martes, 4 de abril de 2017

PRÁCTICA SEMANAL - ENCUENTRO



"Solamente una palabra, si es que aun me quedan dos 
y si logro articularla tu presencia, 
no te quiero hacer preguntas solo una petición 
y si puede hacer a solas mucho mejor 
solo déjame mirarte cara a cara 
y perderme como un niño en tu mirada 
y que pase mucho tiempo y que nadie diga nada 
porque estoy viendo al maestro cara a cara."


I parte de la práctica semanal - Palabra de Dios

Iniciamos con el cuaderno espiritual y la Biblia en mano, y se sugieren los siguientes pasos sugeridos diariamente:

a) silenciarse (noche sosegada en calma y paz)
b) pedir al espíritu santo su presencia
c) leer la Biblia y ver lo que Dios me dice a mí
d) Y orar con la modalidad de ahora (oración de elevación)
Con las frases donde más sintió la presencia de Dios (de la palabra diaria, o del mensaje que escuchó)


Textos Bíblicos de la semana 8 (uno diario)


Día 1 de la práctica semanal - Palabra de Dios

Salmo 84

(1) ¡Cuán preciosas son tus moradas, oh Señor de los ejércitos! 

(2) Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo. 
(3) Aun el ave ha hallado casa, y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos: ¡tus altares, oh Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío! 
(4) ¡Cuán bienaventurados son los que moran en tu casa! Continuamente te alaban.
(5) ¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en ti, en cuyo corazón están los caminos a Sion ! 
(6) Pasando por el valle de Baca lo convierten en manantial, también las lluvias tempranas lo cubren de bendiciones. 
(7) Van de poder en poder, cada uno de ellos comparece ante Dios en Sion.
(8) ¡Oh Señor, Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob! 
(9) Mira, oh Dios, escudo nuestro, y contempla el rostro de tu ungido. 
(10) Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que morar en las tiendas de impiedad. 
(11) Porque sol y escudo es el Señor Dios; gracia y gloria da el Señor; nada bueno niega a los que andan en integridad. 
(12) Oh Señor de los ejércitos, ¡cuán bienaventurado es el hombre que en ti confía!


A mi me dice que el salmista imagina cómo se organiza y se realiza una peregrinación. Antes de iniciar los preparativos hay una fuerza de atracción que es Dios mismo, que seduce y ayuda. Parten los peregrinos y avanzan y avanzan y atraviesan áridos valles que al paso de la peregrinación milagrosamente se transforman en verdes oasis, "como si una lluvia temprana los cubriera de bendiciones”. Siguen avanzando los peregrinos y en la medida que avanzan, de baluarte en baluarte, de altura en altura, van aumentando sus fuerzas interiores hasta dar finalmente con la vista en el monte Sión y con sus pies en la explanada del templo, y así dar alcance a su sueño dorado: ver a Dios.


Ya en el interior del templo y colmados sus anhelos, en efecto, después de haber saboreado la delicia de estar bajo la sombra fresca del Señor cae de su peso que

"más vale un solo día en tus atrios que mil días por ahí afuera". "Prefiero ser portero de la casa de mi Dios que nadar en las diversiones de los mundanos"
Para los que confían, el Señor es sol, escudo, gracia y gloria,
"¡Dichoso, pues, el hombre que confía en Ti!"



Día 2 de la práctica semanal - Palabra de Dios

2ª Corintios 3 (18)

(18) Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.


A mi me dice que reflejamos la luz como lo hace un espejo y lo hacemos con el rostro descubierto. Como creyentes tenemos una visión clara de nuestro Salvador con una cara abierta. Pablo dice: "Tengo una visión clara de Dios como Él se ha deleitado a mi corazón en Jesucristo, y lo que he visto a mí mismo? Vi en él la gloria de una vida en el abandono total a la voluntad soberana de su Padre en el cielo."

La palabra "contemplación" está en el tiempo presente, es decir, una contemplación continua, libre de interrupciones. El cristiano ve fijamente el rostro de Jesús, y refleja la gloria de su rostro como un espejo que refleja la luz, y al mismo tiempo está continuamente siendo transformado en la misma imagen de Cristo. Estamos siendo conformados a la imagen de Cristo al contemplar la gloria de Dios en el rostro de Jesús. Es el proceso de la santificación. Un espejo refleja sólo lo que ve.
Si la luz no se está reflejando a través de ti, tu enfoque no está en él. A  Como le ves, así te va a transformar a su semejanza. "Usted hace la contemplación - Él es la transformación, no hay atajo a la santidad.". Este es un viaje de toda la vida que no se completará hasta que estemos un día en el cielo. Mientras tanto, Él imparte a nuestras vidas, la dulzura y la belleza de su carácter.


