiento sin sentido; le quita al victimario el poder de conservar encadenada a su víctima; y, sobre todo, le entrega a Dios con humildad la suerte del opresor.


El compromiso es ser buenos instrumentos del perdón de Dios Padre y ayudar a todo aquel que quiera sanar su corazón y emprender el camino del perdón con el Señor, consigo mismo, con la naturaleza y con los demás. De esta manera, haremos vida las palabras del evangelio, «Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia» (Mateo 5, 7), y habremos entendido que la misericordia es la humanidad de Dios y es también el porvenir divino del hombre, porque como decía San Basilio el Grande: «Te asemejas a Dios por la misericordia hacia el próximo».

Servirán para que dejemos todo el pasado en el pasado, porque puede afectar significativamente nuestro presente y nuestro futuro, y es importante dejar ir las cosas que ya no se pueden cambiar y para que todo lo que nos hayan hecho las personas que amamos y lo que nosotros les hemos hecho, no afecte nuestro presente con ellas, ni nuestro futuro. Además para perdonarnos nosotros y ser felices, para ver los diferentes colores que tiene la vida con Dios en ella.

Los mensajes que escuchamos las semanas 3 y 4, eran sobre la fe, en la semana anterior especialmente vimos a Maria como mujer de fe. María es un modelo de fe y vida, por eso Dios la escogió para ser la madre de Jesús!. También ella fue peregrina, porque caminó, entre penumbras y silencios de Dios en su vida:

- Ante el anuncio del embarazo (y enfrentando posiblemente la muerte por no ser casada en ese momento) ella dijo: “hágase en mi”.

- Herodes quería asesinar a todos los recién nacidos que podían ser el rey que anunciaban los profetas, y tubo que huir junto a José al desierto!. Dando a luz en un establo! (y su vida nunca se le fue todo dado) …. Su familia completa veía los designios de Dios, buscaban y encontraban!. Peregrinaban y ante los acontecimientos de la vida, Dios les fue ayudando y guiando.

- Perdió a su Hijo en el templo, y al encontrarlo ni le sorprende la respuesta de Jesús, callaba y meditaba en su corazón. 

- Ella fue siempre una peregrina, una servidora, nunca una diosa!… ella era una mujer con humildad, y sobre todo con fe. Meditando todo en el silencio de su mente y su corazón, para descubrir la voluntad de Dios! Diciendo “Hágase Tu voluntad” siempre.

- Ante el primer milagro de Jesús, María da el mejor consejo que todo cristiano puede hacer “hagan lo que Él les diga” … (personalmente creo que Maria no es intercesora, en la Biblia únicamente se usa esa palabra de “interceder” ante Dios Padre, sólo con Jesús o el Espíritu Santo, que por cierto nos ama! y si alguien nos ama, no necesitamos intermediarios entre Él y yo. Puedo tener la suficiente confianza de acercarme, hablarle o de pedir cosas a quien me ama).
El mensaje anterior habló también de la imagen de uno mismo, que se puede volverse demasiado inflada y aureolada, y esa imagen o “amor propio” puede volverse “la tirana de la casa” (de nuestra mente y corazón), ya que puede esclavizarnos a “nunca perder” ninguna batalla y nos engaña creyendo que lo merecemos todo! (admiración, fama, alabanzas, etc.) y a veces aún a costa de otras personas o de Dios mismo … en el momento que nos quitemos del trono y se lo demos a Dios, y todo el honor y la gloria sólo a Él, ese es el momento en el que tendremos libertad y paz. Y por eso María, puede ser posible que no tuviera nunca ese “yo” o ego, y se piensa que era una mujer que se creía sin derechos, por eso nada podía perturbarla, nada podía herirla o golpear su estabilidad emocional! Y el mensaje nos dice “una pobre de Dios, es una mujer invencible” , diciendo “yo soy la sierva del Señor, que haga en mí lo que quiera!” y con esa serenidad y elegancia de su “hágase” nace el evangelio en su corazón! Aceptando en ese momento la voluntad de Dios, nos dió a Jesús! Y fue la primer evangelizadora (llevando a Jesús a quien lo necesita!)

