lunes, 10 de julio de 2017

PRÁCTICA SEMANAL - POBRES Y HUMILDES

La humildad es una preciosa virtud que todo cristiano debe cultivar en su vida. Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó que “el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” (Mateo 23, 12) y esto lo comprendieron muy bien los Santos.


I parte de la práctica semanal - Palabra de Dios
II parte de la práctica semanal - Modalidad

En esta semana las dos (2) primeras partes de la práctica semanal, están unidas en un mismo punto, dedíquese a familiarizarse con los Salmos, rezándolos tal como lo hemos enseñado y practicado:
Tenga a mano el cuaderno espiritual y eche mano constantemente de la pequeña pedagogía. No se conforme con los Salmos indicados, dedíquese a descubrir otros muchos que tocan fuertemente su alma.

Textos Bíblicos de la semana 13 (uno diario)

Día 1 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 16

(1) Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio. 
(2) Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti. 
(3) En cuanto a los santos que están en la tierra, ellos son los nobles en quienes está toda mi delicia. 
(4) Se multiplicarán las aflicciones de aquellos que han corrido tras otro dios ; no derramaré yo sus libaciones de sangre, ni sus nombres pronunciarán mis labios.
(5) El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte. 
(6) Las cuerdas cayeron para mí en lugares agradables; en verdad mi herencia es hermosa para mí.
(7) Bendeciré al Señor que me aconseja; en verdad, en las noches mi corazón me instruye. 
(8) Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. 
(9) Por tanto, mi corazón se alegra y mi alma se regocija; también mi carne morará segura, 
(10) pues tú no abandonarás mi alma en el Seol, ni permitirás a tu Santo ver corrupción. 
(11) Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.

Orar con el Salmo 16:
“(1) Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio. (2) Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti.”

“(8) Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. “

- Salmo de gran protección, principalmente contra espíritus perturbados.
- Ayuda a encontrar un objeto que ha desaparecido.
- Facilita las cuestiones relacionadas con herencias.
- Posibilita el desarrollo de la intuición.
- Permite recibir ayuda espiritual durante el sueño, si es invocada.
- Aleja el miedo a la muerte.


Día 2 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 130
(Funerales, Oraciones de confesión)

(1) Desde lo más profundo, oh Señor, he clamado a ti. 
(2) ¡Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. 
(3) Señor, si tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer? 
(4) Pero en ti hay perdón, para que seas temido.
(5) Espero en el Señor; en El espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. 
(6) Mi alma espera al Señor más que los centinelas a la mañana; sí, más que los centinelas a la mañana. 
(7) Oh Israel, espera en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en El hay abundante redención; 
(8) El redimirá a Israel de todas sus iniquidades.

Orar con el Salmo 130:
“(4) Pero en ti hay perdón, para que seas temido. (5) Espero en el Señor; en El espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. “

- Trae el perdón, redime las culpas.
- Para el reposo de las almas pecadoras.
- Petición en el momento de sufrimiento y enfermedad.

Día 3 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 86

(1) Inclina, oh Señor, tu oído y respóndeme, porque estoy afligido y necesitado. 
(2) Guarda mi alma, pues soy piadoso; tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía. 
(3) Ten piedad de mí, oh Señor, porque a ti clamo todo el día. 
(4) Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, elevo mi alma. 
(5) Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan. 
(6) Escucha, oh Señor, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas. 
(7) En el día de la angustia te invocaré, porque tú me responderás. 
(8) No hay nadie como tú entre los dioses, oh Señor, ni hay obras como las tuyas. 
(9) Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre. 
(10) Porque tú eres grande y haces maravillas; sólo tú eres Dios.
(11) Enséñame, oh Señor, tu camino; andaré en tu verdad; unifica mi corazón para que tema tu nombre. 
(12) Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre. 
(13) Porque grande es tu misericordia para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
(14) Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí, y una banda de violentos ha buscado mi vida, y no te han tenido en cuenta. 
(15) Mas tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedad, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad. 
(16) Vuélvete hacia mí, y tenme piedad; da tu poder a tu siervo, y salva al hijo de tu sierva. 
(17) Muéstrame una señal de bondad, para que la vean los que me aborrecen y se avergüencen, porque tú, oh Señor, me has ayudado y consolado.

Orar con el Salmo 86:
“(3) Ten piedad de mí, oh Señor, porque a ti clamo todo el día. (4) Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, elevo mi alma. (5) Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan. (6) Escucha, oh Señor, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas. (7) En el día de la angustia te invocaré, porque tú me responderás. “

“(10) Porque tú eres grande y haces maravillas; sólo tú eres Dios.”

- Socorro y consuelo para quien sufre.
- Madre pide protección para el hijo, para salvarlo de todos los peligros.
- Victoria y humillación de los enemigos.
- Para recibir señales.

