viernes, 14 de agosto de 2015

LA FAMILIA ENCANTO

© lopatino - All rights reserved.
Muchas son las historias sobre la vida del águila que me han impactado por su representación de poder, agilidad, grandeza y dominio de grandes áreas, las cuales en muchos casos son interpretadas como mensajes para la educación de los hijos, otros como etapas de superación personal al desprendernos del pasado con cambios radicales de costumbres, tradiciones y recuerdos que solo causan dolor, para luego poder enfrentar nuevos procesos y en otros casos de sacrificio físico como lo es la renovación del águila, al esconderse en un punto bien alto de la montaña durante 150 días para no volar mientras golpea su pico contra la roca hasta reventarlo y dar paso al crecimiento de uno nuevo, con el cual arrancara sus viejas y deformadas garras, para que aparezcan unas nuevas y posteriormente tirara sus viejas plumas completando su transformación para iniciar una nueva etapa de vida.

El águila construye el nido con todos los elementos que la naturaleza le proporciona, incluso con ramas llenas de espinas, no para lastimar a sus polluelos, sino para que cuando crezcan ellos puedan construir sus propios nidos y no participan de sus defectos, ni dan abrazos de oso que impiden mover alas y patas para volar libremente, sino por el contrario acompañan a sus polluelos en el viaje migratorio buscando nuevos rumbos.
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La historia comienza cuando una pareja llamadas en español águilas pescadoras, algunas veces conocidas como halcones de río y en ingles como “ospreys”, hace dos años construyeron su nido sobre el cable eléctrico primario de alta tensión que produce energía a la ciudad sobre un poste en la avenida principal, pero causo un corto eléctrico y la interrupción del servicio de energía durante varios días, además daños materiales a los comerciantes del sector, debiendo ser trasladado el nido a otro lugar cercano por los funcionarios encargados de la preservación del habita y conservación del medio ambiente con condiciones mas seguras para todos y regresaron de nuevo al nido donde el año anterior habían estado y conformado su familia. 

Este año en Abril anidaron nuevamente y dieron vida a tres polluelos, a los cuales he adoptado fotográficamente y los llamo: “La Familia Encanto dando a conocer todas sus cualidades entre los desprevenidos transeúntes que observan mi constante toma de fotos sobre todos sus movimientos y después de pasar varios meses observando el comportamiento, técnicas y formas de actuar de la familia de águilas pescadoras que decidió anidar cerca a mi lugar de trabajo, tome la decisión de mostrar fotografías de toda esta maravillosa experiencia y cúmulos de enseñanza que nos proporcionan.

La señora Encanto es la encargada de tejer y armar con ramas secas y toda clase de basura vegetal el nido donde sus polluelos permanecen, haciendo reformas al diseño del mismo, a medida que ellos van creciendo y los materiales van perdiendo consistencia, es algo así como mantener las cosas de la casa en el lugar correcto para poder tener una placentera permanencia, además de alimentar a los polluelos con la carne de pescado que constantemente provee el señor Encanto, quien debe permanecer solo en otro árbol ubicado a cierta distancia pero muy atento a cualquier llamado de alerta que le hace la señora, ya que en varias ocasiones se acercan otras aves con la intención de robar la comida y en algunos casos de atacar a los polluelos, interrumpiendo el sueño y cálido bienestar de los integrantes de la familia. En cortos vuelos como para ejercitar un poco sus músculos, la señora Encanto vuela hasta el árbol donde habita su pareja no solo para acompañarlo, sino también para enviarlo a pescar y poder dar alimento a sus polluelos.
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A medida que pasan los días y el plumaje se hace mas vistoso en los polluelos, sus pulmones se hacen bastante fuerte para emitir sonidos de angustia y desesperación (algo parecido a “kiu, kiu, kiu”) tal vez sea por el hambre o la salida momentánea de su madre del nido, haciendo que de inmediato ella regrese para calmar sus llantos. Mientras tanto sobre el mismo nido, los polluelos tratan de abrir sus alas y fortalecer sus músculos en prueba de su ansiedad para iniciar el vuelo, pasando de un lado al otro del nido, con torpes y fuertes aleteos, que se pueden asociar con los actos de fortalecimiento de un niño al caminar.
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En la medida que el tamaño de los polluelos crecen, el espacio del nido se hace mas reducido y mas frecuentes son los vuelos de la madre hasta el árbol cercano donde habita su pareja y permanece allí mas tiempo durante las horas del día acompañándolo y observando como sus polluelos cada día tratan de mantener el aleteo constante y se sostienen volando, con una constante comunicación entre ellos, que a veces, se vuelve preocupante y bastante angustiosa porque nosotros los seres humanos, creemos que alguno de ellos esta enfermo o requiere de algo, pero es simplemente el constante animo que la madre les transmite para que intenten ir hasta donde están sus padres y de esta forma aprendan a volar en terreno abierto. 
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Hasta que por fin llega el momento y los polluelos mas atrevidos dan el paso al vacío para iniciar sus primeros vuelos y llegar hasta donde esta su padre, quien lleno de orgullo haciendo mucho ruido, inicia una serie de vuelos alrededor del árbol tal vez en aviso de alerta por si hay otras aves cercas o quizás por si alguno de su polluelos no alcanza a llegar, poder auxiliarlo y evitar que sufra un accidente, es algo como crear un cordón de seguridad alrededor de su familia y ahora ellos son dueños absolutos de toda el área que incluye sus arboles y ninguna otra ave puede intentar pasar junto a ellos. 

