Son historias fidedignas
sobre la fundación, vida y costumbres, contadas por tres (3) de
sus últimos sobrevivientes: Pedro Martínez Ramírez, Juan José Villegas y Juan
Moreno en el año 1960 al señor Abel Osorio Restrepo y quedaron registradas en
el libro LA VIRGINIA: LLAVE DE ORO DEL OCCIDENTE DE CALDAS, segunda parte,
paginas 16 al 20.
HABLA DON PEDRO
MARTINEZ RAMIREZ
Nací en Valparaiso el
7 de febrero de 1897; fueron mis padres Pedro Martínez H. e Indalecia Ramírez
Naranjo. Mi padre era andariego y vinimos en busca de fortuna, colonizando y
abriendo caminos.
Llegamos a La
Virginia en 1904, al paraje denominado "La Manchurria" que queda hoy
al frente de Coconí, un poco más arriba de la desembocadura del Totuí al
Risaralda, margen derecha; allí trabajamos un año con don Jesús Marulanda, hijo
de Francisco Marulanda el que fue dueño de lo que hoy es Bohemia.
De la Manchurria
pasamos, con el mismo don Jesús Marulanda, al punto denominado "El
Azufral", donde hoy se encuentra un campamento del ferrocarril del
Pacifico, junto a Jaibaná.
De El Azufral
seguimos con el mismo don Jesús a "Gonzalo Pérez", frente a la
desembocadura del rio Cañaveral con el rio Cauca y hoy propiedad de don Luis
Sanint, conocida hoy la propiedad con el nombre de "Puerto Alegre".
De allí pasamos con el mismo señor Marulanda hasta el punto denominado "El
Dagua" donde trabajamos hasta 1906, fecha en la cual don Francisco
Jaramillo Ochoa conquistó a mi padre para llevárselo para Portobelo, pues en
esos días dicho señor se hizo a esas tierras de manos de don José de la Paz
Botero y Antonio Toro, que eran los dueños de entonces.
Con el señor
Jaramillo Ochoa trabajamos hasta 1911 fecha en que murió mi padre, la que
sucedió en Circasia, punto donde están hoy los tanques del acueducto de La Virginia.
En 1908, vino el
primer barco llamado "El Caldas", pues anoto que hacía años no venían
barcos por causa de la guerra; ese comercio de navegación lo volvió a
establecer don Francisco Jaramillo Ochoa que construyo una bodega en Portobelo
para almacenar los primeros cafés cultivados aquí y los de Apía, Santuario,
Belalcázar y Belén de Umbría; advirtiendo, además que en el año de 1910 ya
bajaba el Sucre, el Caldas y otros muchos, pues como el café era tanto se
juntaban hasta nueve barcos, entre ellos había uno con capacidad para dos mil
(2.000) sacos de cinco arrobas y media; así siguió la navegación hasta 1928
fecha en la cual la carretera y el ferrocarril desalojaron aquel servicio.
Puente y carretera.
El puente actual sobre el rio Cauca, junto con la carretera de La Virginia a
Pereira, fueron inaugurados en 1928.
El puente sobre el
rio Cauca se denomina Bernardo Arango, obedece su nombre al ingeniero que lo
construyó durante las administraciones de Arias Mejía, Francisco José Ocampo y Gutiérrez
Arango 1925 - 1928.
Tiene más de 100
metros de luz y un largo de 314 metros, y mide de ancho 4 metros.
En lo civil solo
recuerdo que en 1907 tuvimos el primer comisario mayor o sea un señor de
apellido Pinilla (alias Pataleta) el que fue reemplazado por un señor Castrillón,
familia de doña Gilma Castrillón, que aun vive.
Los puestos eran
desempañados ad-honorem.
En el año de 1909,
tuvimos el primer Inspector que fue el señor Francisco Chavez, el que le dio el mayor impulso y moralidad al
puerto naciente; duró largo tiempo. Se sucedieron varios mandatarios hasta la
llegada del señor Vicente Abad, el primero en comprar el primer solar, tanto
para el matadero, como para la capilla en el puesto que hoy ocupa.
Después vino don
Jorge Zapata a quien se le debe el primer alcantarillado y el primer acueducto;
luego don Elías Restrepo que con don Valentín Vanegas como secretario, fueron
los empeñados en darle la plaza que por muchos años ha servido de mercado a La
Virginia y la que en la actualidad se transformó en el hermoso parque, obra de
la Sociedad de Mejoras Públicas, frente a la Iglesia. Esta plaza obedeció al
incendio que destruyo la manzana y la que fue comprada por don Francisco
Jaramillo Ochoa, para convertirla en plaza.