Día 4 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 42
(Bautizos, Oraciones de lamentación)

(1) Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. 
(2) Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? 
(3) Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios? 
(4) Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí; de cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios, con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta.
(5) ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia. 
(6) Dios mío, mi alma está en mí deprimida; por eso me acuerdo de ti desde la tierra del Jordán, y desde las cumbres del Hermón, desde el monte Mizar. 
(7) Un abismo llama a otro abismo a la voz de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. 
(8) De día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo; elevaré una oración al Dios de mi vida.
(9) A Dios, mi roca, diré: ¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo? 
(10) Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios? 
(11) ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Orar con el Salmo 42:
“(2) Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? (3) Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios? “

“(5) ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia. “

- Para el alma abatida.
- Alivia las angustias del exilio.
- Conduce a la casa de Dios.
- Para encontrar un amor
- En los asedios espirituales.

Día 5 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 123

(1) A ti levanto mis ojos, ¡oh tú que reinas en los cielos! 
(2) He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de su señor, como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran al Señor nuestro Dios hasta que se apiade de nosotros.
(3) Ten piedad de nosotros, oh Señor, ten piedad de nosotros, porque muy hartos estamos de desprecio. 
(4) Harta en extremo está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del desprecio de los soberbios.

Orar con el Salmo 123:
“(3) Ten piedad de nosotros, oh Señor, ten piedad de nosotros, porque muy hartos estamos de desprecio. “

- Petición de compasión.
- Cuando el que sufre está harto de padecer.

Me ha llamado la atención, la petición de ayuda del salmo 123 porque siendo una oración de confianza, el poeta le pide a Dios que tenga compasión de él y de su situación.

El sentido original de la palabra compasión es sufrir juntamente con alguien, identificarse con su situación y su dolor, ir más allá de la lástima para implicarse personalmente. Jesús, se identificó hasta el máximo con la experiencia humana incluyendo la muerte, tomando la iniciativa de sufrir intencionalmente para que pudiéramos ser restaurados de todo dolor y sufrimiento que ha provocado el pecado.


Día 6 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 36

(1) La transgresión habla al impío dentro de su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos. 
(2) Porque en sus propios ojos la transgresión le engaña en cuanto a descubrir su iniquidad y aborrecerla. 
(3) Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; ha dejado de ser sabio y de hacer el bien. 
(4) Planea la iniquidad en su cama; se obstina en un camino que no es bueno; no aborrece el mal.
(5) Tu misericordia, oh Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento. 
(6) Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh Señor, al hombre y al animal. 
(7) ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas. 
(8) Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias. 
(9) Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.
(10) Continúa tu misericordia para con los que te conocen, y tu justicia para con los rectos de corazón. 
(11) Que no me alcance el pie del orgullo, ni me mueva la mano de los impíos. 
(12) Allí han caído los que obran iniquidad; han sido derribados y no se pueden levantar.

Orar con el Salmo 36:
“(9) Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz. (10) Continúa tu misericordia para con los que te conocen, y tu justicia para con los rectos de corazón. “

- Ayuda a recibir un dinero que nos deben.
- Es un salmo de fertilidad, ayuda a quedar encinta.
- Para la defensa de los animales.
- Contra una acción de despecho injusta.


Día 7 de la práctica semanal - Palabra de Dios
Salmo 103
(Funerales, Santa cena, Palabras de confianza)

(1) Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 
(2) Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. 
(3) El es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; 
(4) el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión; 
(5) el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila.
(6) El Señor hace justicia, y juicios a favor de todos los oprimidos. 
(7) A Moisés dio a conocer sus caminos, y a los hijos de Israel sus obras. 
(8) Compasivo y clemente es el Señor, lento para la ira y grande en misericordia. 
(9) No contenderá con nosotros para siempre, ni para siempre guardará su enojo . 
(10) No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades. 
(11) Porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande su misericordia para los que le temen. 
(12) Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones. 
(13) Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. 
(14) Porque El sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que somos sólo polvo.
(15) El hombre, como la hierba son sus días; como la flor del campo, así florece; 
(16) cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser, y su lugar ya no la reconoce. 
(17) Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos, 
(18) para los que guardan su pacto y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.
(19) El Señor ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todo. 
(20) Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato, obedeciendo la voz de su palabra. 
(21) Bendecid al Señor, vosotros todos sus ejércitos, que le servís haciendo su voluntad. 
(22) Bendecid al Señor, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su dominio. Bendice, alma mía, al Señor.

Orar con el Salmo 103 (palabras de confianza):
“(3) El es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; (4) el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión; (5) el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila.”

- Desarrolla la paciencia.
- Mantiene el espíritu joven.
- Aproxima a un ángel protector.
- Facilita la curación del alma y del cuerpo.
- Facilita la armonía entre padres e hijos.



III parte de la práctica semanal - Vivencia

a) Una sola pregunta llenará esta semana tu mente y tu corazón
¿Que puedo hacer yo por los pobres?.

b) Buscará afanosamente a los últimos, con el mismo afán con que otros buscan a los primeros.

c) Irá en busca de los olvidados y abandonados con el mismo espíritu con que iba Jesús, llevándoles presencia, ternura, salud, pan, bondad y comprensión. Piensa que Jesús va contigo: El dentro de ti y tú dentro de El.

d) Te harás presente, como si el mismo Jesús se hiciera presente, allí donde las circunstancias te lo aconsejen: en el asilo de ancianos, en los comedores comunes, en el hospital, en la cárcel, etc..

e) Tomarás el teléfono para ayudar con una palabra de esperanza y consolación a aquellos que están viviendo momentos difíciles en el matrimonio o en otras emergencias dolorosas de familia.

f) Defenderás a los oprimidos, alternarás con los humildes. Los que lleguen a tu puerta los recibirás como el mismo Jesús. No rehusarás en esta semana dar limosna a quien te la pida. 


