viernes, 7 de julio de 2017

LIBRES PARA AMAR (ORACIÓN Y VIDA)

"No tiene ni lo uno ni lo otro, ni lo otro, pero tiene fama o tiene dinero, ello hará que esta persona sea buscada, estimada y amada, pero que sucederá cuando la persona no tiene ninguna categoría personal, será olvidada y abandonada. 

He ahí, dos palabras precisas que definen a los pobres, los olvidados y abandonados.

¿Quien por gusto se aproximará a una viejita de 85 años, a un leproso, a un neurótico agresivo?, serán olvidados y abandonados. 

¿Quien buscará por gusto a los paralíticos, lisiados, deprimidos, enfermos mentales, sidosos y cancerosos terminales?, nadie; serán olvidados y abandonados."


Objetivo: Por la humildad del amor

Comenzamos siempre con lo más importante diciendo:

Te pido Señor tu presencia y ayuda, 
iniciando esta lectura y 
atención en el nombre del Padre, 
del Hijo y del Espíritu Santo.


Ejercicio de Silencio Interior: 
Técnicas de olvido

Por favor en soledad, dispongámonos a silenciar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro corazón, con los ojos cerrados y haciendo ejercicios de respiración lenta por 2 minutos.

Es impresionante como sufre la gente por las obsesiones y las fijaciones (complejos de culpabilidad, negros recuerdos, temores infundados, aprensiones, sombras oscuras, fantasmas, fijaciones por hechos negativos y personas hostiles...). Todo se les clava en la mente y no consiguen eliminarlos. ¡Cuánta gente agoniza de tristeza y angustia por estas cosas! Aquí entregamos unos ejercicios que, practicados asiduamente, te darán facilidad para liberarte de esos espectros:

a) Piensa en un fuerte disgusto a tu vida. Cierra los ojos e imagina que pasas por un prado verde. A cierta altura saca de dentro de ti el disgusto y lo entierras bajo un metro de tierra. Y allí queda el disgusto para siempre.

b) Piensa en otro disgusto que te obsesiona negativamente.
Cierra los ojos e imagina que llegas a la orilla del mar y allí está esperándote un ángel con una barca. Extrae de tus entrañas el disgusto y deposítalo en la barca. El ángel parte con esa carga mar adentro mientras tú te quedas en la orilla. Y contemplas cómo el ángel se aleja hasta altamar donde ata una piedra a tu disgusto y lo lanza a lo profundo del océano. Tu disgusto queda sepultado en las profundidades para siempre.

c) Piensa en otro recuerdo desagradable. Encendemos una gran hoguera en el patio y echamos ese recuerdo al fuego como negro carbón. A los pocos minutos, el fuego ha transformado el recuerdo en una oscura humareda que asciende al cielo hasta que se evapora en las alturas. Minutos más tarde, el humo se ha desvanecido por completo, el cielo está azul.

d) Concentrado y con los ojos cerrados, imagina que desde tu garganta baja el n.° 1 hasta el estómago, en cuyo extremo derecho se clava. Después, baja el n.° 2 y se clava junto al n.° 1, luego el 3, el 4, el 5. Tú te colocas en el centro. A continuación, baja el n.° 6 que se clava a tu izquierda. Luego, los demás números hasta el 10 inclusive, que quedan clavados en el extremo izquierdo de tu estómago. Ahora, tranquilamente, vas retirando los cinco números impares comenzando por la izquierda. Después, los números pares.
Al final, también tú desapareces.

e) Colócate ante cuatro o cinco objetos y nómbralos en alta voz. Cierra los ojos, y comenzando por el último objeto, retíralos mentalmente, uno por uno, arrojándolos a tus espaldas. Delante de ti no queda nada. Colócalos de nuevo mentalmente delante de ti, y otra vez hazlos desaparecer.

f) Imagina a tres amigos tuyos en una pantalla. Retira primero a uno, luego a otro y finalmente al tercero. Vuelve a colocarlos en la pantalla y a retirarlos. Esta operación la puedes repetir varias veces.

g) Esa historia dolorosa cuélgala en la parte trasera del furgón del tren. El tren se pone en marcha. En la medida en que se aleja, tu historia dolorosa es cada vez más pequeña. Un poco después diminuta, casi imperceptible, hasta que no se ve nada de ella. El tren se ve todavía pero, finalmente, también desaparece.