Sobra decir que el
adelanto del pueblo se le debe en gran parte a la labor tesonera del doctor José
Jaramillo Montoya, ya que él en su carácter de Diputado a la Asamblea, fue el
promotor de las carreteras.
En lo religioso las
primeras misas fueron oficiadas por misioneros redentoristas venidos de Buga, después
tuvimos la visita de los padres Francisco Villegas de Belalcázar, Antonio José
Restrepo y el padre Chica, de Viterbo. El primer sacerdote de asiento fue el
padre Antonio José Valencia, el primero en echar las bases del actual templo,
en Julio 16 de 1935. El templo antiguo fue terminado por el presbítero Antonio Mejía
al que le sucedió el padre Miguel Gómez que por espacio de diez (10) años se
contentó con sostener lo hecho por sus antecesores.
Primera Capilla.
La
primera capilla fue construida en terrenos regalados por el señor Carlos Ramírez
y fue construida por los padres Redentoristas y vecinos en convites. La segunda
capilla fue hecha por don Francisco Jaramillo Ochoa en el punto donde ha
funcionado por mucho tiempo el restaurante "Brisas del Cauca", en la
calle primera, en la que sirvió por espacio de unos quince (15) años para los
oficios religiosos, hasta que el padre Antonio José Mejía paso La Majestad al
actual templo.
Nombres de La
Virginia.
Hasta la guerra Sopinga y de allí en adelante Bodega y Virginia. El
nombre de Nigricia no existió a partir del año 1904 en adelante.
De la Pacha Duran que
nos puede decir ?
Ya su historia, responde don Pedro, es bien conocida y en
Risaralda se cuenta más o menos bien su historia.
Don Pedro Martínez, murió
en Pereira el día 28 de abril de 1961. Formaba parte de la Junta Directiva del
Banco Industrial de la localidad, y miembro de la Junta de Fomento. Tomo parte
activa en la creación del Municipio.
Antiguo templo y construccion nueva Iglesia |
HABLA DON JUAN JOSE
VILLEGAS
Nací en Cartago en el
año de 1.894, soy de origen directamente caucano.
Vine a La Virginia hace
más o menos 56 años. Me traía mi madre de Cartago al pedazo de tierra que tenía
en lo que antes y hoy llamamos hacienda "Bohíos".
Mi madre era dueña de
un cacaotal de unas seis (6) cuadras y pagaba arriendo por la tierra a su dueño
don Demófilo Candela, Cartagueño. La parcela de mi madre quedaba frente de
"El Azufral", es decir es un zajón por donde hoy pasa el ferrocarril
(Bohíos - La Virginia). Se navegaba en
canoas. Bohíos paso de don Demófilo Candela a propiedad de don Pacho Jaramillo
Ochoa.
Cuando Yo vine a lo
que hoy es La Virginia, solo existían unos ranchos pajizos de coca de guadua y
de hiraca, situado en lo que hoy ocupa la plaza de carros, es decir, en la
calle primera. El rio Cauca, corría
en ese tiempo por donde están hoy las propiedades de doña Ester Sánchez y
Ernestina Mejía y lo que ocupa la calle primera de la Trilladora Royal. El
Risaralda desembocaba un poco más arriba de la trilladora América, casi a unos
tres metros.
El Risaralda corría
por donde están las propiedades de don Calixto Londoño (Mi Viejo Hotel), frente
a lo que llamamos café Champión. Este rio sufrió una variante durante la
administración de don Jorge Zapata.
Cuando Yo vine por
primera vez, no había capilla; había un rancho donde decían misa a unas veinte
varas de lo que más tarde se denomino "La Abarrotera", o sea la
esquina frente al actual iglesia, hoy Hotel Real, de Mercedes García.
Los sacerdotes venían
muy poco debido a la distancia. La primera capilla como iglesia, funciono
haciendo esquina en la calle primera con carrera segunda, es decir, en lo que
hoy es "Brisas del Cauca" (Restaurante).
Los habitantes eran
en su totalidad Caucanos, cosechaban: maíz, cacao, plátano y tabaco.
Las costumbres eran
licenciosas, peleadores, bebedores y bailarines.
Conocí personalmente
a La Pacha Duran y a su hija Transito, por apodo La Canchelo, quien tuvo un
hotel en Puerto Caldas y luego se vino a La Virginia.
La Pacha Duran traía
de Santa Ana, Valle, una banda de músicos dirigida por Vicente Martínez, a
tocar cada ocho (8) días los bailes que no rebajaban de uno o dos muertos.
El sacerdote que más
se apareció fue el padre Francisco Restrepo, de Belalcázar. Mi primera vivienda,
dice don Juan, fue en donde hoy se destaca el templo parroquial; allí viví con
mi esposa, pues case en Cartago en 1.922.