Reflexion

Un niño rico acomodado, acostumbrado a los lujos y lo material le preguntó a su padre. “PAPI, ¿QUE SIGNIFICA SER POBRE ?”

El empresario, queriendo que su hijo supiera lo que es "ser pobre", lo llevó un par de días en la montaña con una familia campesina, para pasar tres días y dos noches en su modesta vivienda.

En el automóvil, cuando regresaban , el padre preguntó a su hijo:
¿Qué te pareció la experiencia de convivir con ellos?
Buenísima, contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
Y ¿qué aprendiste?, Insistió el padre.
El hijo contestó: 
- Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.
- Que nosotros tenemos un jacuzzi y ellos tienen un río de agua cristalina, donde hay pececitos.
- Que nosotros tenemos reflectores para alumbrar nuestro jardín, mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.
- Que nuestro patio llega hasta la cerca y el patio de ellos llega hasta el horizonte.
- Que nosotros compramos nuestra comida; ellos, siembran y cosechan la de ellos.
- Que nosotros oímos música por el iPhone, mientras que Ellos escuchan una perpetua sinfonía de golondrinas, ranas, ovejas, grillos, gallos y otros animales por la mañana.
- Que nosotros cocinamos en hornos microondas, en cambio Ellos, todo lo que comen tiene ese sabor del fogón de leña.
- Que para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas y Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
- Que nosotros vivimos conectados al smartphone, Facebook, televisor y Ellos, en cambio, están "conectados" a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.

El padre quedó impactado por la profundidad de las respuestas y entonces el hijo terminó diciendo:
¡Gracias papi, por haberme enseñado lo pobres que somos nosotros! ¡Y lo rico que son ellos!

No nos equivoquemos al pensar que la riqueza esta en el dinero y lo material. LO MATERIAL NO LO ES TODO EN ESTA VIDA, Lo más importante es disfrutar de todo aquello que ni todo el dinero del mundo podría comprar. "La humildad y la sencillez te hacen grande nunca lo olvides”. 




MEDITACION DIARIA del Papa Francisco: Sólo el humilde comprende


Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en lengua española, n. 49, viernes 5 de diciembre de 2014

La grandeza del misterio de Jesús sólo se puede conocer humillándose y abajándose como lo hizo Él, que llegó al punto de ser «marginado» y ciertamente no se presentó como un «general o un gobernador». Los teólogos mismos, si no hacen «teología de rodillas», corren el riesgo de decir «muchas cosas» pero de no entender «nada». Ser humildes y mansos, por lo tanto, fue la sugerencia del Papa Francisco, en la misa del martes 2 de diciembre.

«Los textos litúrgicos que nos ofrece hoy la Iglesia —destacó el Pontífice— nos acercan al misterio de Jesús, al misterio de su persona». Y, en efecto, explicó, el pasaje del Evangelio de san Lucas (10, 21-24) «dice que Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo y alabó al Padre». Por lo demás, «esta es la vida interior de Jesús: su relación con el Padre, relación de alabanza, en el Espíritu, precisamente el Espíritu Santo que une esa relación». Este es «el misterio de la interioridad de Jesús, lo que Él sentía».

En efecto, Jesús —continuó el Papa Francisco— «dijo que quien lo veía a Él, veía al Padre». Dice precisamente: «Sí, Padre, porque así te ha parecido bien». Y «nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quien es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

Al Padre, continuó el Papa, «sólo el Hijo lo conoce: Jesús conoce al Padre». Y así, «cuando Felipe fue hacia Jesús y dijo: “muéstranos al Padre”», el Señor le responde: «Felipe, quien me ve a mí, ve al Padre». En efecto, «es muy grande la unión entre ellos: Él es la imagen del Padre; es la cercanía de la ternura del Padre a nosotros». Y «el Padre se acerca a nosotros en Jesús».

El Papa Francisco recordó que «en el discurso de despedida, tras la Cena», Jesús repitió muchas veces: «Padre, que todos sean uno, como tú en mí y yo en ti». Y «prometió el Espíritu Santo, porque precisamente el Espíritu Santo es quien hace esta unidad, como la hace entre el Padre y el Hijo».

«Esto es un poco para acercarnos a este misterio de Jesús», explicó el Pontífice. Pero «este misterio no quedó solamente entre ellos, se nos reveló a nosotros». El Padre, por lo tanto, «fue revelado por Jesús: Él nos hace conocer al Padre; nos hace conocer esta vida interior que Él tiene». Y «¿a quién revela esto, el Padre?, ¿a quién da esta gracia?», se preguntó el Papa. La respuesta la da Jesús mismo, como dice san Lucas en su Evangelio: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños».

Por ello «sólo quienes tienen el corazón como los pequeños son capaces de recibir esta revelación». Sólo «el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de rezar, de abrirse a Dios, que se siente pobre». En una palabra, «sólo quien camina con la primera bienaventuranza: los pobres de espíritu».