Canto 58 del Libro: Cantoral del Tallerista
ZAMBA DEL GRANO DE TRIGO

Zamba del grano de trigo,
mañana yo he de ser pan;
no le tengo miedo al surco
algún día he de brotar.

Barbecho de terrón fresco,
tu savia yo he de mamar
tierra, que serás mi madre,
un nuevo ser me has de dar.

Silencio y noche en mi tumba
espigas germinarán.
Ciento por uno y molienda,
mañana voy a ser pan;
ciento por uno y molienda,
mañana voy a ser pan.

La muerte aguarda en el surco,
cálido abrazo nupcial;
muerte, sabrás un secreto:
cuando matas, vida das.

Me enterraré en tus entrañas,
y el mundo me olvidará;
es doloroso tu abrazo,
pero yo quiero ser pan.


Oración 39 del Libro Encuentro: Manual de Oración 
CONVERSIÓN TOTAL

Sé que algo me estás pidiendo, Señor Jesús. 
Tantas puertas abiertas de un solo golpe.

El panorama de mi vida ante mis ojos: 
no como en un sueño.

Sé que algo esperas de mí, Señor, 
y aquí estoy,
al pie de la muralla: todo está abierto, 
sólo hay un camino libre, 
abierto al infinito, el absoluto.

Pero yo no he cambiado, a pesar de todo. 
Tendré que tomar contacto 
contigo, Señor; buscaré tu compañía, 
aún por largo tiempo.

Para morir, pero entonces enteramente.

Como esos heridos que sufren, Señor: 
te pido que acabes conmigo.

Estoy cansado de no ser tuyo, de no ser Tú.

Silenciamiento estatua de piedra


PALABRA DE DIOS

La palabra de Dios es luz que ilumina, pan que alimenta, fuego que da calor, camino que guía, es vida eterna. El texto Bíblico es tomado esta semana del libro de Timoteo

Abramos nuestros ojos, nuestras mentes y sobre todo nuestros corazones, con la ayuda de Dios, y acojamos estas palabras (anotando en nuestro cuaderno aquellas palabras que más me hablen especialmente a mí):

2 Timoteo 4 (1-8)

(1) Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: 
(2) Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. 
(3) Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; 
(4) y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos. 
(5) Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio. 
(6) Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. 
(7) He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. 
(8) En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Reflexión personal:
¿Qué me dice a mi este texto que acabo de leer?
(a cada persona nos dice diferentes cosas)

A mí me dice que debo reconocer las palabras claves que son:

1- Redarguye; Convencer de culpa, hacer que el pecador se de cuenta que esta en el camino equivocado.
En la actualidad las personas quieren escuchar palabras que satisfagan sus necesidades no éticas, sin sentido, superficiales, emociones con preferencia a lo material.

2- Reprende; Corregir, amonestar, porque es necesario reprender de manera directa al hermano en Cristo, que rehusa a arrepentirse de sus pecados. 
Corregir nuestra propia conducta de comportamiento, reflexionando sobre lo que estuvo mal y dejar de hacerlo para continuar con  el bien.

3- Paciencia; Nada se hace de un solo salto, es paso a paso, como se logra alcanzar lo deseado, sin premuras de tiempo y carreras por ver el resultado final.
Debemos estar conscientes de que la tarea de evangelización no será fácil y debemos estar preparados en comunión con Jesús para cumplir su mandato. 

4- Doctrinas (Instrucción); Se refiere a la palabra de Dios, al texto bíblico donde están las enseñanzas para alcanzar la salvación y vida eterna. Cristo vendrá para establecer su reino y pide predicar su palabra que contiene hechos que creer, mandamientos que obedecer y promesas que gozar.
Con la esperanza de la venida del Señor, tendremos premio (la corona de justicia) por el duro trabajo de salvación que hemos hecho con nuestro prójimo.

Oración 5 del Libro Encuentro: Manual de Oración 
TE DI TAN POCO

¡Te di tan poco, Señor Jesús, 
pero Tú hiciste de eso algo tan grande!
¡Soy tan poca cosa ante Tí, 
y me tornaste tan rico!

