lunes, 10 de julio de 2017

PRÁCTICA SEMANAL - AMAR COMO JESÚS AMÓ (VIDA DE FRATERNIDAD)

El Papa Francisco señaló que otro tipo de pobreza, es la que supone el perder la capacidad de soñar. “Cuando un hombre o una mujer pierde la capacidad de soñar, pierde la capacidad de llevar una pasión adelante”.


I parte de la práctica semanal - Palabra de Dios

Durante la sagrada media hora diaria procurarás analizar y rezar, con la ayuda del cuaderno espiritual y de la pequeña pedagogía, los siguientes textos.


Textos Bíblicos de la semana 12 (uno diario)

Día 1 de la práctica semanal - Palabra de Dios
1 Corintios 13 (1-13)

(1) Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
(2) Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
(3) Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
(4) El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,
(5) no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido,
(6) no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
(7) El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
(8) El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá;
(9) porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
(10) Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
(11) Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño,
(12) pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
(13) En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.

A mi me dice que:
El Amor "cubre todas las cosas" (v. 7). El amor cubre como la protección de un techo, y perdura. Tiene la capacidad para capear las tormentas de la vida. 1 Pedro 4:8 nos recuerda que " Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados." Arroja un velo sobre las cosas. Amor pacientemente y en silencio dura persecución. Lo vemos encarnado en la vida de Jesús cuando estaba ante Pilato y Herodes y "Él no le respondió ni una palabra" (Mateo 27:14).

El amor "todo lo cree" (v. 7). Se nos exhorta a permanecer firmes frente a situaciones desagradables de la vida. Usted no tiene que ser sospechoso y todo el mundo pregunta. Trate de ver las cosas de la mejor manera. No sea ingenuo, pero tenemos fe en los hombres.

El amor "todo lo espera" (v. 9). Es  perseverante y no se rinde fácilmente, incluso cuando no hay esperanza. No se desespera porque es optimista.

El amor "todo lo soporta" (v. 7). Es confiable, nunca falla. Se lleva con paciencia y sobrevive a todo. Jesús soportó la cruz, menospreciando el oprobio, y se mantuvo fiel a la voluntad del Padre. "...  Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente..." (1 Pedro 2:23).


Día 2 de la práctica semanal - Palabra de Dios
1 Juan 3 (18-24)

(18) Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 
(19) En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de El 
(20) en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene; porque Dios es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas. 
(21) Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de Dios; 
(22) y todo lo que pidamos lo recibimos de El, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de El. 
(23) Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como El nos ha mandado. 
(24) El que guarda sus mandamientos permanece en El y Dios en él. Y en esto sabemos que El permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.

A mi me dice que éste es su mandamiento: que creamos y que nos amemos. La garantía más profunda de nuestra sinceridad cristiana está siempre en la autenticidad de nuestra fe, verificada en el amor, como comunión de vida con el Corazón de Cristo, Amor avalado del Padre (Jn 3, 14). 
San Beda dice: «Ni podemos amarnos unos a otros con rectitud sin la fe en Cristo, ni podemos creer de verdad en el nombre de Jesucristo sin amor fraterno... Que Dios sea tu casa y que tú seas la casa de Dios; habita en Dios y que Dios habite en ti. Dios habita en ti para apoyarte: tú habitas en Dios para no caer. Observa los mandamientos, guarda la caridad» (Comentario a la 1 Jn).


Día 3 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Colosenses 3 (12-17)

(12) Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 
(13) soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 
(14) Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. 
(15) Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 
(16) Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones. 
(17) Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre.


Día 4 de la práctica semanal - Palabra de Dios
1 Juan 2 (3-11)

(3) Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. 
(4) El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; 
(5) pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en El. 
(6) El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo.
(7) Amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que habéis tenido desde el principio; el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído. 
(8) Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en El y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya está alumbrando. 
(9) El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. 
(10) El que ama a su hermano, permanece en la luz y no hay causa de tropiezo en él. 
(11) Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.


Día 5 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Juan 13 (13-17)

(13) Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy. (14) Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. 
(15) Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 
(16) En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. 
(17) Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis.


Día 6 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Juan 13 (31-35)

(31) Entonces, cuando salió, Jesús dijo: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en El. 
(32) Si Dios es glorificado en El, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará enseguida. 
(33) Hijitos, estaré con vosotros un poco más de tiempo. Me buscaréis, y como dije a los judíos, ahora también os digo a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis ir. 
(34) Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. 
(35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.