Cierto, reconoció el Papa, «muchos pueden conocer la ciencia, la teología incluso». Pero «si no hacen esta teología de rodillas, es decir, humildemente, como los pequeños, no comprenderán nada». Tal vez «nos dirán muchas cosas pero no comprenderán nada». Porque «sólo esta pobreza es capaz de recibir la revelación que el Padre da a través de Jesús, por medio de Jesús». Y «Jesús viene no como un capitán, un general del ejército, un gobernante poderoso», sino que «viene como un brote», según la imagen de la primera lectura, tomada del libro del profeta Isaías (11, 1-10): «Pero brotará un renuevo del tronco de Jesé». Por lo tanto, «Él es el renuevo, es humilde, es manso, y vino para los humildes, para los mansos, a traer la salvación a los enfermos, a los pobres, a los oprimidos, como Él mismo dice en el cuarto capítulo de san Lucas al visitar la sinagoga de Nazaret». Y Jesús vino precisamente «para los marginados: Él se margina, no considera un valor innegociable ser igual a Dios». En efecto, recordó el Pontífice, «se humilló a sí mismo, se anonadó». Él «se marginó, se humilló» para «darnos el misterio del Padre y el suyo».

El Papa destacó que «no se puede recibir esta revelación fuera, al margen, del modo como la trae Jesús: en humildad, abajándose a sí mismo». Nunca se puede olvidar que «el Verbo se hizo carne, se marginó para traer la salvación a los marginados». Y «cuando el gran Juan Bautista, en la cárcel, no comprendía mucho cómo estaban las cosas allí, con Jesús, porque estaba un poco perplejo, envió a sus discípulos a preguntar: “Juan te pregunta: ¿eres tú o tenemos que esperar a otro?”».

Ante la petición de Juan, Jesús no respondió: «Soy yo el Hijo». Dijo en cambio: «Mirad, observad todo esto, y luego decid a Juan lo que habéis visto»: o sea que «los leprosos quedan limpios, los pobres son evangelizados, los marginados son encontrados».

Resulta evidente, según el Papa Francisco, que «la grandeza del misterio de Dios sólo se conoce en el misterio de Jesús, y el misterio de Jesús es precisamente un misterio de abajarse, de anonadarse, de humillarse, y trae la salvación a los pobres, a quienes son aniquilados por muchas enfermedades, pecados y situaciones difíciles».

«Fuera de este marco —dijo el Papa— no se puede comprender el misterio de Jesús, no se puede comprender esta unción del Espíritu Santo que lo hace gozar, como hemos escuchado en el Evangelio, en la alabanza al Padre, que lo lleva a evangelizar a los pobres, a los marginados».

En esta perspectiva, en el tiempo de Adviento, el Papa Francisco invitó a rezar para pedir la gracia «al Señor de acercarnos más, más, más a su misterio, y de hacerlo por el camino que Él quiere que recorramos: la senda de la humildad, la senda de la mansedumbre, la senda de la pobreza, la senda de sentirnos pecadores» Porque es así, concluyó, como «Él viene a salvarnos, a liberarnos».

El Papa Francisco lanzó una invitación a la «esperanza», a no dejarse abatir y asustar por una realidad hecha de «guerras y sufrimientos». Al recordar cómo las grandes construcciones que son erigidas prescindiendo de Dios están destinadas a derrumbarse: así sucedió para la «malvada Babilonia», que cayó por la corrupción de la mundanidad espiritual. Y fue así también para la «distraída Jerusalén», que cayó por ser «suficiente» a sí misma e incapaz de advertir las visitas del Señor. Así, para el cristiano, la actitud justa es siempre «la esperanza» y jamás «el abatimiento», dijo en la misa del jueves 27 de noviembre. Y dedicó la celebración a la bienaventurada Virgen de la medalla milagrosa, importante para la espiritualidad de las Hijas de la caridad de San Vicente de Paúl, las consagradas que prestan servicio en la Casa Santa Marta.

«En estos últimos días del año litúrgico —hizo notar inmediatamente el Pontífice— la Iglesia nos propone meditar sobre el fin, sobre los últimos días, sobre el fin del mundo». Y «lo hace con diversas imágenes, con diversos argumentos: mañana tocará la de los signos de los tiempos». Pero, prosiguió, «atrae siempre nuestra atención hacia el fin: la apariencia de este mundo se disolverá y existirá otra tierra, otro cielo; pero esto terminará, terminará transformado». Así, explicó, «hoy nos presenta, para meditar, la figura de dos ciudades, la caída de dos ciudades: dos ciudades que no acogieron al Señor, que se alejaron del Señor; dos ciudades que se sentían satisfechas de sí mismas». Y, así, en la primera lectura, tomada del Apocalipsis (18,1-2.21- 23; 19,1-3.9) Juan habla de la caída de Babilonia. Mientras que Lucas, en el Evangelio (21, 20-28) refiere las palabras de Jesús sobre la caída de Jerusalén.