No conseguí darte
todo lo que hubiese deseado,
ni logré amarte como yo quería y soñaba.

Te di tan poco, de verdad, tan poco, 
y con tan poco entusiasmo y alegría.

Sin embargo, Tú sabes que en ese “poco” 
yo quise poner todo mi corazón.

Tú ves el fondo de mí mismo, 
con mi deseo de darte mucho más.

Como transformas mi pobreza en riqueza, 
y mi vacío en plenitud, 
toma mi don tal como es, 
toma también todo lo que él no es 
a fin de que en mí haya entrega total,
con mi propia miseria,
y sea todo de nuevo recreado
por el poder soberano de tu amor. 

Amén.


Canto 33 del Libro: Cantoral del Tallerista
MI ALMA ESPERA EN EL SEÑOR
(Salmo 130)

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
porque en El está la salvación.

Desde lo hondo, a Ti grito, Señor,
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de Ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora.

Porque del Señor viene la misericordia
y la redención copiosa;
y El redimirá a Israel
de todos sus delitos.


MODALIDAD DE ORACIÓN
En el Espíritu de Jesús

Imaginar a Jesús en adoración, por ejemplo de noche, en la mañana, bajo las estrellas.

Con infinita reverencia, en fe y paz, entra en el interior de Jesús. Trata de presenciar y revivir lo que Jesús viviría en su relación con el Padre, y así participa de la experiencia profunda del Señor.

Trata de presenciar y revivir los sentimientos de admiración que Jesús sentiría por el Padre. Decir con el corazón de Jesús, con sus vibraciones, por ejemplo, “glorifica tu nombre”; “santificado sea tu nombre’.

Colocarse en el interior de Jesús, asumir sus armónicas y revivir aquella actitud de ofrenda y sumisión que Jesús experimentaría ante a voluntad del Padre cuando decía: “No lo que yo quiero sino lo que quieras Tú”. “Hágase tu voluntad”.

Qué sentiría al decir “cómo Tú y yo somos una misma cosa”, al pronunciar “Abba” (¡querido Papá!), tratar de experimentarlo. Ponerse en el corazón de Jesús para pronunciar la oración sacerdotal, capítulo 17 de San Juan.

Todo eso (y tantas cosas) hacerlo “mío” en la fe, en el espíritu para revestirme de la disposición interior de Jesús. Y regresar a la vida llevando en mí la vida profunda de Jesús.

Esta modalidad de oración sólo será posible en el Espíritu Santo “que enseña toda la verdad”.


Canto 27 del Libro: Cantoral del Tallerista
INÚNDAME, SEÑOR, CON TU ESPIRITU

Inúndame, Señor, con tu Espíritu
Inúndame, Señor, con tu Espíritu
Inúndame, Señor, con tu Espíritu
Inúndame, Señor, con tu Espíritu

y déjame sentir
el fuego de tu amor
aquí en mi corazón Señor.

y déjame sentir
el fuego de tu amor
aquí en mi corazón Señor.

Para ver el video en Youtube (regalos40), en la voz del Padre Ignacio Larrañaga, hacer clic en: Libres para amar

Es un mensaje maravilloso en la voz del Padre Ignacio Larrañaga, sobre el encuentro con Dios, con las siguientes ideas principales:

a) Libres para amar
b) De la vida a la oración; de la oración a la vida
c) Cambios de una figura a otra
d) Misericordiosos y sensibles
e) Humildes y pacientes
f) Opción preferencial por los pobres

Hay gente que dice para que rezar “mira a los que rezan, mira como son infantiles, como se les ve tensos, alterados”. Si alguna vez los que rezan lo son así, no lo serán por rezar, a lo sumo será por rezar mal o por no rezar bien, en todo caso, hay que preguntarse que si rezando son así, como sería si no rezaran. No se puede decir tan alegremente “rezan y no cambian”, todos sabemos por experiencia propia que por un arranque agitado que tuvimos cuantos vencimientos anteriormente no presenciados por nadie, para cuando notamos una mejoría en nuestro carácter cuantas superaciones anteriormente, cuantas veces, la gente hace ingentes esfuerzos pero en silencio, nadie los ve.  Toda transformación es evolutiva y terriblemente lenta, no hay saltos, hay pasos, no se puede decir tan alegremente “rezan y no cambian”.