El servicio de policía
se prestaba así: unos comisarios armados de garrotes o bolillos de palo con
unas cadenas; no había mas de dos (2) o tres (3).
No había cárcel, sino
una especie de cepo.
El local de la
corrigiduria era un rancho pajizo, situado exactamente por lo que hoy ocupa la
casa Consistorial, al frente quedaba el mejor salón billar y como todos los
edificios, era pajizo.
El primer cementerio
lo oí mencionar con el nombre de Yarumal y quedaba detrás de la finca de don
Juan Pio Quinto Franco, donde hoy es Pueblo de Lata, hasta hace poco la zona de
tolerancia, es decir detrás de la Trilladora Royal. Este matadero funcionaba
debajo de un palo de Chambimbe; sacrificaban una res y dos cerdos cada ocho días.
El segundo matadero
fue en seguida de la casa de don Ramón Salazar a poca distancia de la lechería
de don Eleazar Saldarriaga, calle cuarta, más o menos frente a lo que hoy ocupa
el teatro Arroyave.
El tercer matadero es
el actual, junto al cementerio.
La Navegación se hacía
en canoas grandes y pequeñas, en ellas se traían plátanos, café, cacao y se
llevaban hasta el paso de "El Guineo", especie de puerto a donde salían
los artículos a lomo de bestias para Cartago. El cargamento del
Valle bajaba en balsas ranchadas y muy grandes. El rio Cauca era muy torrentoso
y de mucha palizada. Cuando ya hubo buques
era más animada la vida del puerto. Una draga se encargaba del arreglo del rio.
Entre los personajes más
conocidos del pueblo figuraban: Luis Castro, José María Mercado, Vicente
Medina, Juan Pio Quinto Franco, Amalia Cañarte y los Santanas.
Perdí mi negocio en
el incendio de 1.931 y con esta ultima declaración termina el amigo personal,
don Juan José Villegas, uno de los más valiosos elementos con que hoy cuenta La
Virginia en su vida comercial, social y política.
HABLA DON JUAN MORENO
Tengo setenta años. Nací
en Anserma viejo. Vine a La Virginia de unos catorce años. Me vine de la casa a
andar por camino de "El Español", cruzando por el tablazo, mas allá
de Viterbo; luego seguí por donde hoy esta Viterbo. Pase por la hacienda
"La Cecilia", que aun existe y que fue de los Salazares de Anserma.
Cuando llegue a esta
tierra, la llamaban Sopinga. Conocí a la Pacha
Duran en un cacaotal de calle larga. Case con una hija de la Pacha Duran
llamada Eufrasia Gutiérrez que aun vive; tenemos cuatro (4) hijos.
No creo en muchas
cosas de las que dice Risaralda; es falso que no se admitían sacerdotes y puedo
jurar que todos los niños se cristianaban, pues recibían el bautismo de manos
de padres que venían de Anserma, Viterbo y Belalcázar. Me toco ayudar a abrir
parte de la hacienda Portobelo de la que fue dueño en un principio don José de
la Paz Botero, de Manizales; también me toco ayudar a abrir la hacienda
"La Suiza", de don Alfredo Arango y don Pacho Jaramillo Ochoa. Cuando fueron
llegando los ricos nos despojaron de las sementeras sin pagarnos nada.
Me toco la muerte de
la Pacha Duran, en calle larga, según entiendo de un tumor y se decía que tenia
ciento catorce (114) años. Vivió vida marital con un militar, abandonando a su
legitimo esposo, y se dice que del militar hubo a la Canchelo. La Canchelo murió en
Cali tuberculosa; tuvo hijos, pero ninguno sobrevivió; no es cierto que haya
perdido o le hayan amputado una pierna; lo que si perdió fue un dedo de la
mano.
Don José Ramírez de
Manizales, fue el primero que rompió la vía de Sopinga a Belalcázar. Los de Santuario venían
por Peralonso que en esa época se llamaba "El Alto de Paula".
Aquí contrajo
matrimonio la hija de don Pacho Jaramillo Ochoa con el doctor Alfonso Bernal,
ingeniero. Me toco trabajar con
el doctor Bernal en Chapas, (quebrada), haciendo una obra para el ferrocarril.
Chapas queda mediano a Puerto Caldas.
Cuando se rompió la vía
Cerritos se pasaba el Cauca en canoa o barcas por el punto denominado Dagua,
abajo de balsillas, en finca de José María Mercado.
El mercado se hacia
los domingos como ahora en toldos y tendidos.
El principal mercado
consistía en cacao, maíz, plátano y otros artículos que ya se producían en
abundancia en la región.
"Entre tinto y tinto tomo nota
sobre tanto que escucho y
dejo que mi imaginación reconstruya
la historia de mi pueblo"
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