viernes, 26 de agosto de 2016

FUNCIONES Y USO DE LA FOTOGRAFÍA


Entre las diversas funciones de la fotografía predomina el registro de la familia y el turismo. Por su capacidad de consagrar y solemnizar, las fotos sirven para que la familia fije o plasme en el tiempo, sus eventos de mayor relevancia como: nacimientos, matrimonios, aniversarios, cumpleaños, etc. y reafirme periódicamente su unidad como familia.
El uso también es mayor en la época en que la familia tiene hijos y menor en la edad madura, quizás por la independencia y distanciamiento en las relaciones entre padres e hijos, se ha demostrado que los casados poseen mayor numero de máquinas fotográficas que los solteros y los casados con hijos superan a los que no los tienen, pero lo realmente importante es que si hay una correspondencia entre la práctica de la fotografía, la integración grupal o familiar y la necesidad de registrar los momentos más intensos de la vida conjunta, ya que los niños fortalecen la cohesión familiar al aumentar el tiempo de convivencia y estimulan a su padres a conservar todo esto y comunicarlo mediante fotos.
Las vacaciones y el turismo son los periodos en que crece la pasión por fotografiar, se debe a que en estas épocas se acrecienta la vida conjunta de la familia. Casi nadie fotografía su propia casa, salvo que la haya reformado y quiera testimoniar un cambio, por lo mismo, nos asombra el turista que se detiene a sacar una foto de lo que vemos todos los días; la fotografía es una actividad familiar, destinada a consagrar el honor familiar.
El uso de la fotografía en el turismo ha hecho pensar que las fotos son un modo de certificar la experiencia y también un modo de rechazarla: al limitar la experiencia a una búsqueda de lo fotogénico y convertir la experiencia en una imagen, algo así como un souvenir. Usada de esta manera la cámara ofrece mucho más que una experiencia; establece un modo de tener experiencia, de relacionarse con la realidad bajo la apariencia de una participación.
No sólo ha reformulado el campo y el significado del arte; propicia una estética aún fuera de la actividad fotográfica, es decir, un modo de organizar la sensibilidad, la relación entre lo que percibimos y lo que imaginamos. Esa estética es también una ética: bajo la simulación de que nos informa y nos hace participar. Fotografiar es esencialmente un acto de no intervención y lo tiene bien claro por ejemplo el periodista que toma fotos de un accidente o un acto político, sabiendo que no puede participar, y el que participa no puede dedicarse a la fotografía. La tarea del fotógrafo no es modificar lo que existe, sino registrarlo, conservarlo. Tomar una fotografía es tener interés en las cosas tal como están, ser cómplice de cualquier cosa que vuelva algo interesante, digno de fotografiarse, incluyendo, cuando ese es el interés, el dolor o el infortunio de los otros.
La fotografía parece, entre todas las artes, la más ligada al presente. Su poder, su exclusividad, se fundan en la pretensión de captar lo instantáneo. Las artes de lenta realización, como la pintura, son incapaces de captar la complejidad simultánea de un rostro; el intento del cubismo al poner múltiples planos en una sola imagen, muestra como el pintor debe forzar su lenguaje. Las artes narrativas, como la novela o el cine, disuelven la singularidad del instante en el transcurso, en la sucesión de hechos en el sentido histórico.
Sólo la poesía se aproxima a la concentración que la foto consigue sobre el presente. Pero ese poder ha sido aprovechado innumerables veces para distorsionar la realidad. Las fotos turísticas de playas y montañas son la captación de escenas familiares, suelen realizar este desplazamiento sutil por el cual el instante se conecta con la realidad. Al inmovilizar el momento sin darnos claves de cómo esa familia llegó a sentirse feliz en la fiesta, absolutizan el instante, lo sustraen del proceso al cual pertenece y que lo explica. Mucho más fácil que cualquier arte narrativa la foto puede servir a esa operación ideológica, que, suprimiendo la historia, convierte lo transitorio en esencial, un modo de estar en un modo de ser, lo adquirido en un don. La complicidad inherente de la fotografía con el instante la conduce a naturalizar la sociedad, a ontologizar la historia. 
Pero hay otras estéticas posibles para la fotografía al ser capaz de incorporar el paso del tiempo. La primera forma de salir del instante es incluyendo a los espectadores en la problemática fotográfica. Cuando pasamos de la producción a la recepción, inevitablemente se hace sentir el transcurso y el cambio. Quizás no hay comentario más frecuente ante las fotos que la observación del tiempo transcurrido, de lo joven que uno era en aquella época. Aunque no siempre esta evidencia temporal inserta a la foto en la historia; fotografiar también puede ser, una empresa dedicada a transformar la realidad en antigüedad.