Día 7 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 131 (En el Espíritu de Jesús)

(1) Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no al ndo tras las grandezas, ni en cosas demasiado difíciles para mí; 
(2) sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en el regazo de su madre, como niño destetado reposa en mí mi alma.
(3) Espera, oh Israel, en el Señor, desde ahora y para siempre.

La noche del fenómeno de la superluna (lunes 14 de Noviembre, 2016), mientras tomaba fotografías de la luna, decidí ubicarme junto a un gran árbol y orar con el salmo 131 en el Espíritu de Jesús diciendo al Señor, “mi corazón no es soberbio; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado difíciles para mí”; expresando con ello, mi abandono en la misericordia del Señor y despojando de mi toda mala intención que pueda ocasionar deterioro en mi mente.

Traté de experimentar lo que sentía Jesús, y regresar a la realización de mis actos cotidianos, llevando en mí la vida profunda de Jesús colocándome dentro de El, en actitud contemplativamente, cuando con humildad se retiraba al monte y decía: Santificado sea tu nombre (Mt 6,9).
Mire dentro de Jesús y trate de «saber» qué olas de ternura le subían desde lo más recóndito de su ser, cuando repetía tantas veces: Abbá (¡oh querido Papá!).

Ahora entiendo porque con una gran espontaneidad, el salmista describe su actitud humilde y confiada delante de Dios, fundada en la renuncia a toda "aspiración desmedida" (v. 1). Esta actitud se expresa admirablemente en la imagen del niño que descansa tranquilo en los "brazos de su madre" (v. 2). El versículo final amplía la perspectiva a todo Israel, para exhortarlo a tener ese mismo espíritu de humildad y confianza en el Señor.

Al humilde le encanta vivir retirado en la región del silencio y del anonimato, el humilde respeta todo, venera todo, no hay entre sus muros actitudes posesivas ni agresivas, no juzga, no presupone, nunca invade el santuario de las intenciones y su estilo es de alta cortesía. Día y noche se dedica el humilde a cavar sucesivas profundidades en el vacío de si mismo, a apagar las llamas de las satisfacciones, a cortar las mil cabezas de la vanidad y por eso, siempre duerme en el lecho de la serenidad.

También recordé en esos momentos de reflexión que, el Viernes pasado (11 Nov. 2016) cerca de 6.000 personas excluidas, pobres sin techo y abandonados se reunieron con el Papa Francisco en el Aula Pablo VI durante la audiencia con motivo del Jubileo de los Excluidos y tras escuchar los testimonios de algunas personas en situación de pobreza, Francisco comenzó su discurso al hilo de las palabras de uno de los sin techo que se dirigió a él en estos términos: “Como seres humanos, nosotros no nos diferenciamos de los grandes del mundo. Tenemos nuestras pasiones y nuestros sueños que tratamos de llevar adelante con pequeños pasos”.

“Las pasiones y los sueños”, repitió el Santo Padre. “Dos palabras que pueden ayudar”, aclaró. Sobre la pasión, destacó su doble sentido: un sentido negativo, pero también un sentido positivo. “La pasión a veces nos hace sufrir, nos pone trabas internas, externas… Pero también, el apasionamiento por salir adelante, la buena pasión, y esa buena pasión nos lleva a soñar”, afirmó.


II parte de la práctica semanal - Modalidad

Durante la sagrada media hora y también durante la semana, en cualquier momento y en cualquier parte, dedícate a practicar el formidable instrumento de liberación que es el deporte de amar, la ofensiva de amor.

- Concentrado, fija vivamente tu atención en aquella persona que últimamente más te ha ofendido o traicionado y transmítele sentimientos de perdón, cariño y ternura. Piensa vivamente en esa persona; ámala sensiblemente, incansablemente, incondicionalmente, envolviéndola en un abrazo de cariño, amor y perdón con expresiones fuertes de perdón con expresiones fuertes de perdón y amor.

- Sea en el trabajo, en la casa, al recibir una ofensa, que te han retirado la palabra, la mirada, no importa; retírate a tu habitación y tranquilo, concentrado, dedícate a amar a ese ofensor, transmítele ondas de ternura y cariño ciegamente, incansablemente, sin hacer caso del amor propio herido. Pronto te encontrarás con resultados milagrosos.