Día 3 de la práctica semanal - Palabra de Dios

1 Timoteo 1 (14)

(14) Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús.


A mi me dice que somos salvos por la gracia (Efes. 2:8) Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios, pero también por la misericordia. La fe y el amor fueron la respuesta de Pablo a la sobreabundante gracia de Dios. Todo fue "en conexión con Cristo Jesús".



Día 4 de la práctica semanal - Palabra de Dios

Isaías 26 (7-9)

(7) La senda del justo es rectitud; tú, que eres recto, allana el sendero del justo. 

(8) Ciertamente, siguiendo la senda de tus juicios, oh Señor, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma. 
(9) En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo.

A mi me dice que no podemos ser ajenos a todas las injusticias sociales que existen en el mundo, cuando muchas personas mueren de hambre por falta de alimentos o simplemente por la carencia de agua potable como ocurre con frecuencia en Africa o en países del llamado tercer mundo, en cambio quienes tienen la capacidad de tener estos alimentos básicos para la supervivencia, dedican su tiempo a otros menesteres de ocio, muy distintos al compartir, al acompañar y asistir a otros hermanos en Cristo con necesidades, sin importar lo que ocurre a su alrededor.



Día 5 de la práctica semanal - Palabra de Dios

Isaías 60 (19-20)

(19) Ya el sol no será para ti luz del día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que tendrás al Señor por luz eterna, y a tu Dios por tu gloria. 

(20) Nunca más se pondrá tu sol, ni menguará tu luna, porque tendrás al Señor por luz eterna, y se habrán acabado los días de tu luto.


A mi me dice que la presencia del Señor es en sí misma una fuente de luz y la luz de revelación e inspiración, es el camino más seguro. Además, la presencia del Señor iluminó a aquellos a quienes Él visitó.


Juan el Revelador describió tal iluminación similar en la ciudad de Sión cuando el Señor esté ahí: “Y allí no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque Dios el Señor los alumbrará, y reinarán para siempre jamás”.


Un himno favorito describe la luz de revelación y su efecto en nuestra vida:

Tengo gozo en my alma hoy, que brilla mucho más
Que el sol con todo su fulgor, pues Cristo es mi luz.

El sol y la luna son metáforas para la inspiración y la presencia del Señor entre Su pueblo; la luz del rostro del Señor iluminará, tanto temporalmente como espiritualmente.



Día 6 de la práctica semanal - Palabra de Dios

Lucas 24 (13-28)

(13) Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. 

(14) Y conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. 
(15) Y sucedió que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. 
(16) Pero sus ojos estaban velados para que no le reconocieran. 
(17) Y El les dijo: ¿Qué discusiones son estas que tenéis entre vosotros mientras vais andando? Y ellos se detuvieron, con semblante triste. 
(18) Respondiendo uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único visitante en Jerusalén que no sabe las cosas que en ella han acontecido en estos días? 
(19) Entonces El les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 
(20) y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes le entregaron a sentencia de muerte y le crucificaron. 
(21) Pero nosotros esperábamos que El era el que iba a redimir a Israel. Pero además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron. 
(22) Y también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcro, 
(23) y al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que El vivía. 
(24) Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a El no le vieron. 
(25) Entonces Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 
(26) ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria? 
(27) Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a El en todas las Escrituras. 
(28) Se acercaron a la aldea adonde iban, y El hizo como que iba más lejos.


A mi me dice que es el día a día de todos, es nuestro caminar constante y es también el regresar a las realidades temporales, como dirigirnos al trabajo, a la escuela, universidad e inclusive a nuestra misma casa, nuestros propios “Emaús”. Estos discípulos habían presenciado atónitos los acontecimientos de la pasión y aunque les había sido anunciada ya la Resurrección de Jesús, ellos simplemente decidieron regresar a su aldea de Emaús; ante esa Buena Nueva, no buscaron al Señor como María Magdalena en el sepulcro, pareciese que el anuncio de la Resurrección no les causo alegría como a las mujeres, tampoco sintieron la curiosidad de averiguar sobre lo ocurrido, más bien fue indiferencia y nada detuvo su regreso. 