- Ella respondió con silencio al silencio de Dios y al desastre del calvario que ve ante sus ojos, ella respondió con el “hágase” (porque sabía que Dios es todopoderoso! ….Sabía! No sentía! La fé es saber!)

- Vio a su hijo ser torturado  y ser crucifiado, y en su mente siempre estuvo presente la palabra del Ángel “se llamará Jesús y será Rey, y su reino durará para siempre” … las escrituras no registran a una madre desconsolada llorando, sino que muestran a un hijo en la cruz preocupado por su madre, que en ese entonces no podía heredar la tierra de su marido (quizás ya difunto) ni la de su hijo! Y por eso Jesús aún muriendo, es un buen hijo, y la deja como madre a otro amigo y discípulo!

- Y ella muy señora de si misma, le cree a Dios, y sabe que Dios hará. Y espera la voluntad de Dios ante los hechos que ven sus ojos, “junto a la cruz de Jesús, estaba a sus pies su madre”, y sabía que Dios permitía eso por algo. Bienaventurados los que en la oscuridad creen en la luz.

SOBRE LA PRACTICA SEMANAL ANTERIOR

Utilizamos un tiempo para retirarnos a la soledad y dedicarnos a orar:

- Silenciar la mente y el cuerpo
- Invocar nuestra ayuda: el Espíritu Santo
- Leer la lectura diaria de la Biblia que se indicó o la que Dios nos muestra si hemos visto alguna señal (Dios, mi Padre, me habla a mi) ¿qué me dice A MI?
- Practicando la modalidad de oración de cada semana (yo hablo a Dios)

Hagamos esto un tiempo sagrado, que dure al menos 30 minutos!

¿Cómo te fue en la Práctica de Oración?
¿Qué te dijo Dios a ti en las lecturas de la Biblia?
¿Cómo te ejercitaste en la oración visual?
¿Cómo te fue en la vivencia en el espíritu de María toda la semana? 
Pasara lo que pasara, dijístes: “hágase”.

Si vamos viviendo cada semana, Dios nos va a ir llevándolo, y por ejemplo las dos ultimas semanas han sido de fe, y probablemente estemos experimentando pruebas de fe (porque no viene por arte de magia, sino con problemas y dificultades hasta que aprendamos a tener fe en Dios!)
Y en mi vida he aprendido que si yo meto mano tratando con mis medios de “influir”, de “forzar”, o “conseguir” cosas de mi vida, mi trabajo, mis negocios, etc. probablemente arruino el trabajo que Dios venia haciendo! … si algún negocio no se hizo, es por algo! Pero debemos darle el control a Dios y saber que Él tiene el control! Eso es tener fe, y seguir sus señales, porque probablemente a la vuelta de la esquina esta el negocio de nuestros sueños! (y así en todo aspecto de nuestra vida), Dios es bueno! Y sus obras superan nuestras expectativas! Pero debemos saber que vendrá y esperar (no cruzados de brazos, sino peregrinando! Trabajando! Manteniéndonos a su lado! Y alerta de sus señales y su guía! Y un día llegará!)

Si nosotros nos conformamos, o forzamos cosas para que “sucedan”, probablemente no van a superar nuestras expectativas y vamos a tener los frutos humanos que creo que distan mucho de ser “perfectos”…. Aunque si ya tomo decisiones importantes en su vida que no han salido como usted quería (un negocio, un matrimonio) o está en una situación en que usted no tuvo absolutamente opción (como la familia en la que nació) y no es como la quisiera! pues ore  y pídale al alfarero que haga un vaso nuevo de eso o de ellos (Jeremías 18, 1-6) … de su trabajo, de su empresa, de sus padres, de su matrimonio, etc. … sólo recuerde que antes de trabajar en ellos, Dios debe trabajar en usted, en su corazón!

Busquemos al Señor de los milagros! No al milagro!…así nuestra vida será de bendiciones, y esos regalos y añadiduras no solo llegarán, sino que se mantendrán como Dios quiere (según su voluntad!)


