(Agosto 8 de 1.907 -
Febrero 14 de 1.985)
Nació en Florencia
(Caldas) en el hogar formado por Don Ricardo Naranjo y Doña Dolores Duque. El 9
de Julio de 1.954 llega a La Virginia designado párroco por Monseñor Baltasar
Alvarez Restrepo y desde entonces se entrega en forma incansable y tesonera por
el bienestar moral, material e intelectual, dando inició al despertar de esta
tierra.
Entre los aportes más
significativos que el Padre Naranjo Duque hizo a La Virginia, tenemos:
Levantó el edificio
para vivienda y recepciones en la casa cural, emprendió la pavimentación de las
principales calles, inició la construcción del templo Nuestra Señora del Carmen
para rendir culto a Dios en esta tierra donde antes imperaba el odio y la
venganza, contribuyó a la construcción del Hospital San Pedro y San Pablo, de
varias escuelas y aulas escolares como el Colegio Liceo Femenino.
Fundador del Cuerpo
de Bomberos
Con la proposición #
3, de junio 30 de 1955 presentada en sesión extraordinaria ante la junta de
fomento, esta procedió a nombrar una comisión, que financiara, estudiara y
entrara a adquirir una máquina de extinción con destino a la organización del
cuerpo de bomberos.
La iniciativa de
fundación se cristalizo el 16 de julio de 1955, con un personal de 5 unidades y
16 bomberos voluntarios. Obtuvo personería jurídica por resolución 465 de
diciembre 3 de 1.963.
El Padre Roberto
Naranjo Duque se desempeñó como Capitán Capellán de Bomberos.
La Sociedad de
Mejoras Publicas
Su creación se debió
a una iniciativa de la Junta Pro-Municipio en Septiembre 22 de 1.939.
Los primeros
ciudadanos que durante varios años lucharon incansables por hacer de La
Virginia un lugar con proyección, fueron:
Isaac Rodríguez (alma
de desarrollo urbanístico), Carlos Restrepo (miembro de todas las entidades
cívicas), Ricardo Zapata G., Oscar Osorio, Antonio Hoyos, Manuel Castro,
Fernando Ocampo, Mario Giraldo, Pedro Muñoz, Iván Mejía, Félix Torres, Doctor
Gustavo Gartner, Carlos Mejía Pinzón, Valentín Vargas, Omar Henao, Alberto
Aristizabal, Ciro Blacburne y Daniel Uribe Restrepo.
El Colegio Nuestra
Señora de la Presentación
Un colegio católico,
inspirado en los principios y valores de respeto, responsabilidad, honestidad,
sencillez, piedad y trabajo era el sueño de una comunidad que optó por la educación
y la cultura, forjando la grandeza de su pueblo a partir de los buenos ideales
y laboriosidad conjunta, encaminada y orientada por un hombre que lo dio todo
al servicio de las gentes y pobladores de La Virginia.
Fundada por el
presbítero Roberto Naranjo Duque, acogiendo la iniciativa de monseñor Baltasar
Álvarez Restrepo, obispo de la Diócesis de Pereira de ese entonces. Inició
labores como colegio de la Presentación, el 25 de febrero de 1960, bajo la
dirección de la comunidad de las hermanas Dominicas de la Presentación.
Comunidad guiadas por su carisma fundacional formaron la infancia y
adolescencia de La Virginia en los principios (valores) que el evangelio
propone para dar respuesta y sentido al quehacer pedagógico posible en la
institución educativa. Valor histórico que enmarca y direcciona el ahora de
este quehacer pedagógico, motivando así la construcción de sentido de los
nuevos procesos de transformación institucional. Mediante Resolución 0756 del 6
de octubre de 2008 y a petición de las hermanas Dominicas, cambió de razón
social.
Colegio Bernardo
Arias Trujillo
Su construcción se
inició a finales de 1959, ordenada y firmada por el señor Alcalde Manuel
Caldera, el Personero Municipal Eduardo Correa Ocampo y el tesorero José
Bedoya. La edificación terminó con la construcción de dos (2) aulas con sus
respectivos servicios y dotación para iniciar con el grado primero de
Bachillerato (hoy en día llamado sexto de bachillerato).
El 2 de febrero de
1960 se Inicia su funcionamiento con el nombre de "Centro Cultural
Francisco José de Caldas" con un total de 45 estudiantes matriculados para
el grado primero de bachillerato dirigidos por el señor Luis Eduardo Ortiz como
rector y Conrado Correa como secretario. El 4 de marzo de 1960 el plantel fue bendecido
por el reverendo Roberto Naranjo Duque, quien celebró una misa en sus instalaciones.
