En el año 300 A.C. Aristóteles utiliza la cámara para estudiar los eclipses de sol, en el siglo XVII Leonardo DaVinci se da cuenta que las imágenes recibidas en el interior de la habitación son de tamaño más reducido e invertido, conservando su propia forma y colores; durante el siglo XVII la sensibilidad a la luz de ciertos compuestos de plata, particularmente el nitrato y el cloruro de plata, era ya conocida por los científicos británicos Thomas Wedgwood y Humphry Davy, quienes comenzaron sus experimentos a finales del siglo XVII para obtener imágenes fotográficas. Consiguieron producir imágenes de cuadros, siluetas de hojas y perfiles humanos utilizando el papel recubierto de cloruro de plata. Estas fotos no eran permanentes, ya que después de exponerlas a la luz, toda la superficie del papel se ennegrecía, con lo cual nunca pudieron llegar a conseguir el fijado de las imágenes.
El siglo XIX, más exactamente en el año 1816, se presenció el nacimiento de la fotografía, cuando el físico francés Nicéphore Niépce consigue una imagen mediante la utilización de la cámara oscura acompañado de un procedimiento fotoquímico. Niepce bautiza a su invento con el nombre de heliograbados, pero no es hasta el año de 1831 cuando el pintor francés Louis Jacques Mandé Daguerre realizó fotografías en planchas recubiertas con una capa sensible a la luz de yoduro de plata. Después de exponer la plancha durante varios minutos, Daguerre empleó vapores de mercurio para revelar la imagen fotográfica positiva. Estas fotos no eran permanentes porque las planchas se ennegrecían gradualmente y la imagen acaba desapareciendo. En las primeras fotografías permanentes conseguidas por Daguerre, la plancha de revelado se recubría con una disolución concentrada de sal común. Este proceso de fijado descubierto por el inventor británico, William Henry Fox Talbot, hacía que las partículas no expuestas al yoduro de plata resultaran insensibles a la luz, con lo que se evitaba el ennegrecimiento total de la plancha. Con el método de Daguerre se obtenía una imagen única en la plancha de plata por cada exposición.
Mientras Daguerre perfeccionaba su sistema, Talbot desarrolló un procedimiento fotográfico que consistía en utilizar un papel negativo a partir del cual podía obtener un número ilimitado de copias. Talbot descubrió que el papel recubierto con yoduro de plata resultaba más sensible a la luz si antes de su exposición se sumergía en una disolución de nitrato de plata y ácido gálico, disolución que podía ser utilizada también para el revelado de papel después de la exposición. Una vez finalizado el revelado, la imagen negativa se sumergía en tiosulfato sódico o hiposulfito sódico para hacerla permanente. El método de Talbot, llamado calotipo, requería exposiciones de unos treinta segundos para conseguir una imagen adecuada en el negativo. Tanto Daguerre como Talbot hicieron públicos sus métodos en 1839. Ese mismo año, John Eilliam Herschel da el nombre de “fotografías” a las imágenes fijas y en un plazo de tres años el tiempo de exposición en ambos procedimientos quedó reducido a pocos segundos.
En el procedimiento del calotipo la estructura granular de los negativos aparecía en la copia final. En 1847, el físico francés Claude Felix Abel Niepse De Saint Victor concibió un método que utilizaba un negativo de plancha o placa de cristal, esta recubierta con bromuro de potasio en suspensión de albúmina se sumergía en una solución de nitrato de plata antes de su exposición. Los negativos de estas características daban una excelente definición de imagen, aunque requerían largas exposiciones.
En 1851 el escultor y fotógrafo aficionado británico Frederic Scott Archer introdujo planchas de metal húmedas al utilizar colodio en lugar de albúmina como material de recubrimiento para aglutinar los compuestos sensibles a la luz. Como estos negativos debían ser expuestos y revelados mientras estaban húmedos, los fotógrafos necesitaban un cuarto oscuro cercano para preparar las planchas antes de la exposición y revelarlas inmediatamente después de ella. Los fotógrafos que trabajaban con el estadounidense Mathew B. Brady realizaron miles de fotos en los campos de batalla durante la guerra de la independencia estadounidense y para ello utilizaron negativos de colodion húmedos y carromatos a modo de cámara oscura.