Canto 57 del Libro: Cantoral del Tallerista
YO QUIERO SER

Yo quiero ser, Señor amado,
como el barro del alfarero.
Rompe mi vida, hazme de nuevo,
yo quiero ser un vaso nuevo.


Objetivo: Hacer más fácil decirle a Dios: hágase tu voluntad.

Comenzamos siempre con lo más importante diciendo:

Te pido Señor tu presencia y ayuda, 
iniciando esta lectura y 
atención en el nombre del Padre, 
del Hijo y del Espíritu Santo.


Ejercicio de Silencio Interior: 
Relajación general del cuerpo

En soledad, dispongámonos a silenciar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro corazón, con los ojos cerrados y haciendo ejercicios de respiración lenta por 2 minutos.

Siéntese cómodo en un sofá, o en una silla, el cuerpo recto, la cabeza también, los brazos y las manos caídos, sueltos, sobre las rodillas. Suelta de un golpe todo el organismo, respira sereno, inunda de silencio y tranquilidad tu interior. Debes sentirte dueño de ti mismo poniéndote sensible y receptivo en tu interior.

Mantén vacía la mente cuando puedas, vacíala de toda imagen o pensamiento, durante todo el ejercicio.
Instálate tranquilo y concentrado en tu brazo derecho, siéntelo sensible y caliente. Tensa enérgicamente y suelta en seguida los dedos de la mano en diferentes movimientos hasta apretar el puño.

Al mover los dedos percibe en el interior del brazo el movimiento de los cables conductores de la corriente nerviosa. Estira completamente el brazo varias veces y suéltalo en seguida. Estira también el brazo derecho. Finalmente, deja quieto el brazo, siéntelo pesado, relajado, descansado. Pasa luego al brazo izquierdo y haz lo mismo.
Ahora, a la pierna derecha, siéntela tuya, aprieta los dedos y suéltalos varias veces, gira el pie en torno al tobillo en todas las direcciones, estira con fuerza y varias veces la pierna, deja el pie en el suelo. Haz lo mismo con la pierna izquierda. Siente de un golpe cómo las cuatro extremidades están relajadas, pesadas.

Instálate en tus hombros. Tranquila pero enérgicamente estíralos en todas direcciones, al mismo tiempo uno hacia arriba y otro hacia abajo. Encógelos fuertemente hacia arriba y déjalos caer por completo. Piensa en tu frente, frunce el ceño, estira la piel varias veces y suéltala hasta que la frente quede tersa, relajada. Deja caer los párpados, siéntelos pesados. Cierra serenamente los ojos, concéntrate en ellos, suéltalos, aflójalos una y otra vez, cada vez más, siéntelos pesados como si tuvieras un profundo sueño.

Concéntrate en la nuca. Inclina la cabeza hasta tocar con la barbilla en el pecho lo más posible, sintiendo cómo se sueltan los músculos y nervios de la nuca. Luego, echa la cabeza hacia atrás, lo más atrás posible. Repite varias veces esta flexión. Inclina la cabeza hacia el hombro derecho todo lo que puedas, gírala suavemente por atrás, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, cuanto más cerca del hombro mejor. Sólo tiene que moverse la cabeza no los hombros, alternando los movimientos laterales de la cabeza con los verticales, sintiendo cómo se sueltan todos los músculos. Para terminar, quédate quieto, advirtiendo como la periferia corporal es como un mar en calma.


Oración 31 del Libro Encuentro - Manual de oración: 
ACTO DE ABANDONO 

En tus manos, oh Dios, me abandono. 
Modela esta arcilla, 
como hace con el barro el alfarero. 
Dale forma, y después, si así lo quieres, 
hazla pedazos. 
Manda, ordena. “¿Qué quieres 
que yo haga? 
¿Que quieres que yo no haga?.

Elogiado y humillado, perseguido, 
incomprendido y calumniado, 
consolado, dolorido, inútil para todo, 
sólo me queda decir a ejemplo de tu Madre: 
“Hágase en mi según tu palabra”. 