Una vez que han aprendido a volar, su padre va adelante de los paseos cortos alrededor del área, como si les enseñara a reconocer el terreno y vayan grabando su ubicación para regresar a casa. Durante estos paseos familiares, son llevados al lago para iniciar la pesca, aunque en un comienzo, los polluelos solo hacen vuelos de acompañamiento, cuando regresan al nido, su madre aun los alimenta para fortalecer esos lazos de amor y entrega maternal, hasta el momento en que ellos puedan valerse por si mismos y hacer sus propias vidas.

Para los meses final de Agosto y comienzo de Septiembre, se inicia la partida de toda la familia Encanto con destino a Suramérica donde se radicaran cerca de ríos o zonas costeras con buena vegetación y podrán disfrutar de la libertad dada a la naturaleza, como también tomar cada uno de los polluelos un rumbo diferente, ya que para el próximo mes de Mayo esperare que el señor y la señora Encanto regresen a sus viejos nidos de amor y puedan crear otra nueva familia.
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En la primavera, alrededor del mes de mayo comienza el cortejo, que consiste en una espectacular serie de vuelos acrobáticos sobre el nido, ascendiendo a gran altura para realizar luego un picado hasta casi el suelo. La pareja también realiza vuelos conjuntos, con rápidas persecuciones entre los árboles cerca al nido. Días posteriores al apareamiento la hembra pone de 2 a 4 huevos blancos, con abundantes manchas de color marrón oscuro, del tamaño aproximado de un huevo de gallina, pesan unos 65 gramos y son incubados por 5 semanas. Mientras tanto es el macho quien se encarga de proveer alimento y protección a la hembra y a los huevos. Cuando las crías salen del cascarón dependen del padre para su alimentación, primero comerá el macho, y dejará el resto para la hembra y los pollos, los cuales estarán listos para volar en unos 55 días después de su salida del huevo.

Los sexos parecen bastante similares, pero el macho adulto puede distinguirse de la hembra por su cuerpo más delgado y alas más estrechas. La banda de pecho del macho también es más débil que la de la hembra, o es inexistente, y las coberteras alares del macho son más uniformemente pálidas.
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Localiza a sus presas desde el aire aproximadamente a unos 100 metros de altura, a menudo cerniéndose antes de zambullirse con las patas por delante para capturar el pez debajo del agua mientras se desliza por la superficie y cuando alza vuelo, coloca la cabeza del pez de frente, para disminuir la resistencia del aire y con su cuerpo forma una linea recta desde la cabeza hasta la cola.

Esta ave rapaz tiene el plumaje marrón en la parte superior del cuerpo, y blanca en la parte inferior.  La cabeza del águila pescadora es blanca y la marca que la identifica es una franja color café que se encuentra en el perímetro de cada ojo y desciende hasta el inicio de sus alas. Las águilas pescadoras jóvenes son similares a las mayores con excepción del tamaño, por supuesto, y del plumaje marrón y rojizo que está presente hasta en las zonas blancas.
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El fuerte pico es color gris y los ojos son amarillos con vetas color naranja. Las patas son un gran aliado de esta especie, pues son largas, puntiagudas y muy fuertes, con garras redondeadas. Todos sus 4 dedos de tarsos reticulados tienen la misma longitud con la gran ventaja de poseer un dedo reversible, pues permite que el águila atrape a sus presas con dos adelante y dos atrás y así evita que los peces se resbalen.

El águila pescadora tiene un tamaño mediano y evidentemente no mayor que otras águilas, esto se debe en parte a que necesita más ligereza para cazar con precisión. Llega a medir de unos 50 a 66 centímetros de longitud y hasta 180 centímetros de envergadura. Su peso se encuentra entre 0.9 y 2.1 kilogramos.

Está presente en prácticamente todos los continentes con excepción de Antártida. Tampoco se distribuye en el Polo Norte. Por consiguiente, después del halcón peregrino es el ave de presa más extendida. Reside en mayor proporción en Alaska, Estados Unidos, México, Argentina, Irlanda, Inglaterra, Australia, Islas Salomón, China, Indonesia, entre otros países.

El águila pescadora vive próxima al agua, en costas rocosas y alrededores de lagos. El nido es una gran plataforma de palos construida en árboles, cortados rocosos, utiliza las cuevas o grietas de las montañas postes telefónicos o plataformas artificiales. Generalmente reutilizan su nido todos los años, y mantienen la misma pareja durante toda la vida.

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Es un ave diurna que bien puede ser sedentaria, o bien puede ser migratoria. En cuestión de comportamiento, definitivamente no es un ave muy sociable pero tampoco completamente solitaria puesto que se ha identificado su gregarismo, es decir, se agrupa en épocas de reproducción con otras águilas de su misma especie y así forma parte de colonias. Incluso caza en grupo. Aún así el águila solo defiende su nido, su alimento y lo que se encuentra cercano a su alrededor; no defiende territorio o nido de las demás águilas de la colonia.