Debemos salir al encuentro con Dios en la oración, mediante la lectura de la Biblia y en la vida fraterna para ayudar a conocer mejor al Señor y a nosotros mismos. Como les sucedió a los discípulos de Emaús, la voz de Jesús hará arder nuestro corazón y abrirá mis ojos para reconocer su presencia en la historia personal, descubriendo así el proyecto de amor que tiene para mi vida.


Cierto es que los discípulos de Emaús tienen el mérito de no haber traicionado a Jesús. Habían esperado que él sería el Salvador. Lo que no han tenido en cuenta es que Cristo persevera hasta el final, es capaz de esperar hasta el último momento y salir al encuentro como un buen amigo que tiende la mano.


Sin embargo, Jesús no quiere limitar nuestra libertad y nos deja libres de aceptar la mano que nos ofrece. Nos acompaña durante todo el camino; pero, si no le pedimos que se quede con nosotros, no lo reconoceremos cuando parta el pan.


Señor, concédeme que mi corazón arda y esté encendido, como lo estaba el de los discípulos de Emaús tras encontrarse contigo. No permitas que nada, ni nadie, me robe la gracia de tu presencia, que es el gran tesoro de mi vida.



Día 7 de la práctica semanal - Palabra de Dios

Salmo 123

(1) A ti levanto mis ojos, ¡oh tú que reinas en los cielos! 

(2) He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de su señor, como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran al Señor nuestro Dios hasta que se apiade de nosotros.
(3) Ten piedad de nosotros, oh Señor, ten piedad de nosotros, porque muy hartos estamos de desprecio. 
(4) Harta en extremo está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del desprecio de los soberbios.


A mi me dice que es un cántico de acción de gracias entonado por toda la comunidad en oración que eleva a Dios la alabanza por el don de la liberación. El salmista proclama al inicio esta invitación: «Que lo diga Israel» (versículo 1), estimulando a todo el pueblo a elevar una acción de gracias viva y sincera al Dios salvador. Si el Señor no hubiera estado de parte de las víctimas, éstas, con sus pocas fuerzas, no hubieran sido capaces de liberarse y sus adversarios, como monstruos, les hubieran descuartizado y triturado.


Si bien se ha pensado en algún acontecimiento histórico particular, como el final del exilio de Babilonia, es más probable que el Salmo quiera ser un himno para agradecer intensamente al Señor por haber superado los peligros y para implorarle la liberación de todo mal.


Después de haber mencionado al inicio a unos «hombres» que asaltaban a los fieles y eran capaces de haberles «tragado vivos» (Cf. versículos 2-3), el canto tiene dos pasajes. En la primera parte, dominan las aguas arrolladoras, símbolo para la Biblia del caos devastador, del mal y de la muerte: «Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes» (versículos 4-5). El orante experimenta ahora la sensación de encontrarse en una playa, habiéndose salvado milagrosamente de la furia impetuosa del mar.


La oración se convierte en este momento en un suspiro de alivio que surge de lo profundo del alma: incluso cuando se derrumban todas las esperanzas humanas, puede aparecer la potencia liberadora divina. El Salmo concluye con una profesión de fe, que desde hace siglos ha entrado en la liturgia cristiana como una premisa ideal de toda oración: «Adiutorium nostrum in nomine Domini, qui fecit caelum et terram - Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra» (versículo 8). El Omnipotente se pone en particular de parte de las víctimas y de los perseguidos «que están clamando a él día y noche» y «les hará justicia pronto» (Cf. Lucas 18,7-8).


San Agustín ofrece un comentario articulado a este salmo. En primer lugar, observa que este salmo propiamente lo cantan los «miembros de Cristo, que han alcanzado la felicidad». En particular, «lo han cantado los santos mártires, quienes habiendo salido de este mundo, están con Cristo en la alegría, dispuestos a retomar incorruptos esos mismos cuerpos que antes eran corruptibles. En su vida, sufrieron tormentos en el cuerpo, pero en la eternidad esos tormentos se transformarán en adornos de justicia».


Pero en un segundo momento el obispo de Hipona nos dice que también nosotros podemos cantar este salmo con esperanza. Declara: «También nosotros estamos animados por una esperanza segura cantaremos exultando. No son extraños para nosotros los cantores de este Salmo… Por tanto, cantemos todos con un solo corazón: tanto los santos que ya poseen la corona como nosotros, que con el afecto nos unimos a su corona. Juntos deseamos esa vida que aquí abajo no tenemos, pero que nunca podremos tener si antes no la hemos deseado».