Durante la semana, en varios momentos y lugares, dediqué tiempo a practicar el instrumento de liberación: el deporte de amar, la ofensiva de amor, con todas aquellas personas (amigos de infancia y familiares) que viven en mi país natal y que durante muchos años no hemos tenido encuentros personales cuando voy de vacaciones, a pesar, de tener comunicación a través de las redes sociales actuales y pude transmitir: 
- sentimientos de perdón (al no poder hacer el esfuerzo de visitarlos) , 
- sentimientos de cariño y ternura (enviando mensajes de esperanza, aliento para vivir un mejor mañana); 
- amándolos sensiblemente, incansablemente, incondicionalmente (ofreciendo poder escucharlos a cualquier hora del día), 

- envolviéndolos en abrazos de cariño (con expresiones de afecto y amor).


III parte de la práctica semanal - Vivencia

Además del deporte de amar, te dedicarás, durante la semana, a vivir el amor fraterno.

- Procurarás vivir alerta sobre tu corazón para no sentir mal en contra de nadie; no juzgar mal a nadie, no presuponer; al contrario, siempre excusar las intenciones.

- Vivirás alerta sobre tu lengua para no hacer ningún comentario desfavorable en contra de nadie, aunque tal comentario te parezca “justo”. Si los otros hablan mal de alguien, tu al menos, callarás en caso que no puedas defenderlo.

- Vivirás atento a ti mismo para aplicar la ley de la compresión: “nadie es malo ni tiene malas intenciones”. Piensa bien y acertarás.

- Dedícate a perdonar una y otra vez, y recuerda que el perdón beneficia al que perdona.

- Procura abrirte, aún en contra de tus impulsos, a aquellos que no son de tu afinidad, procurando acogerlos como si fuera la persona de Jesús, esforzándote en todo momento por imponer las convicciones de fe sobre las reacciones instintivas.

- Procurarás hacer un esfuerzo especial para amar a los hermanos “difíciles” de tu grupo, aproximándote a ellos y mostrándoles interés, cariño y predilección.

- Tomarás el teléfono y harás una verdadera campaña de amabilidad llamando a toda persona conocida, interesándote por su salud, familia, trabajo. Te ingeniarás para poder servir a tus hermanos de mil formas.


Durante el transcurso de la semana, me dediqué a vivir el amor fraterno, con la práctica de dos (2) actividades:

- Viví alerta con mi corazón para no sentir mal en contra de nadie; no juzgar mal a nadie y no presuponer.


- Tomé el teléfono e hice una verdadera campaña de recuperación de amistad, llamando a todos mis amigos que desde hace algún tiempo no tenia contacto con ellos, interesándome por su salud, familia y trabajo.


Recomiendo ver la película “Unconditional” para la práctica semanal - AMAR COMO JESUS AMO - vivencia, dedicarse a vivir el amor fraterno.



Unconditional,  es una película que trata sobre un hombre africano-americano, conocido como Papa Joe, que tiene un fallo renal, necesita diálisis todos los días, y dedica su vida a trabajar con los niños de su vecindario en una zona de alta pobreza en Nashville, Tennessee (USA). La mayoría de estos niños no tienen su padre presente en el hogar, viven con sus madres o sus abuelas solamente. Su gran amiga de niñez, Sam, una mujer blanca, pierde a su esposo en manos de un asaltante. El drama trata sobre la pérdida de la fe de Sam, cuando muere su esposo, y como a través de su encuentro con dos niños africano-americanos y del reencuentro con su gran amigo, Papa Joe, ella recupera su fe en Dios y en la vida. 

Ponemos nuestra fe en acción cuando “amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.” Como cristianos, hay que tener amor incondicional por nuestro prójimo, y ese amor se demuestra haciendo algo por el prójimo. La cristiandad hay que vivirla, esto es, ponerla en acción. 

¿Qué podemos hacer? 
La lista es extensa y muy larga desde mi punto de vista personal, es dedicar parte de nuestro tiempo libre en obras misioneras de cualquier tipo: como dar de comer a los pobres en cocinas comunitarias, dar una palabra de aliento a personas que están pasando por situaciones difíciles, conseguir donaciones para personas necesitadas de lo más básico (ropa, comida, hogar, educación, etc.), visitar a los enfermos en su casa o hospital, visitar los presos en las cárceles, ser mentores cristianos de jóvenes sin padres (ya sea el padre o la madre) o de jóvenes que tienen problemas con la justicia, y así en este orden de ideas, hay muchas cosas más que se pueden hacer para dar amor incondicional en el nombre de Jesucristo



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