Así y todo, es bueno provocar un cuestionamiento entre la oración y la vida. La oración tiene que desafiar a la vida y a su vez, la vida tiene que desafiar a la oración y ambas tienen que purificarse mutuamente. Hemos conocido personas que a lo largo de sus vidas no pararon de rezar rosarios, de recibir sacramentos, sin salirse nunca de las iglesias y sin embargo hasta la muerte se mantuvieron caprichosas, susceptibles, conflictivas, al parecer, no cambiaron, no mejoraron y en contraste el Dios de la biblia es aquel que siempre cuestiona, incomoda, desafía, nunca deja en paz; aunque siempre deja la paz, no responde; pregunta, no facilita; dificulta, no explica; complica, siempre hay un Egipto de donde salir y este nuestro Dios siempre nos esta obligando a salir de los círculos concéntricos y geocéntricos poniéndonos permanente en marcha hacia una tierra de libertad y madures, es un Dios libertador.

Ahora bien, como se explica que estas personas piadosas hayan dedicado tantas horas a Dios y un Dios esencialmente liberador, ¿como no las liberó? este Dios que nunca deja en paz como las dejo en paz y sin paz. Un intento de explicación de este fenómeno seria el siguiente: Estas personas en lugar de dar culto a Dios, se dieron culto a si mismas y sin darse cuenta, parecía que buscaban a Dios, se buscaban a si mimas, parecía que amaban a Dios, se amaban a si mismos, parecía que servían a Dios, se servían de Dios, aquel Dios a quien tantas horas dedicaron, no era el Dios verdadero, era una transposición de su yo a lo que llamaban Dios, un refugio de sus temores y deseos, una identificación de su imagen con la imagen de Dios, de sus intereses con los intereses de Dios, aquel Dios nunca fue el otro completamente otro que yo, absolutamente distinto que yo, no lo fue, de alguna manera era el mismo la misma persona, el centro de atención y de interés, no estaba en Dios estaba en uno mismo. 

En resumen, estas personas nunca se salieron de sus fronteras, del circulo de sus intereses, por eso no crecieron, porque no salieron de si mismos, porque se mantuvieron encerrados en sus círculos egocéntricos, porque no hubo salida, no hubo libertad y no hubo amor, solo se amaron a si mismos.

En la primera parte del sermón de la montaña se nos habla de la pobreza, de espíritu, de la humildad de corazón, de la paciencia, de la mansedumbre del perdón, lo que quiere decir, que las exigencias egoístas han sido negadas y las energías egoístas una vez liberadas quedan disponibles al servicio del amor, por eso en la segunda parte del sermón de la montaña se nos habla de hacer el bien a los que nos hacen el mal, perdonar a los que nos ofenden, corregir al hermano, hacer el bien sin buscar la gratitud o la recompensa, amar universalmente y no solo a los que nos aman, en suma, en la primera parte del sermón de la montaña se trata de la humildad y en la segunda parte del amor, de la humildad al amor, he ahí el resumen del sermón de la montaña: “libres para amar”.

Existe pues un circuito vital desde la vida hacia Dios, desde Dios hacia la vida y en medio el encuentro. Se dice por ahí que a Dios hay que buscarlo en la calle, en el fragor de las multitudes, sin embargo esta constatado en la biblia que los que combatieron por la liberación de los pueblos se retiraron primero a la soledad completa y de ahí, salían sanos y fuertes para comprometerse con los intereses del pueblo, así hizo Jesús. He tratado con Dios, he estado con mi Padre, de ahí nace y se hace presente, en mi como un clima interior, como una presencia divina que me acompaña durante el día y con El a mi derecha, como dice el Salmo “doy la batalla”. 
Se me presenta una dificultad, por ejemplo aceptar a este tipo difícil, olvidar esa ofensa o aquella injusta, sin ninguna dificultad supero la prueba porque la presencia viva de mi Señor me da fuerza y alegría y así, crece el amor y este amor despierta en mi nuevas ganas de estar con El Señor, con lo cual, su presencia en mi se hace mas densa y de nuevo regreso a la vida, pero con un Jesús mas vivo y vibrante en mi, surge la lucha, ganas de convivir exclusivamente con los que son de mi afinidad, retirar a este la palabra o la mirada, inhibirme en esta ocasión, Jesús plantado en la puerta de mi consciencia cierra el paso a esos instintos negativos.