Dame el amor por excelencia, 
el amor de la Cruz; 
no una cruz heroica, que pudiera satisfacer 
mi amor propio; 
sino aquellas cruces humildes y vulgares, 
que llevo con repugnancia. 
Las que encuentro cada día 
en la contradicción, 
en el olvido, el fracaso, en los falsos 
juicios y en la indiferencia, 
en el rechazo y el menosprecio de los demás, 
en el malestar y la enfermedad, 
en las limitaciones intelectuales 
y en la aridez, en el silencio del corazón. 

Solamente entonces Tú sabrás que te amo, 
aunque yo mismo no lo sepa. 
Pero eso basta. 
Amén. 


PALABRA DE DIOS

La palabra de Dios es luz que ilumina, pan que alimenta, fuego que da calor, camino que guía, es vida eterna. El texto Bíblico es tomado esta semana del libro de Números:

- Dios no manifiesta su voluntad enviándonos avisos por medio de un ángel.

- A veces es difícil descubrirla mientras se desarrollan los hechos, y más bien viendo hacia atrás distinguimos claramente su voluntad (entendiéndola hasta después).

- Vamos a leer una misteriosa narración bíblica en donde una nube simboliza la presencia y voluntad de Dios (donde se detenía la nube, se detenía el pueblo de Israel; si permanecía por largo tiempo, ellos también lo hacían; y cuando avanzaba, ellos también avanzaban. Cumpliendo fielmente la voluntad de Dios!)

Abramos nuestros ojos, nuestras mentes y sobre todo nuestros corazones con la ayuda de Dios, y acojamos estas palabras, anotando en nuestro cuaderno aquellas palabras que más me hablen a mi:

Números 9 (15-23)
La nube sobre la tienda de la alianza

(15) El día en que instalaron el santuario, es decir, la tienda de la alianza, la nube lo cubrió. Y desde el atardecer aparecía sobre el santuario una especie de fuego que duraba hasta el amanecer. 
(16) Así sucedía siempre: de día, la nube cubría la tienda, y de noche se veía una especie de fuego. 
(17) Cuando la nube se levantaba de encima de la tienda, los israelitas se ponían en camino, y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban. 
(18) Cuando el Señor lo ordenaba, los israelitas se ponían en camino o acampaban, y allí se quedaban todo el tiempo que la nube permanecía sobre el santuario. 
(19) Si la nube se quedaba sobre el santuario bastante tiempo, los israelitas detenían su marcha para ocuparse del servicio del Señor. 
(20) Si la nube se quedaba sobre el santuario sólo unos cuantos días, a una orden del Señor se ponían en camino, y a otra orden suya se detenían. 
(21) A veces la nube se quedaba sólo por la noche, y por la mañana se levantaba; entonces ellos se ponían en camino. Lo mismo de día que de noche, cuando la nube se levantaba, ellos se ponían en camino. 
(22) Y si la nube se detenía sobre el santuario un par de días, un mes o un año, los israelitas acampaban y no seguían adelante. Pero en cuanto la nube se levantaba, ellos seguían su viaje. 
(23) A una orden del Señor acampaban, y a otra orden suya se ponían en camino. Mientras tanto, se ocupaban del servicio del Señor, como él lo había ordenado por medio de Moisés.


Reflexión personal:
¿Qué me dice a mi este texto que acabo de leer?

A mi me dice que a su señal debo permanecer en el lugar donde estoy actualmente, no apresurar o forzar ninguna cambio en la ruta o camino, a pesar de estar presentando algunos cambios muy profundos en mi espiritualidad, estilo y concepto de vida sobre como debo vivir mi vida en esta etapa existencial en la tierra, debiendo entonces esperar con un poco de paciencia, su señal para continuar mi camino hacia donde él me lleve, ya que actualmente mi nube se ha levantado para encaminarme al servicio de Dios y me va llevando a otro lugar que aún no sé donde será, pero esa es su voluntad, por lo tanto debo confiar, caminar y seguir orando.


Canto 57 del Libro: Cantoral del Tallerista
YO QUIERO SER

Yo quiero ser, Señor amado,
como el barro del alfarero.
Rompe mi vida, hazme de nuevo,
yo quiero ser un vaso nuevo.



MODALIDAD DE ORACIÓN
Oración de Abandono

Se inicia con un silenciamiento.