Una fotografía histórica, es cualquier fotografía que ofrece una imagen creíble del pasado. Es capaz de soportar el estudio e interpretación de la historia. Ciertamente los años de constante y cuantiosa producción de material fotográfico implican una ardua labor por parte de un gran numero de fotógrafos para el registro de incontables situaciones acaecidas durante el lapso. En la misma medida, el interés aislado de gente visionaria que ha dedicado su empeño al cuidado y conservación de este material han permitido que tengamos acceso a imágenes, que de no haber sido por su esfuerzo, no hubiéramos tenido oportunidad de conocer. Es aquí donde interviene el segundo factor que determinado la presente situación; la indiscutible dificultad de obtener conocimientos de técnica fotográfica.
El aprendizaje empírico se da silvestre y aunque acompañado de buenas intenciones, ocasiona una prolongación del problema por la falta de información para producir actualmente imágenes fotográficas duraderas. De otra parte, la información disponible en cuanto a procesos de conservación del material ya existentes es prácticamente nula, y tal ves por ello se presentan casos con relativa frecuencia en los cuales por desconocimiento de los problemas inherentes a las técnicas antiguas, no obstante el propósito de preservarlas, se ven desaparecer por la acción de procedimientos inadecuados, importantes imágenes de la vida nacional.
Si consideramos que la fotografía es el medio de expresión y de registro con el cual tenemos contacto permanente y obligado, bien sea como realizadores o como simples recolectores, es importante tener conciencia clara del compromiso que ello genera con la historia. No se trata de imágenes que nos pertenecen a nivel individual sino de registros que en conjunto reúnen referencias invaluables sobre el desarrollo social, político y económico del país, y que revelan información definitiva en el conocimiento y comprensión de nuestra propia identidad.
Ha sido tanta la evolución de la fotografía que casi ninguna de las actividades de la ciencia se escapan de su uso, la influencia de la fotografía ha sido tal que ha ido individualizando más al hombre, le ha hecho crear otras necesidades en determinadas circunstancias banales, como también la necesidad de exteriorizar sus sentimientos, de ahí que existan tantos fotógrafos que se quieran comunicar a través de la imagen. Es tan inconmensurable está comunicación que a través de otros elementos tecnológicos, cine, TV, etc., que desde un punto estático podemos tener una idea general del conocimiento sobre lo que es el mundo, costumbres, razas, fauna, etc. El mensaje fotográfico actual al igual que en su origen nos estereotipa nos ataca con ideas de cambios consumistas, nos tienen bien informados sobre nuevos productos modas etc. Son avalanchas de información despersonalizantes manejadas por el gran imperio del capitalismo. La revolución de la imagen cambio y para siempre la tranquilidad del mundo, la lucha del poder es a través de la imagen, la objetividad del trabajador en las clases bajas es suplantar su personalidad con objetos que las imágenes venden y que le pueden mejorar su estatus así no se suplan necesidades más importantes.
La fotografía, la TV, el cine y ahora el vídeo no cumplen una función verdadera que en cuanto a educación y cultura debería cumplir. No sabemos lo que tenemos. Ojalá usted, que en este momento está aprendiendo sobre el tema de la fotografía tenga dentro de sus planes una inquietud más objetiva encaminada a la educación y a la culturización. 
Es la única forma de vivir la paz, cerremos un momento los ojos y analicemos el mundo que nos rodea sin imágenes fotográficas, sin cine, sin televisión, buenas o malas son nuestro punto de información, el testimonio de nuestra trayectoria por la vida, son el dolor, el progreso la transformación.
La tecnología y más exactamente la era del computador la absorbió: hay cámaras que no usan películas sino tarjetas de memoria, que terminando de hacer las tomas fotográficas introducimos al computador o cámaras con conexión wi-fi que trasladan todas las fotografías en archivos al computador para corregir errores de toma, copiamos y todo esto en pocos minutos. 
Será que llegará el día en que la sensibilidad del ser humano para tomar una fotografía, ese sentir de artista, ese valor humano agregado para hacerla mas real, sea reemplazada por algún aparato electrónico?



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