San Agustín vuelve entonces a la primera perspectiva y explica: «Los santos recuerdan los sufrimientos que afrontaron y desde el lugar de felicidad y de tranquilidad en el que se encuentran miran el camino recorrido; y, dado que hubiera sido difícil alcanzar la liberación si no hubiera intervenido para ayudarles la mano del Liberador, llenos de alegría, exclaman: "Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte". Así comienza su canto. No hablan ni siquiera de aquello de lo que se han librado por la alegría de su júbilo» (Comentario al Salmo 123, «Esposizione sul Salmo 123», 3: «Nuova Biblioteca Agostiniana», XXVIII, Roma 1977, p. 65).



II parte de la práctica semanal - Modalidad


Oración de Elevación

Practicar todos los días durante la sagrada media hora (o la sagrada hora) de oración la modalidad, junto a las frases que se muestran a continuación (y si es posible aprender las frases de memoria o utilizar frases propias de los salmos que me hagan sentir la presencia o el encuentro con Dios):

Frases para practicar la "ORACIÓN DE ELEVACIÓN"



* Señor, Señor, Tú eres mi Dios

* Desde siempre y para siempre Tú eres mi Dios.
* Dios mío, Tú eres la inmensidad infinita.
* Oh Señor, estás tan lejos y tan cerca.
* Dios mío, Tú eres descanso total.
* Señor mi Dios, sólo en Ti siento paz.
* Dios mío, Tú eres seguridad completa.
* Oh Señor, Tú eres alegría total.
* Oh mi Señor, Tu eres la ternura de mi vida.
* Dios mío, Tú eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor.

Después de silenciar todo el ser y apoyado en la frase, el Yo sale hacia el Tu, haz presente en la fe a Aquel en quien existimos, nos movemos y somos.


Comienza a pronunciar la frase en voz suave y tratar de vivir lo que la frase dice hasta que tu alma quede impregnada de la sustancia de la frase.


Después de pronunciarla, quédate en silencio unos (30) treinta segundos o más, mudo, quieto, como quien escucha una resonancia, estando la atención inmóvil, compenetrada posesivamente, identificada adhesivamente con la sustancia de la frase, que es Dios mismo.


Dios mío, mi alma tiene sed de Ti.


Oh Señor, Tú eres mi fortaleza, mi todo, sin principio ni fin.


Señor, Dios mío, a Ti te busco desde el amanecer del día y me siento libre.


Tú eres mi paciencia, oh profunda esencia de mi Dios.


Yo derrotado y sin aliento, Tu mi Dios, enalteces mi cuerpo. 


Dios, déjame mirarte cara a cara, aunque caiga derretido en tu mirada. 



(basado en la letra de la canción: 
Cara a cara de Marcos Vidal)



III parte de la práctica semanal - Vivencia


Dedicarse toda la semana a combatir a los cuatro enemigos del corazón, emparentados entre si: miedos, temores, inseguridades, ansiedades y las armas para combatir esos enemigos serán el Salmo 23, Salmo 27 y Salmo 91. 

Aprender de memoria algunos versículos que nos llenen de valor, adaptándolo a nuestras palabras o nuestra vida, al enfrentar aquel problema, al presentarse ante aquel personaje importante, … repetir esos versículos, de ser posible en voz alta.

Temor de que la enfermedad sea grave, aprensión de si le habrá pasado algo a algún familiar, miedo de que algo fracase, de no acertar en esto o en aquello,… el versículo de liberación, de ser posible en voz alta.


Sentimientos oscuros de inseguridades, temores sin fundamento, miedos sin motivo, aprensiones sin razón, tantas oscuras sensaciones de incertidumbre, ansiedades que ni se sabe de dónde vienen… versículos de liberación, aprendidos de memoria, decirlos con toda el alma.


Vivencia:


- El Señor es mi pastor, nada me faltará. (Salmo 23, 1)


Adaptado a mí:

Ante cualquier inseguridad, el SEÑOR es mi Pastor, Él proporciona descanso, dirección, protección, alimento y confraternidad. El provee por todas las necesidades básicas de mi vida. 