Se leen en voz alta idealmente, diferentes frases que representan cosas en nuestra vida, que necesitamos entregar a las manos del Padre!

Al final de cada frase, esperaremos 5 segundos, y luego repetiremos una “oración de abandono” que dice:


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Después quedamos en silencio cerca de 1 minuto, para repetir en nuestra mente de nuevo esa “oración de abandono” las veces que necesitemos, meditando en esos aspectos de nuestra vida que refleja la frase anterior, y sintiendo profundamente la entrega a Dios de esos aspectos que no puedo cambiar.
Al terminar volver suavemente a su estado habitual

Consejos:

* Puede leer las frases y personalizarlas antes de iniciar la práctica.

* Recomiendo poner en una tarjeta la “oración de abandono” que se repetirá después de cada frase.

* Este tipo de oración necesita un silencio real en su mente y su cuerpo para poder llevarse a cabo, por eso se recomienda escuchar el audio del silenciamiento y seguirlo


Pido la ayuda del Espíritu Santo con una oración personal, y después inicio con el SILENCIAMIENTO MENTAL:


Oración 33 del Libro Encuentro - Manual de oración: 
ORACIÓN DE ABANDONO

Padre, 
en tus manos me pongo. 
Haz de mí lo que quieras. 
Por todo lo que hagas de mí, 
te doy gracias. 

Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, 
con tal de que tu voluntad se haga en mí 
y en todas tus criaturas. 
No deseo nada más. Dios mío.

Pongo mi alma entre tus manos,
te la doy, Dios mío, 
con todo el ardor de mi corazón 
porque te amo, 
y es para mí una necesidad de amor 
el darme, el entregarme 
entre tus manos sin medida, 
con infinita confianza, 
porque Tú eres mi Padre. 
Amén. 


Ahora leeré cada frase, y haré la oración de abandono para cada aspecto:

Acepto con paz el hecho de haber tenido en mi vida contrariedades y disgustos.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz las incomprensiones de mis familiares, parientes y conocidos.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de que, después de mi muerte, todo seguirá igual  como si nada hubiera sucedido.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de querer hacer tanto y poder hacer tan poco.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de que con grandes esfuerzos conseguiré pequeños resultados.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de hacer lo que no quiero y de no hacer lo que me gustaría hacer.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

En tus manos deposito lo que debiera haber sido y no fui, lo que debería haber hecho y no lo hice.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz de que pocas cosas yo he hecho por los demás.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de que mis años se pasen tan rápidamente.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de tener que envejecer y tener que morir.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de haber fracasado tantas veces.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz el hecho de no haber acertado en tantas cosas.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Acepto con paz la situación que estoy viviendo y que Tú bien conoces.


Todo lo acepto con amor
Que se haga tu voluntad.
En tus manos me entrego
Con silencio y paz.

Despídase de Dios con un Hágase y un Amén.  
Agradézcale por lo que ha pasado y lo que no ha pasado.



NOTA: 

Si puede dedicar 2 horas de su tiempo, recomiendo escuchar el mensaje más amplio sobre el abandono del Padre Ignacio: Abandono I (7/18) y Abandono II (8/18)



Oración 34 del Libro Encuentro - Manual de oración: 
PACIENCIA

Hijo, 
si emprendes en serio el camino de Dios, 
prepara tu alma para las pruebas que vendrán; 
siéntate pacientemente ante el 
umbral de su puerta 
aceptando con paz los silencios, 
ausencias y tardanzas 
a los que El quiera someterte, 
porque es en el crisol del fuego donde 
se purifica el oro. 

Señor Jesús, desde que pasaste por este mundo 
teniendo la paciencia como vestidura y distintivo, 
es ella la reina de las virtudes 
y la perla más preciosa de tu corona. 

Dame la gracia de aceptar con paz 
la esencial gratitud de Dios, 
el camino desconcertante de la Gracia 
y las emergencias imprevisibles de la naturaleza. 
Acepto con paz 
La marcha lenta y zigzagueante de la oración 
y el hecho de que el camino para la santidad 
sea tan largo y difícil.