Construyo la Iglesia
Nuestra Señora del Carmen
Una imagen importada
desde Barcelona, España: la figura de un Nazareno fue proclamada por Francisco
Jaramillo Ochoa como el nuevo Amo del Valle del Risaralda (en el año 1930) y le
construyó para su culto una Capilla, en el punto que los primeros pobladores de
La Virginia conocieron, con el fin de atraer y fomentar las costumbres morales
y cristianas de las gentes de aquella época muy relajadas por cierto. Empotrado
En la capilla construida por don Francisco Jaramillo Ochoa y dirigida por su
hijo Rafael – el mismo que ordenó incendiar los ranchos de los colonos de Cañaveral
-, a orillas del río Cauca, tomó nueva posesión, el Amo Nazareno.
En la nota
introductoria “Breve historia del Amo Nazareno de La Virginia”, elaborada por
el padre Roberto Naranjo Duque, cura párroco del Corregimiento de La Virginia
en 1956, como antesala a la “Novena del Amo Nazareno”, sostiene que el
principal objetivo de la imagen importada fue cristianizar el relajamiento de
las costumbres morales de los habitantes del puerto. Otro de los aspectos que
subraya el religioso es que el Amo pasó a ser el nuevo fundador del pueblo,
siendo parte esencial del patrimonio de la familia Jaramillo Ochoa. Reconoce
que la devoción por la imagen quedó en el olvido, no sin antes advertir dos cosas:
la Novena debía tener la “debida aprobación eclesiástica”, y su rezo buscaba la
“paz y tranquilidad de nuestro pueblo de La Virginia”, azotado por la violencia
bipartidista de la década del cincuenta.
Su primer lugar de
destino, según el relato, fue la hacienda Portobelo y luego la capilla y
durante diez y ocho (18) años la imagen quedó refundida en el anonimato, todo
debido al incendio provocado a la capilla. Según Abel Osorio fue el padre
Roberto Naranjo Duque quien recuperó la estatua, relanzándola ante la comunidad
el 14 de julio de 1954: “Desde entonces ante Él se doblan las rodillas en el
tiempo y allí se escuchan las plegarias y las súplicas al que todo lo tiene y lo
reparte” (p. 105). Para el año de la nueva entronización (1954) don Francisco
Jaramillo Ochoa "Pacho" había muerto, y La Virginia como el resto de
pueblos circundantes estaban envueltos por la violencia partidista.
Hoy la figura del Amo
Nazareno está empotrado en la parte superior del osario donde reposan los
restos del sacerdote Roberto Naranjo Duque en la iglesia del Carmen.
La siguiente es la
lista de los Párrocos en orden cronológico a partir de 1.927:
Pbro. Agustín
Corrales (Agto 14 de1.927 hasta Agto 14 de 1.928)
Pbro. Rosendo Chica (Agto
24 de 1.928 hasta Mayo 3 de 1.932)
Pbro. Alfonso González
(Mayo 15 de 1.932 hasta Julio 1 de 1.934)
Pbro. Isaías Cardona
(Julio 29 de 1.934 hasta Fbro 10 de 1.935)
Pbro. Antonio José
Valencia (Marzo 3 de 1.935 hasta Nov. 8 de 1.936)
Pbro. Antonio José Mejía
(Nov. 12 de 1.936 hasta Oct. 17 de 1.943)
Pbro. Miguel Gómez (Oct. 24 de 1.943 hasta Junio 27 de 1.954)
Pbro. Roberto Naranjo
Duque (Julio 11 de 1.954)
Pbro. Antonio José
Valencia (1.966)
Pbro. Ramón Zapata
(1.968)
Pbro. Alejandro
Ramírez (1.970)
Pbro. Bernardo Viera
(1.978)
Pbro. Gustavo
Valencia Franco (1.982).
Nombrado Párroco de
la Iglesia Inmaculada Concepción, que representa el quinto templo, fue edificado
en uno de los nacientes barrios y levantado en poco tiempo con un estilo
sencillo y moderno.
En 1959, el primer
Alcalde honorifico de La Virginia, Luis Jaramillo Montoya, hijo de Francisco
Jaramillo Ochoa, se refirió al padre Roberto Naranjo Duque como el artífice de
la creación del Municipio de La Virginia, destacando “su gran labor contra la
violencia, campaña permanente y tenaz que es preciso reconocerle y agradecerle”.
Cualquier
calificativo para hacer referencia a la labor del Padre Roberto Naranjo Duque,
es muy poco comparado con el aporte a todas las obras cívico-sociales en las
que su voz, tuvo incidencia para ejecutar y lograr que sus ideas tuvieran un
final feliz, ya que fue un hombre visionario del desarrollo de un pueblo
golpeado por la violencia, la intolerancia y el desorden en medio del
crecimiento y desarrollo social. Por lo anterior, me uno a todos sus seguidores
y menciono en voz alta: "La Gratitud es la memoria del corazón".
"Entre tinto y tinto tomo nota
sobre tanto que escucho y
dejo que mi imaginación reconstruya
la historia de mi pueblo"
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