Sin embargo, precisó el Papa Francisco, «la caída de estas dos ciudades ocurre por motivos diferentes». Por una parte está Babilonia, «símbolo del mal, del pecado en el que se había convertido», se lee precisamente en el Apocalipsis, «morada de demonios, guarida de todo espíritu inmundo, guarida de todo pájaro inmundo y abominable». Y «Babilonia cae por corrupción». Al final lo dice precisamente el apóstol: «Ella, la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones». Babilonia, destacó el Papa Francisco, «era corrupta, se sentía dueña del mundo y de sí, con el poder del pecado». Y «cuando se acumula el pecado, se pierde la capacidad de reaccionar y se comienza a pudrir».

Sin embargo, «así sucede también con las personas, con las personas corruptas, que no tienen fuerza para reaccionar», precisó el Papa. Porque «la corrupción te da algo de felicidad, te da poder y también te hace sentir satisfecho de ti mismo»; pero «no deja espacio para el Señor, para la conversión». He aquí, entonces, el perfil de la «ciudad corrupta». Y precisamente «la palabra corrupción hoy nos dice mucho: no sólo corrupción económica, sino corrupción con tantos pecados diversos; corrupción con ese espíritu pagano, con ese espíritu mundano». Por lo demás, destacó el Pontífice, «la peor corrupción es el espíritu de mundanidad». Y, en efecto, «Jesús había pedido mucho al Padre que guardara a sus discípulos del mundo, del espíritu del mundo, que te hace sentir como en el paraíso aquí, pleno, abundante». En cambio «dentro, esa cultura corrupta es una cultura putrefacta: muerta y más... Esto no se ve».

Babilonia es así el «símbolo» —dijo el Pontífice— de «toda sociedad, de toda cultura, de toda persona alejada de Dios; también alejada del amor al prójimo, que termina por pudrirse, por pudrirse en sí misma». Y al final «esta Babilonia, que era morada de demonios, cae por espíritu de mundanidad, cae por corrupción, se aleja del Señor por corrupción».

En cambio, explicó el Papa Francisco, «Jerusalén cae por otro motivo». Ante todo, «Jerusalén es la esposa, es la novia del Señor: ¡la quería mucho!». Pero «no se da cuenta de las visitas del Señor» y «hace llorar al Señor». Tanto que le hace decir: «Cuántas veces intenté reunir a tus hijos, como la gallina reúne a los polluelos: no te diste cuenta de mis visitas, de las numerosas veces que Dios te visitó».

Así, pues, precisó el Papa, si «Babilonia cae por corrupción, Jerusalén cae por distracción, por no recibir al Señor que viene a salvarla». En concreto, «no se sentía necesitada de la salvación: tenía los escritos de los profetas, de Moisés y esto era suficiente». Pero esos escritos estaban «cerrados». Por consiguiente, «no dejaba lugar para ser salvada, tenía la puerta cerrada para el Señor». Y, así, «el Señor llamaba a la puerta, pero no había disponibilidad para recibirle, escucharle, dejarse salvar por Él». Y al final Jerusalén cae.

Según el Pontífice, «estos dos ejemplos nos pueden hacer pensar en nuestra vida: también nosotros, un día, sentiremos el sonido de las trompetas». Pero «¿en qué ciudad estaremos ese día? ¿En la corrupta y suficiente Babilonia? ¿En la distraída, con las puertas cerradas, Jerusalén?». En todo caso, al final ambas son destruidas.

Sin embargo, «el mensaje de la Iglesia en estos días —sugirió el Papa Francisco— no termina con la destrucción: en los dos textos hay una promesa de esperanza». En efecto, en el momento en que Babilonia cae «se siente el grito de victoria: ¡aleluya, bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero! Aleluya, ahora comienza el banquete de bodas, ahora que todo está limpio». Esa ciudad, añadió, «no era digna de este banquete».

Por otra parte, «el texto de la caída de Jerusalén nos consuela mucho con esa palabra de Jesús: ¡alzad la cabeza!». La invitación del Señor es «mirar» y no dejarse «asustar por los paganos». Puesto que «los paganos tienen su tiempo y debemos soportarlo con paciencia, como soportó el Señor su pasión». Por eso queda la invitación de Jesús: «¡Alzad la cabeza!».

Con este llamamiento a la esperanza el Papa concluyó su meditación. «Cuando pensemos en el fin, en el fin de nuestra vida, en el fin del mundo —explicó— cada uno de nosotros tendrá su fin; cuando pensemos en el fin, con todos nuestros pecados, con toda nuestra historia, pensemos en el banquete que se nos dará gratuitamente y alcemos la cabeza». Por ello «sin abatimiento» sino con «esperanza». Es verdad, reconoció el Papa Francisco, que «la realidad es fea: hay muchos, muchos pueblos, ciudades y gente, mucha gente, que sufre; muchas guerras, mucho odio, mucha envidia, mucha mundanidad espiritual y mucha corrupción». Pero «todo esto caerá». He aquí por qué, afirmó, debemos pedir «al Señor la gracia de estar preparados para el banquete que nos espera, con la cabeza siempre en alto».