Acepto con paz 
Las contrariedades de la vida 
y las incomprensiones de mis hermanos, 
las enfermedades y la misma muerte, 
y la ley de la insignificancia humana, es decir: 
que, después de mi muerte, todo seguirá igual 
como si nada hubiese sucedido. 

Acepto con paz 
el hecho de querer tanto y poder tan poco, 
y que, con grandes esfuerzos, he de conseguir 
pequeños resultados. 
Acepto con paz la ley del pecado, esto es: 
hago lo que no quiero, y dejo de hacer 
aquello que me gustaría hacer. 
Dejo con paz en tus manos lo que debiera 
haber sido y no fui, 
lo que debiera haber hecho y no lo hice. 
Acepto con paz toda la impotencia humana, 
que me circunda y me limita. 
Acepto con paz 
las leyes de la precariedad y de la transitoriedad, 
la ley de la mediocridad y del fracaso, 
la ley de la soledad y de la muerte. 

A cambio de toda esta entrega, dame la Paz, Señor. 


Hacer clic en POR EL ABANDONO A LA PAZ, para ver el video en Youtube (Regalos 40) y escuchar el mensaje en la voz del Padre Ignacio Larrañaga, presentando ideas sobre cómo el abandonarse en las manos al Señor nos da la paz, liberándonos de angustias, tristezas, miedos y ansiedades; y no es un tratamiento psiquiátrico, sino una experiencia de fe y de amor en las manos de Dios

Ideas principales:

Existe un No y un Sí en todo acto de abandono.
A nuestros enemigos los engendramos nosotros, con nuestro miedo y resistencia ante cosas que no podemos cambiar.

Las cosas que tienen solución, se solucionan luchando. Si puedo cambiar el 5% con mi esfuerzo del 100%, debo esforzarme el 100%, y el resto se lo dejo a Dios. Y ante cosas que no tienen solución, debo doblar rodillas y descansar en las manos de mi Padre.

Los que sufren, hacen sufrir queriendo cambiar hechos consumados o pasados, reviviendo las heridas y hechos pasados donde sufrieron, etc.

Lo que se ve y lo que no se ve, es que el Padre respeta las leyes generales de la creación que el mismo determinó, y también el libre albedrío (de buenos y malos), porque se ven las leyes biológicas, psicológicas, cósmicas, y no se ve al Padre, en cuyas manos brotan las cosas esenciales de esa realidad en nuestras vidas, que están detrás, ocultas, invisibles más allá de las apariencias.

La fe, única ventana de salida
No sabemos nada
Acepto con paz todo, hágase Tú voluntad


Anotar en nuestro cuaderno espiritual esas frases o ideas que más nos impacten:

A nadie le gusta estar enfermo, ser víctima de incomprensión, fracasar, morir, pero estas cosas las podemos asumir, no con emoción, pues esto no causa ninguna emoción, sino con silencio y paz, como quien deposita en las manos del Padre una ofrenda doliente, pero fragante con silencio y paz. Por eso hablamos de experiencia oblativa y no emotiva, oblativa porque hay un morir, hay impulsos muy vivos pero muy negativos.

Nosotros usaremos la palabra abandono, palabra muy equívoca, siempre que la pronunciamos surge en los oyentes una serie de desinteligencias. Para algunos abandonarse equivale a pasividad, resignación, fatalismo, cruzarse de brazos. Tenemos que decir desde el primer momento que no se trata de un abandono pasivo sino dinámico, no solo eso, la vivencia del abandono coloca a las personas a su máximo nivel de productividad, de eficacia y potencialidad, dicho esto así de entrada puede chocar, pero ya se puede comprender que si se trata de abandonar lo más negativo del corazón, el resultado será eminentemente positivo.

En todo acto de abandono existe un NO y un SÍ. Porque existe un NO, por eso hablamos de experiencia oblativa, porque hay un morir a los impulsos más destructivos del corazón. NO a lo que yo quería o hubiese querido. ¿Qué hubiese querido?
– Venganza contra ese tipo que me ofendió: NO a esa venganza.
– Resentimiento porque todo me sale mal en la vida: NO a ese resentimiento.
– Vergüenza por ser yo tan poca cosa: NO a esa vergüenza.
– Lástima que hubiese sucedido eso. Eso ya sucedió, es un hecho consumado, no podemos volver atrás: NO a esa lástima.