Este hermano nació rencoroso ante una ofensa le nace violentamente el impulso de la venganza, pero ese impulso antes de trasladarse al campo del comportamiento tiene que pasar por la portería de mi consciencia, si Jesús esta despierto y fuerte en la consciencia, tomara con sus manos ese impulso y le torcerá el cuello y lo que era impulso de venganza, se habrá transformado en actitud de perdón y comprensión.

Este otro hermano nació extremadamente irascible, supongamos, ante un estimulo exterior, le sube furiosamente el ímpetu de la ira, pero este ímpetu antes de hacerse presente en el campo de la conducta, tiene que pasar por la portería, si Jesús esta alerta y vivo en el umbral de la portería al intentar la ira trasponer ese umbral, Jesús agarrara con sus manos esa ardiente furia le torcerá el cuello y así para cuando la ira pase al campo del comportamiento será en forma de paciencia, mansedumbre, benignidad. 

Supongamos que un hermano nació notablemente egoísta, de esa clase de personas que solo de si se preocupen, se despreocupan de los demás, se sirven de todo y no sirven a nadie, cuando en un momento determinado ese hermano intenta reaccionar egoístamente, Jesús lo atajará en la portería y la actuación del hermano será preocupado de los demás y despreocupado de si, sin servirse de nada y sirviendo a todos amor, es en Jesús en quien y con quien voy adquiriendo esas semejantes victorias se va haciendo cada vez mas vivo y presente en la intimidad y por eso mismo me cautiva y me arrastra casi irresistiblemente a un encuentro con El, acompañado de Jesús vuelvo nuevamente a la vida siento que sigilosamente que esta germinando en mi corazón la hierba mala de la enemistad contra el hermano, me acuerdo de Jesús y sin mas la llama se apaga y así, caminando a la luz de la presencia gratificante y apasionante de mi Señor Jesucristo, los impulsos de irritabilidad, caprichos, envidias, venganzas, sed de prestigio y placer, todo se va superando en Jesús y con Jesús y crece el amor y como el amor es unitivo, crece la atracción y velocidad hacia El. Cuanto mas se ora a Jesús esta mas presente en mi consciencia y cuanto mas presente, los impulsos son neutralizados mas fácilmente transformándose en fuerzas de amor, en este largo proceso, yo insensiblemente voy divizandome, es decir, voy pasando del egoísmo al amor porque Dios es amor y así, poco a poco voy dejando de ser yo mismo y voy siendo cada vez mas Jesús. Salto a la vida y con Jesús todo es fácil, todo tiene sentido y vivir es un gozo, cada superación va acompañada de alegría y plenitud, crece el amor que me arrastra otra vez al encuentro y del encuentro otra vez a la vida y así, sucesivamente, este es el circulo vital en que la vida y la oración caminan tomados de la mano en un reciproco crecimiento armónico.

El amor como dijimos es una fuerza unitiva, pero es imposible que seres tan desparecidos y hombres, a menos que uno de ellos pierda resistencia dejando de ser poco a poco uno mismo. Una gota de licor para diluirse en el agua, renuncia a ser licor. El hierro para fundirse en fuego, abandona la resistencia y renuncia a su naturaleza de hierro. Un pedazo de pan tiene que someterse a un proceso de pasividad y tiene que dejar de ser pan si quiere transformarse en mi vida.

El fuerte que es Dios, se apodera y asimila al débil que es el hombre a condición de que el hombre ceda en su resistencia. La actitud de abandono, es la condición indispensable para que toda divinizacion, cuanto menos resistencia y mayor abandono, mas aceleradamente Dios y el hombre irán transformándose en uno. Por este camino la semejanza entre los dos, puede llegar a ser tan grande que el hombre puede pasar por el mundo como si fuera la imagen de Jesucristo. Cualquier actividad orante que no conduzca a esta meta es inequívocamente evasión y falacia.