Otro Salmos y Videos en Youtube


EL PODER DE LOS SALMOS
(Celina Fioravanti)

Salmo 6

(1) Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo de David.
(2) Señor, no me reprendas por tu enojo ni me castigues por tu indignación.
(3) Ten piedad de mí, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen.
(4) Mi alma está atormentada, y tú, Señor, ¿hasta cuándo...?
(5) Vuélvete, Señor, rescata mi vida, sálvame por tu misericordia,
(6) porque en la Muerte nadie se acuerda de ti, ¿y quién podrá alabarte en el Abismo?
(7) Estoy agotado de tanto gemir: cada noche empapo mi lecho con llanto, inundo de lágrimas mi cama.
(8) Mis ojos están extenuados por el pesar y envejecidos a causa de la opresión.
(9) Apártense de mí todos los malvados, porque el Señor ha oído mis sollozos.
(10) El Señor ha escuchado mi súplica, el Señor ha aceptado mi plegaria.
(11) ¡Que caiga sobre mis enemigos la confusión y el terror, y en un instante retrocedan avergonzados!

REZADO:

- Está considerado como el principal salmo de curación, su auxilio es rápido.
- Elimina el dolor cuando se realiza la oración al lado de quien sufre.
- Aleja la tristeza y el llanto, ayuda al espíritu atormentado.
- Demuestra confianza en el Señor.
- Para quien se enfrenta a un proceso judicial injusto.
- Ayuda a descubrir el don de cada uno.
- Confunde al falso testimonio.

FRASES DE PODER

(3) Ten piedad de mí, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen.
(10) El Señor ha escuchado mi súplica, el Señor ha aceptado mi plegaria.
(11) ¡Que caiga sobre mis enemigos la confusión y el terror, y en un instante retrocedan avergonzados!




Salmo 9 

(1) Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo de David. Acción de gracias por la justicia de Dios
(2) Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas
(3) Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar himnos a tu Nombre, Altísimo.
(4) Cuando retrocedían mis enemigos, tropezaron y perecieron delante de ti,
(5) porque tú defendiste mi derecho y mi causa, sentándote en el trono como justo Juez.
(6) Escarmentaste a las naciones, destruiste a los impíos y borraste sus nombres para siempre;
(7) desapareció el enemigo: es una ruina irreparable; arrasaste las ciudades, y se perdió hasta su recuerdo
(8) Pero el Señor reina eternamente y establece su trono para el juicio:
(9) él gobierna al mundo con justicia y juzga con rectitud a las naciones.
(10) El Señor es un baluarte para el oprimido, un baluarte en los momentos de peligro.
(11) ¡Confíen en ti los que veneran tu Nombre, porque tú no abandonas a los que te buscan!
(12) Canten al Señor, que reina en Sión, proclamen entre los pueblos sus proezas.
(13) Porque él pide cuenta de la sangre, se acuerda de los pobres y no olvida su clamor.
(14) El Señor se apiadó de mí, contempló mi aflicción; me tomó y me alzó de las puertas de la Muerte,
(15) para que pudiera proclamar sus alabanzas y alegrarme por su victoria en las puertas de Sión.
(16) Los pueblos se han hundido en la fosa que abrieron,
su pie quedó atrapado en la red que ocultaron.
(17) El Señor se dio a conocer, hizo justicia, y el impío se enredó en sus propias obras.
(18) Vuelvan al Abismo los malvados, todos los pueblos que se olvidan de Dios.
(19) Porque el pobre no será olvidado para siempre ni se malogra eternamente la esperanza del humilde.
(20) ¡Levántate, Señor! que los hombres no se envanezcan, y las naciones sean juzgadas en tu presencia.
(21) Infúndeles pánico, Señor, para que aprendan que no son más que hombres.

REZADO:

- Ayuda a obtener una solución o revelación por medio de los sueños.
- Proporciona ideas cuando no se sabe cómo actuar.
- Sirve para descubrir su verdadera vocación.
- Cuando alguien tiene una enfermedad.
- Hace que los enemigos abandonen la persecución.
- Para resolver algo que está tardando.
- Ayuda a escapar o libra de la prisión.
- Anula la fuerza de las personas malvadas.

FRASES DE PODER

(2) Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas.
(4) Cuando retrocedían mis enemigos, tropezaron y perecieron delante de ti,
(5) porque tú defendiste mi derecho y mi causa, sentándote en el trono como justo Juez.



Salmo 15

(1) Salmo de David. Señor, ¿quién habitará en tu santa Montaña?
(2) El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón
(3) y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino,
(4) el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado;
(5) el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará.

REZADO:

- Este salmo es importante por las reglas morales que decreta, es un codificador de la conducta del hombre.
- Ayuda a examinar todos los actos de las personas y a superar los procedimientos pasados.
- Protege de las malas lenguas o del soborno.

FRASES DE PODER

- El que procede así, nunca vacilará.


Salmo 24

(1) Salmo de David. Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes
(2) porque él la fundó sobre los mares, él la afirmó sobre las corrientes del océano.
(3) ¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado?
(4) El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos ni jura falsamente:
(5) él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su Salvador.
(6) Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.
(7) ¡Puertas, levanten sus dinteles, levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!
(8) ¡Y quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor, el fuerte, el poderoso, el Señor poderoso no los combates.
(9) ¡Puertas, levanten sus dinteles, levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!
(10) ¿Y quién es ese Rey de la gloria? El Rey de la gloria es el Señor de los ejércitos.