Y así en el abanico general de la vida vamos diciendo NO, vamos muriendo a todo brote agresivo y negativo del corazón. Ya pueden imaginar que el resultado será eminentemente positivo.

Hacerse amigo de si mismo y de las cosas que nos disgusta se llama RECONCILIACION

Lo que tenga solución, se soluciona . . .  


"Silencio en la mente y Paz en el corazón"


Canto 56 del Libro: Cantoral del Tallerista
YO NO SOY NADA Y DEL POLVO NACI

Yo no soy nada y del polvo nací,
pero tú me amas y moriste por mí.
Ante la cruz puedo exclamar
¡tuyo soy, tuyo soy!


Reflexion

Los acontecimientos no te molestan, tus creencias sí
Te deja el amor de tu vida y tu ánimo se va al suelo, crees que nunca te recuperarás. Luego resulta que tu ex tenía serios problemas de psicopatía y crees que el abandono no estuvo tan mal después de todo. Primero te sentías terrible, luego increíblemente bien. ¿Qué cambió? Tus creencias sobre el mismo hecho.

Si te despiden de un trabajo y creías que era lo mejor a lo que podías aspirar y que nunca conseguirás nada igual, te sentirás devastado. En cambio, si crees que era una porquería y te convences de que era hora de un cambio, sentirás tranquilidad, incluso alivio. De nuevo, la forma en que se ve un mismo hecho altera nuestras emociones respecto a él.

Los estoicos decían que no existen acontecimientos buenos o malos, todo se limita a nuestra percepción de ellos. El mundo que nos rodea es indistinto a nuestras emociones, sólo existe, es objetivo. Los estoicos proponían pensar “esto me pasó” y no “esto me pasó y es malo”. Si te atas a la primera forma de verlo serás más resiliente (capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas), aprenderás a hacer algo constructivo con todo lo que te suceda. Este enfoque es tan bueno que ha sido adoptado en terapias psicológicas para tratar ansiedad, ira o depresión.

Las emociones no son aleatorias; provienen de nuestras creencias, no de lo que nos sucede. La mayoría de las emociones negativas que sentimos surgen de creencias irracionales. Revisar tus creencias te ayudará a superar tus emociones negativas. Shakespeare lo resumió bien al decir: “Nada es bueno o malo hasta que el pensamiento lo decide”.

Controla lo que puedas, ignora el resto
Hay una gran diferencia entre mantenerte en control de ti mismo y querer controlarlo todo, los estoicos la conocían bien. Por ello se hacían constantemente esta pregunta: ¿Puedo hacer algo al respecto?

Si no puedes hacer algo, preocuparte por ello sólo añadirá estrés a tu vida y no solucionará nada. Mucho de lo que nos preocupa suele no estar en nuestras manos.
Enfocarse en aquello que podemos cambiar e ignorar aquello que no depende de nosotros nos hace mucho más productivos y eficaces, además de felices.

La próxima vez que te preocupe algo hazte la pregunta mágica: ¿Puedo hacer algo al respecto? Si sí, hazlo; si no, deja de preocuparte. Si te cuesta trabajo, volver al primer consejo de esta lista puede ayudar. ¿Tu preocupación se basa en una creencia irracional?

Acéptalo todo pero no seas pasivo. 

A muchos nos molesta la palabra “aceptar”, es como si cediéramos ante algo que nos imponen. Nos negamos a aceptar las cosas como suceden y son, vivimos en constante negación.

Muchos recomiendan eliminar de nuestro vocabulario la palabra “debería”. Perdemos la vida señalando como “deberían” ser las cosas y las personas, quejándonos de todo y todos. Las cosas son simple y llanamente como son.
Vivir en negación es abonar nuestras creencias irracionales y, como ya aprendimos, éstas son el origen de las emociones negativas. Hay que aceptar la realidad tal cual es, pero esto no significa que seamos pasivos ante ella.
Para los estoicos aceptar la realidad es el primer paso para decidir qué hacer ante los hechos tal cual son. Nuestras expectativas se desbordan impidiéndonos valorar al mundo en su medida real. Cada giro de tuerca es una nueva oportunidad para descubrir qué nos depara el mundo y hacer lo mejor que podamos con lo que la vida nos va dando.