- Aunque pase por un valle tenebroso, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. (Salmo 23, 4)


Adaptado a mí:

Aunque pase por momentos de desesperación y angustia en mi lugar de trabajo, no tendré ningún temor porque tú estas conmigo




- No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, (Salmo 91, 5)


Adaptado a mí:

No sentiré ansiedad o desesperación, cuando desconozco lo que le pudo haber ocurrido a un familiar

- Ni la pestilencia que anda en tinieblas, ni la destrucción que hace estragos en medio del día. (Salmo 91, 6)


Adaptado a mí:

La gravedad de una enfermedad o la ocurrencia de un accidente no ocasionaran temores, porque en el Padre, Yo confío.




- Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron. (Salmo 27, 2)


Adaptado a mí:

Derrotar el temor al desear por encima de todo, permanecer en la casa del Señor todos los días, para contemplar su hermosura y meditar.

- Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado. (Salmo 27, 3)


Adaptado a mí:

Aunque el miedo a lo desconocido haga presencia en mi interior, siento una inalterable confianza en el Señor y anhelo de vivir en constante comunión con Dios, todo Poderoso.

- Porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto. (Salmo 27, 5)


Adaptado a mí:

Porque en momentos de inseguridades, buscare protección sobre su roca.



No permitas que nada te robe la paz y practica la lectura rezada de la oración: “Tu rostro busco, Señor”



Dedicatoria:



"Muy especialmente dedico esta sesión: 
Encuentro, a mi fiel difunta madre (1941-2015), 
que ahora es un ángel en la presencia del Señor 
y está viéndolo cara a cara".





Oración 25 del Libro Encuentro: Manual de Oración 

RÉQUIEM PARA UN SER QUERIDO

Silencio y paz.

Fue llevada al país de la vida.
¿Para qué hacer preguntas?
Su morada, desde ahora, es el descanso 
y su vestido, la luz. Para siempre.
Silencio y paz. 
¿Qué sabemos nosotros?

Dios mío, Señor de la Historia 

y dueño del ayer y del mañana, 
en tus manos están las llaves 
de la vida y de la muerte. 
Sin preguntarnos, 
la llevaste contigo a la Morada Santa, 
y nosotros cerramos nuestros ojos, 
bajamos la frente 
y simplemente te decimos: está bien. Sea.

Silencio y paz.

La música fue sumergida en las aguas profundas, 
y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.

Se acabó el combate. Ya no habrá para ella lágrimas, 

ni llanto, ni sobresalto. El sol brillará por siempre 
sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, 

en tus manos depositamos silenciosamente 
este ser entrañable que se nos fue.

Mientras aquí abajo entregamos a la tierra 

sus despojos transitorios, duerme su alma inmortal 
para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable 
y amoroso, Oh Padre de misericordia.

Silencio y paz.




Practicando la modalidad de oración de Elevación, tome el siguiente párrafo de la oración RÉQUIEM PARA UN SER QUERIDO


“Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, 

en tus manos depositamos silenciosamente
este ser entrañable que se nos fue.” 


Descubre tu presencia y mátenme tu vista y tu hermosura, Mira que la dolencia de amor no se cura, sino con la presencia y la figura!



Canción: "CARA A CARA" (
Marcos Vidal)

Video en Youtube (Simoncireneo)
Letra de la canción

S
olamente una palabra, solamente una oración 

cuando llegue a tu presencia, Oh Señor 
no me importa en que lugar de la mesa me hagas sentar 
o el color de mi corona si la llego a ganar. 

Solamente una palabra, si es que aun me quedan dos 

y si logro articularla tu presencia, 
no te quiero hacer preguntas solo una petición 
y si puede hacer a solas mucho mejor 
solo déjame mirarte cara a cara 
y perderme como un niño en tu mirada 
y que pase mucho tiempo y que nadie diga nada 
porque estoy viendo al maestro cara a cara. 

Que se ahogue mi recuerdo en tu mirada 

quiero amarte en el silencio y sin palabras 
y que pase mucho tiempo y que nadie diga nada 
solo déjame mirarte cara a cara.

Solamente una palabra, solamente una oración 

cuando llegue a tu presencia, Oh señor 
no me importa en que lugar de la mesa me hagas sentar 
o el color de mi corona si la llego a ganar.

Solo déjame mirarte cara a cara 

aunque caiga derretido en tu mirada 
derrotado y desde el suelo tembloroso y sin aliento 
aunque seguiré mirando mi maestro. 
Cuando caiga ante tus plantas de rodillas 
déjame llorar pegado a tus heridas 
y que pase mucho tiempo y que nadie me lo impida 
que he esperado este momento toda mi vida.





Siguiente Práctica Semanal: EN SILENCIO EN LA PRESENCIA