REZADO:

- Codificador de la conducta del hombre y sus reglas morales.
- Facilita la victoria.
- Aleja las amenazas y la derrota.
- Se aplica a los juramentos no cumplidos.

FRASES DE PODER
 
(1) Salmo de David. Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes
(6) Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.


Salmo 30

(1) Salmo Canto para la Dedicación del Templo. De David.
(2) Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí.
(3) Señor, Dios mío, clamé a ti y tú me sanaste.
(4) Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan al sepulcro.
(5) Canten al Señor, sus fieles; den gracias a su santo Nombre,
(6) porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida:
si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría.
(7) Yo pensaba muy confiado: «Nada me hará vacilar».
(8) Pero eras tú, Señor, con tu gracia, el que me afirmaba sobre fuertes montañas, y apenas ocultaste tu rostro, quedé conturbado.
(9) Entonces te invoqué, Señor, e imploré tu bondad:
(10) «¿Qué se ganará con mi muerte o con que yo baje al sepulcro? ¿Acaso el polvo te alabará o proclamará tu fidelidad?
(11) Escucha, Señor, ten piedad de mí; ven a ayudarme, Señor».
(12) Tú convertiste mi lamento en júbilo, me quitaste el luto y me vestiste de fiesta,
(13) para que mi corazón te cante sin cesar. ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente!

REZADO:

- Salmo adecuado para los problemas de salud debido a la edad adulta.
- Asegura una vejez sana, es el salmo de la longevidad.
- Aleja los trastornos causados por la envidia ajena.
- Cuando se está triste o preocupado al final del día.
- Agradecimiento al escapar de la muerte.

FRASES DE PODER
 
(3) Señor, Dios mío, clamé a ti y tú me sanaste.
(6) porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida: si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría.
(7) Yo pensaba muy confiado: «Nada me hará vacilar».
(12) Tú convertiste mi lamento en júbilo, me quitaste el luto y me vestiste de fiesta.

  
Salmo 25 

(1) De David. A ti, Señor, elevo mi alma,
(2) Dios mío, yo pongo en ti mi confianza; ¡que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí mis enemigos!
(3) Ninguno de los que esperan en ti tendrá que avergonzarse: se avergonzarán los que traicionan en vano.
(4) Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos.
(5) Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. y yo espero en ti todo el día.
(6) Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
(7) No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
(8) El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados;
(9) él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres.
(10) Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.
(11) ¡Por el honor de tu Nombre, Señor, perdona mi culpa, aunque es muy grande!
(12) ¿Hay alguien que teme al Señor? El le indicará el camino que debe elegir:
(13) su alma descansará feliz y su descendencia poseerá la tierra.
(14) El Señor da su amistad a los que lo temen y les hace conocer su alianza.
(15) Mis ojos están siempre fijos en el Señor, porque él sacará mis pies de la trampa.
(16) Mírame, Señor, y ten piedad de mí, porque estoy solo y afligido:
(17) alivia las angustias de mi corazón, y sácame de mis tribulaciones.
(18) Mira mi aflicción y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.
(19) Mira qué numerosos son mis enemigos y qué violento es el odio que me tienen.
(20) Defiende mi vida y líbrame: que no me avergüence de haber confiado en ti;
(21) la integridad y la rectitud me protegen, porque yo espero en ti, Señor.
(22) Salva, Dios mío, a Israel de todas sus angustias.

REZADO:

- Perdón por los errores cometidos.
- Para ahuyentar la soledad.
- Ayuda a escapar de las trampas.
- Protege en una cuestión que está siendo juzgada.
- Aleja a los enemigos que amenazan de muerte.

FRASES DE PODER

(2) Dios mío, yo pongo en ti mi confianza; ¡que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí mis enemigos!
(5) Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. y yo espero en ti todo el día.
(10) Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad, para los que observan los preceptos de su alianza.


Salmo 32

(1) De David. Poema. ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta!
(2) ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez!
(3) Mientras me quedé callado, mis huesos se consumían entre continuos lamentos,
(4) porque de día y de noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se secaba por los ardores del verano.
(5) Pero yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: «Confesaré mis faltas al Señor». ¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado!
(6) Por eso, que todos tus fieles te supliquen en el momento de la angustia; y cuando irrumpan las aguas caudalosas no llegarán hasta ellos.
(7) Tú eres mi refugio, tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación.
(8) Yo te instruiré, te enseñaré el camino que debes seguir; con los ojos puestos en ti, seré tu consejero.
(9) No sean irracionales con el caballo y la mula, cuyo brío hay que contener con el bozal y el freno para poder acercarse.
(10) ¡Cuántos son los tormentos del malvado! Pero el Señor cubrirá con su amor al que confía en él.
(11) ¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos! ¡Canten jubilosos los rectos de corazón!

REZADO:

- Es el salmo del perdón. Está hecho para pedir y obtener el perdón.
- Ayuda a aprender sobre las necesidades reales del alma.
- Cuando se desea mantener algo en secreto.
- Absorbe el error, cuando existe sincero arrepentimiento.
- Facilita el control de los impulsos negativos.
- Anula cualquier tipo de maldad.