A la Cristificación total nunca se llega naturalmente, ya dijimos que la palabra total es muy engañosa porque no existe nada total, todo es un caminar lento y regular, vacilante con retrocesos, no hay saltos sino pasos.
La vida de oración conduce a un proceso de transfiguración, cambio de una figura por otra, dejar de ser poco a poco uno mismo para ser Jesús, para poder mirar como Jesús miraba y poder sentir como Jesús sentía, hablar como Jesús hablaba y amar como Jesús amaba. Contemplar con la mirada fija en la fotografía viva de Jesús, copiar pacientemente uno por uno todos los rasgos de Jesús para llegar también nosotros fotografías vivientes de Jesús en el mundo. 

Ser misericordiosos y sensibles como Jesús, en cinco oportunidades constatan los evangelios que Jesús se compadeció al contemplar una desgracia, no podía aguantar, se le derretían las entrañas, se le estremecían de emoción, es que no vivía consigo, siempre estaba salido de si, siempre estaba hacia los demás. Este vivir para los demás, debió impresionar tan vivamente que los testigo no lo pueden olvidar y lo hacen constatar una y otra vez. Dice el evangelio, Jesús se compadeció del leproso, le tendió la mano y le tocó diciendo: “Quiero ser sano”. 

Otro texto, Jesús se compadecía de las turbas y los enfermos, no pudo tomar alimento hasta sanar aquel hidrópico. En la Sinagoga, interrumpe la predicación para sanar al hombre de la mano seca, misericordiosos y sensibles como Jesús que convida la gran masa de los oprimidos y agobiados por toda clase de problemas, prometiéndoles una honda de descanso y de paz para sus corazones. En una declaración de principio, dice Jesús solemnemente que ha venido para sanar a los heridos de corazón, anunciar la libertad a los esclavos, a los ciegos la vista y a los oprimidos la liberación. 

Misericordiosos y sensibles como Jesús que se entregó a los abandonados con todo lo que él era, su pensamiento, su oración, su trabajo, su palabra, su cansancio, su mano, su saliva, la franja de su vestido y pone las obras de misericordia como el programa de examen final para el ingreso en el paraíso. Con gran sensibilidad se identifica con todos los necesitados de todos los tiempos cuando socorrieron a los hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos, presos, conmigo lo hicieron. 

En segundo lugar, ser mansos humildes y pacientes como Jesús, fuera de algún pequeño destello de impaciencia, Jesús es una persona que inspira infinita paz, serenidad y dominio de si, aún cuando lo apretaban, asediaban, ofrece todo premio a los mansos, a los que sufren con paciencia la persecución. 

Llenos de mansedumbre, paciencia y humildad como Jesús que estando en medio de calumnias e injusticias ante acusadores y jueces inicuos procede en todo momento con humildad, silencio, paciencia, dignidad, nunca se defendió, nunca se justificó ante las groseras calumnias, invitado Jesús a defenderse permaneció mudo como una piedra, lo que impresionó profundamente al Magistrado Romano.

Llenos de mansedumbre, paciencia y humildad como Jesús cuya paciencia fue sometida a duras pruebas en la noche de la Pasión, cuando lo azotaban, lo escupían, lo dilipendiaban, por toda respuesta Jesús sufre y calla. En este capitulo de la paciencia y de la humildad es donde mas deberemos preguntarnos ¿Que haría Jesús en mi lugar?, precisamente en la paciencia, mansedumbre y humildad, es aquí, donde nosotros fallamos mas a cada momento, unos porque nacieron así, otros porque están atravesando crisis momentáneas o prolongadas, otros porque tienen que enfrentarse a pequeñas y diarias contrariedades que les irritan y les hacen perder la paciencia, en fin, por una razón y por otras, todos deberemos preguntarnos como seria la paciencia de Jesús, como seria la humildad y la mansedumbre de Jesús. Debió impresionar tan fuertemente esta paciencia de Jesús, que Pablo conjura a los Corintios, diciendo: “por las entrañas de la mansedumbre de Nuestro Señor Jesucristo y Pedro en su primera carta, escrita después de 20 o 30 años de la muerte de Jesús, se conmueve profundamente al recordar que siendo injuriado, no devolvía injurias, siendo maltratado no lanzaba amenazas, y esto no se lo contaron a Pedro, con sus propios ojos horrorizados, lo había presenciado en la noche de la Pasión.