Escoge a tus maestros.

El mundo está lleno de personas de las que podemos aprender algo, gente que ha atravesado cosas similares a las que enfrentamos, que tienen logros que nosotros quisiéramos para nuestra vida. Basta con acercarse y preguntar.
Seneca dijo: “Nos gusta decir que no escogemos a nuestros padres, que nos los da la fortuna; sin embargo podemos escoger de quién deseamos ser hijos de verdad”.
¿Pero cómo elegimos de entre tantos y tantos a aquellos que podrían ser nuestros mentores? Hay que acercarse a alguien que admiremos profundamente, alguien que nos pueda enseñar eso que deseamos hacer, alguien que nos pueda aconsejar sobre lo que debemos cambiar para ser expertos en eso que se busca dominar. La próxima vez que nos encontremos con un reto, es de gran ayuda preguntarse "¿Qué haría __________ en esta situación?".

Rituales matutinos y vespertinos.

Muchas investigaciones coinciden en la importancia que tienen los rituales al momento de transformar nuestra calidad de vida. Uno por la mañana, para comenzar el día recopilando todo lo que debemos hacer; el otro, en la tarde, para evaluar cómo nos ha ido durante el día, qué nos ha faltado, qué podemos mejorar.
Los estoicos pensaban que un buen ritual matutino era lo ideal. Marco Aurelio se decía: “Hoy la gente a la que te encuentres será...” y comenzaba a enumerar todas las actitudes negativas que podía recordar. Esto no es pesimista sino realista: “Ahora que sé esto, no tomaré nada personal e intentaré comprender por qué la gente actúa así, los perdonaré y amaré”. De esta forma, al terminar el día se puede hacer una revisión de lo que sucedió y pensar cómo mejorar.
Por supuesto, los estoicos no creían en la perfección, para ellos todos éramos un trabajo en marcha, siempre en cambio y siempre con algo nuevo que aprender. Seneca dijo: “Mientras estés vivo sigue aprendiendo a vivir”.

En resumen
Luego de transformar nuestra forma de ver el mundo queda un pequeño paso: ser agradecidos. La gratitud es una de las fuerzas más grandes en el ser humano. En su libro Meditaciones, Marco Aurelio hace una lista agradeciendo a todas las personas que le ayudaron de uno u otro modo. Más adelante escribe: “No te detengas a pensar en las cosas que no posees como si fueran tuyas, cuenta las bendiciones que posees y piensa cuánto las desearías si no fueran tuyas ya”.
Pensar en las bendiciones en nuestra vida es una forma de ejercitar nuestra gratitud que, además nos hará ver lo afortunados que somos y lo poco que necesitamos de algunas cosas que perseguimos por vanidad.
Lo nuevo suele estar sobrevalorado, sólo necesitamos unas cuantas ideas de hace miles de años para acercarnos a la felicidad.


Canto 10 del Libro: Cantoral del Tallerista
CUANDO AYER

Cuando ayer
vi que la gente luchaba
por una tierra de igualdad
me desperté
no era verdad.

Pude ver
que la gente no se amaba ya
y que ya no quería paz.
¡No puede ser
que sea verdad!

Pensé
que ya nunca habría amor y paz.
Soñé
que Tú nos mostrarías la verdad.

Fue así:
Todo el mundo abrió sus puertas
hacia una sociedad mejor.
Ya soy feliz,
hay comprensión.

Señor:
¿Cuánto tiempo esta paz podrá durar
para que ya nunca volvamos a luchar?

Pido paz.



Bendición (Números 6, 24- 26):

El Señor nos bendiga y nos guarde
Ilumine su rostro sobre nosotros,
Y se apiade de nosotros.
Nos muestre su rostro y nos conceda la Paz.


En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.




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