Puesto que el procedimiento del colodion húmedo estaba casi limitado a la fotografía profesional, varios investigadores trataron de perfeccionar un tipo de negativo que pudiera exponerse seco y que no necesitara ser revelado inmediatamente después de su exposición. El avance se debió al químico británico Joseph Wilson Swan, quien observó que el calor incrementaba la sensibilidad de la emulsión de bromuro de plata. Este proceso fue patentado en 1871, y también secaba las planchas lo que las hacía más manejables. En 1878 el fotógrafo británico Charles E. Bennett inventó una plancha seca recubierta con una emulsión de gelatina y de bromuro de plata similar a las modernas. Al año siguiente, Swan patento el papel seco de bromuro.
Mientras estos experimentos se iban sucediendo para aumentar la eficacia de la fotografía en blanco y negro, se realizaron esfuerzos preliminares para conseguir imágenes de objetos en color natural, para lo que se utilizaban planchas recubiertas de emulsiones. En 1861 el físico británico James Clerk Maxwell obtuvo con éxito la primera fotografía de color mediante el procedimiento aditivo de color.
Alrededor de 1884 el inventor estadounidense George Eastman patentó una película en una larga tira de papel recubierta con una emulsión sensible. En 1889 realizó la primera película flexible y transparente en formas de tiras de nitrato de celulosa. El invento de la película en rollo marco el final de la era fotográfica primitiva y el principio de un periodo durante el cual miles de fotógrafos aficionados se interesarían por el nuevo sistema.
A comienzos del siglo XX la fotografía comercial creció con rapidez y las mejoras del blanco y negro abrieron camino a todos aquellos que carecían del tiempo y la habilidad para los tan complicados procedimientos del siglo anterior. En 1907 se pusieron a disposición del público en general los primeros materiales comerciales de película en color, unas placas de cristal llamadas autochromes lumiére en honor a sus creadores los franceses Auguste y Louis Lumiére. En esta época las fotografías en color se tomaban con cámaras de tres exposiciones.
La cámara de 35 mm, que requería película pequeña y que estaba, en un principio diseñada para el cine, se introdujo en Alemania en 1925. gracias a us pequeño tamaño y a su bajo costo se hizo popular entre los fotógrafos profesionales y los aficionados. Durante este periodo, los primeros utilizaban polvos finos de magnesio como fuente de luz artificial. Pulverizados sobre un soporte que se prendía con un detonador, producían un destello brillante de luz y una nube de humo cáustico. A partir de 1930, la lámpara de flash sustituyó al polvo de magnesio como fuente de luz.
Con la aparición de la película de color Kodachrome en 1935 y la de Agfacolor en 1936 con las que se conseguían transparencias o diapositivas en color se generalizó el uso de la película en color. La película kodacolor, introducida en 1941 contribuyó a dar impulso a su popularización.
Muchas innovaciones fotográficas que aparecieron para su empleo en el campo militar durante la segunda guerra mundial fueron puestas a disposición del público en general al final de la guerra. Entre estas figuran nuevos productos químicos para el revelado y fijado de la película. El perfeccionamiento de los ordenadores facilitó en gran medida la resolución de problemas matemáticos en el diseño de las lentes. Aparecieron en el mercado muchas nuevas lentes que incluían las de tipo intercambiable para las cámaras de aquella época. En 1947 la cámara Polaroid land basada en el sistema fotográfico descubierto por el físico estadounidense Edwin Herbert Land, añadió a la fotografía de aficionados el atractivo de conseguir fotos totalmente reveladas pocos minutos después de haberlas tomado.
En el decenio siguiente los nuevos procedimientos industriales permitieron incrementar enormemente la velocidad y sensibilidad a la luz de las películas en color y en blanco y negro. La velocidad de estas últimas se elevó desde un máximo de 100 ISO hasta otro teórico de 5000 ISO, mientras que en la de color se multiplicó por diez. Esta década quedó también marcada por la introducción de dispositivos electrónicos llamados amplificadores de luz que intensificaban la luz débil y hacían posible registrar incluso la tenue luz procedente de estrellas muy lejanas.
Desde 1840 hasta nuestros días, la imagen fotográfica ha suscitado interés entre los creadores y sus públicos. El paisaje nacional, los personajes de la vida pública, el desarrollo de las ciudades y la vida en los campos han pasado por los lentes. Algunas imágenes reveladoras, otras conmovedoras e incluso polémicas hacen parte de la memoria gráfica del mundo.
Para profundizar un poco mas sobre temas relacionados a la fotografía, visite el siguiente link: Fotografía
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