En tercer lugar, sinceros y veraces como Jesús, hablar como Jesús hablaba con aquella transparencia: si, si; no, no; es decir, sin tener personajes en la persona, sin ambigüedades. Uno de los momentos mas conmovedores del evangelio, es cuando sus propios enemigos hacen una fotografía de Jesús, diciendo: “Maestro, sabemos que eres veraz, que no tienes accesión de personas, que enseñas con franqueza el camino que conduce a Dios”, que esto nos lo digan los evangelios, no tendría nada de extraño, pero que estas palabras hayan salido de las bocas de sus enemigos, es un dato inapreciable. Sinceros como Jesús, que estuvo valiente y arriesgado, cuando unos amigos se le acercaron para advertirle que su vida corría peligro porque Herodes buscaba para matarlo. Les respondió comparando a Herodes con un zorro, agregando que el actuaría donde y cuando considera oportuno. Sinceros y veraces como Jesús que defendió la verdad, aún a costa de su vida, “Yo no he hecho otra cosa, que decirles la verdad y por decir la verdad, pretenden asesinarme”, decir la verdad a costa de perder discípulos, aun a costa de provocar escándalo y persecución.

Una de las expresiones mas hermosas del evangelio, es esta: “la verdad, os hará libres”. Estando ya Jesús a la vista de la eternidad, resume solemnemente la razón de su vida, con estas palabras: “para esto he nacido Yo y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad”. Largos años después de la muerte de Jesús, Pedro en su primera carta, al evocar la figura de Jesús, lleno de emoción nos deja esta nota: “en su boca, nunca nadie encontró mentira”, claro está, no se trata de mentiras de niños, sino de ambigüedad.

Finalmente, como Jesús tener predilección por los pobres, siempre volvemos a lo mismo porque Jesús volvía también a lo mismo, vivió con las manos abiertas a las multitudes desamparadas, no solo siente compasión por las turbas hambrientas, sino que se preocupa de darles  de comer, como Jesús, para el cual, los favoritos son siempre los pobres, de ellos es el reino. 

Cuando los discípulos de Juan se presentaron ante Jesús preguntándole, Maestro, sácanos de dudas de una vez, ¿Eres tu el que esperamos o debemos esperar aún otro? Jesús respondió: abran los ojos, observen los fenómenos y saquen las deducciones y lo que van a ver con sus ojos abiertos, es: los ciegos ven, los cojos andas y los pobres son cuidados preferentemente y no les dijo mas, pero la conclusión estaba flotando en el aire. Si los pobres son atendidos preferentemente, es señal de que el Mesías ha llegado ya y de que Yo lo soy efectivamente. 

Ahora, quienes son los pobres; son en primer lugar los que carecen de bienes económicos, pobres son en segundo lugar, los que carecen de categorías personales y también aquellos que carecen de amor en definitiva. La vida funciona por las categorías personales o polos de atracción, me explico. Esta persona no tiene nada, pero tiene belleza, su belleza será aquel centro de interés por el cual esta persona será estimada, rodeada, amada; no tiene belleza, pero tiene encanto personal, este encanto personal será el polo de atracción por el cual esta persona será rodeada, estimada, amada. No tiene ni belleza, ni encanto personal pero tiene bondad de corazón, su bondad será también aquel polo de atracción por el cual esta persona será estimada y amada. No tiene ni lo uno ni lo otro, ni lo otro, pero tiene fama o tiene dinero, ello hará que esta persona sea buscada, estimada y amada, pero que sucederá cuando la persona no tiene ninguna categoría personal, será olvidada y abandonada. He ahí, dos palabras precisas que definen a los pobres, los olvidados y abandonados.
¿Quien por gusto se aproximará a una viejita de 85 años, a un leproso, a un neurótico agresivo?, serán olvidados y abandonados. 
¿Quien buscará por gusto a los paralíticos, lisiados, deprimidos, enfermos mentales, sidosos y cancerosos terminales?, nadie; serán olvidados y abandonados.

No se puede decir tan alegremente que la iglesia ha estado siempre con los ricos como dicen algunos, lo mas genuino y autentico de la iglesia, son los santos y los santos en el 100 por ciento de los casos, han estado con los pobres, todos los que han tomado en serio a Jesucristo, han tomado en serio a los pobres, esta es una tradición nunca desmentida a lo largo de los 20 siglos del Cristianismo, los que han tomado en serio a Jesucristo, han tomado en serio a los pobres. 

Antes de que existiera la sensibilidad social en las entrañas de la humanidad, los santos se encontraron con un espectáculo, un Jesús comprometido con los marginados en una sociedad típicamente clasista y en una sociedad farisaica comprometida con los pecadores y los santos actuaron en consecuencia siguiendo las huellas de Jesús, ahora bien, preferencias si, exclusividades no. Jesús a pesar de su simpatía por los pobres no rechazo a los ricos, tuvo delicadas atenciones con Nicodemo, fue amigo de José de Arimatea y otros fariseos que eran hombres ricos, a pesar de estar comprometido a fondo con el pueblo humilde y humillado, se relaciono con los imperialistas romanos como el Centurión de Cafarnaun, socorrió a Jairo y la Sirofenicia de manera que preferencias si, exclusividad es no.


Canto 18 del Libro: Cantoral del Tallerista
ESPERA EN EL SEÑOR

Espera en el Señor, el te cobija;
¡Se valiente, se valiente!
Espera en el Señor, el te conduce,
te conduce y te cobija.

Tu eres, Señor, mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Eres la defensa de mi vida,
nadie me hará temblar.

Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad,
sino que acallo y modero mis deseos
como un niño en brazos de su madre.

¡Oh Dios! crea en mí un corazón puro.
Renuévame por dentro con espíritu firme.
Día tras día te bendeciré y alabaré
tu nombre por siempre, aleluya.


Oración 4 del Libro Encuentro: Manual de Oración
VINISTE COMO AMIGO

Llegaste a mí, humilde y discretamente, 
para ofrecerme tu amistad.

Me elevaste a tu nivel, abajándote Tú al mío, 
y deseas un trato familiar, 
pleno de abandono.

Permaneces en mí misteriosamente, 
como un amigo siempre presente, 
dándoseme siempre, 
y colmando por completo 
todas mis aspiraciones.

Al entregártenos,
poseemos contigo toda la creación, 
pues, todo el universo te pertenece.
Para que nuestra amistad sea perfecta, 
tú me asocias a tus sufrimientos y alegrías, 
compartes conmigo tus esperanzas, 
tus proyectos, tu vida.

Me invitas a colaborar en tu obra redentora, 
a trabajar contigo con todas mis fuerzas.

Quieres que nuestra amistad 
sea fecunda y productiva, 
para mí mismo y para los demás.

Dios amigo del hombre,
Creador amigo de la creatura,
Santo amigo del pecador.

Eres el Amigo ideal,
que nunca falla en su fidelidad
y nunca se rehúsa a sí mismo.

Al ofrecimiento de tan magnífica amistad, 
quisiera corresponder 
como Tú lo esperas y mereces, 
procediendo siempre como tu amigo. 

Amén.


Oración 59 del Libro Encuentro: Manual de Oración 
PARA SERVIR

Oh Cristo, para poder servirte mejor 
dame un noble corazón.
Un corazón fuerte
para aspirar por los altos ideales
y no por opciones mediocres.

Un corazón generoso en el trabajo, 
viendo en él no una imposición 
sino una misión que me confías.

Un corazón grande en el sufrimiento, 
siendo valiente soldado ante mi propio cruz 
y sensible cireneo para la cruz de los demás.

Un corazón grande para con el mundo, 
siendo comprensivo con sus fragilidades 
pero inmune a sus máximas y seducciones.

Un corazón grande con los hombres, 
leal y atento para con todos 
pero especialmente servicial y dedicado 
a los pequeños y humildes.

Un corazón nunca centrado sobre mí, 
siempre apoyado en ti, 
feliz de servirte y servir a mis hermanos, 
¡Oh, mi Señor!
todos los días de mi vida. 

Amén.


Bendición (Números 6, 24- 26):

El Señor nos bendiga y nos guarde
Ilumine su rostro sobre nosotros,
Y se apiade de nosotros.
Nos muestre su rostro y nos conceda la Paz.


En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.



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