FRASES DE PODER

(1) De David. Poema. ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta!
(7) Tú eres mi refugio, tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación.
(9) No sean irracionales con el caballo y la mula, cuyo brío hay que contener con el bozal y el freno para poder acercarse.


Salmo 71

(1) Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme!
(2) Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame.
(3) Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
(4) ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío, de las garras del malvado y del violento!
(5) Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud.
(6) En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector, y mi alabanza está siempre ante ti.
(7) Soy un motivo de estupor para muchos, pero tú eres mi refugio poderoso.
(8) Mi boca proclama tu alabanza y anuncia tu gloria todo el día.
(9) No me rechaces en el tiempo de mi vejez, no me abandones, porque se agotan mis fuerzas;
(10) mis enemigos hablan contra mí, y los que me acechan se confabulan, diciendo:
(11) «Dios lo tiene abandonado: persígnalo, captúrenlo, porque no hay nadie quien lo libre».
(12) ¡Oh Dios, no te quedes lejos de mí; Dios mío, ven pronto a socorrerme!
(13) ¡Queden confundidos y humillados los que atentan contra mi vida! ¡Queden cubiertos de oprobio y de vergüenza los que buscan mi perdición!
(14) Yo, por mi parte, seguiré esperando y te alabaré cada vez más.
(15) Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación, aunque ni siquiera soy capaz de enumerarlos.
(16) Vendré a celebrar las proezas del Señor, evocaré tu justicia, que es sólo tuya.
(17) Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas.
(18) Ahora que estoy viejo y lleno de canas, no me abandones, Dios mío, hasta que anuncie las proezas de tu brazo a la generación que vendrá.
(19) Tu justicia llega hasta el cielo, oh Dios: tú has hecho grandes cosas, y no hay nadie igual a ti, Dios mío.
(20) Me hiciste pasar por muchas angustias, pero de nuevo me darás la vida; me harás subir de lo profundo de la tierra,
(21) acrecentarás mi dignidad y volverás a consolarme.
(22) Entonces te daré gracias con el arpa, por tu fidelidad, Dios mío; te cantaré con la cítara, a ti, el Santo de Israel.
(23) Mis labios te cantarán jubilosos, y también mi alma, que tú redimiste.
(24) Yo hablaré de tu justicia todo el día, porque quedarán confundidos y avergonzados los que buscan mi perdición.

REZADO:

- Resuelve el problema más difícil.
- Trae ayuda con rapidez.
- Protege contra los criminales y contra la violencia.
- Para esperar la ayuda con confianza.
- Para aprender.
- Confunde la mente de los opositores.

FRASES DE PODER

(3) Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
(4) ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío, de las garras del malvado y del violento!
(18) Ahora que estoy viejo y lleno de canas, no me abandones, 
(24) Yo hablaré de tu justicia todo el día, porque quedarán confundidos y avergonzados los que buscan mi perdición.


Salmo 121

(1) Canto de peregrinación. Levanto mis ojos a las montañas ¿de dónde me vendrá la ayuda?
(2) La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
(3) El no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme!
(4) No, no duerme ni dormita el guardián de Israel.
(5) El Señor es tu guardián, es la sombra protectora a tu derecha:
(6) de día, no te dañará el sol, ni la luna de noche.
(7) El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida.
(8) El te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.

REZADO:

- Socorro y defensa.
- Para hacer un viaje seguro.
- Cuando alguien que estamos esperando se atrasa.
- Para descubrir nuevos caminos.

FRASES DE PODER
 
(2) La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
(3) El no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme!
(8) El te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.


Salmo 137

Para los que tenemos la fortuna de tener unos años mas de vida y aún tenemos “memoria”, por allá en los años 1978, escuchábamos, bailábamos y cantábamos: ”Rivers of Babylon" canción espiritual compuesta por Brent Dowe y Trevor McNaughton del grupo de música reggae The Melodians. 
Está basada en un himno de la Biblia, el Salmo 137 expresa el lamento del pueblo judío en el exilio tras la conquista de Jerusalén en el año 586 a.C. por el Imperio de Babilonia. Los ríos de Babilonia son el río Eufrates, sus afluentes, y el río Tigris. La canción también tiene fragmentos literales del Salmo 19 versículo 14.

La versión más popularizada de esta canción la sacó el grupo Boney M la cual fue lanzada en 1978 como un single y permaneció como nº 1 de las listas musicales del Reino Unido durante cinco semanas.

La letra en español es la siguiente:

RIOS DE BABILONIA

Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion

Cuando lo perverso
Nos llevó en cautividad
Requirió de nosotros una canción
Ahora podemos cantar la canción del señor
En tierras extrañas

Cuando lo perverso
Nos llevó en cautividad
Requirió de nosotros una canción
Ahora podemos cantar la canción del señor
En tierras extrañas

Deja las palabras en nuestra boca
Y las meditaciones en nuestro corazón
Serán aceptadas en nuestra vista esta noche.

Deja las palabras en nuestra boca
Y las meditaciones en nuestro corazón
Serán aceptadas en nuestra vista esta noche

Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion

Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
(oscuras lagrimas de Babilonia)
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion
(tienes que cantar esa canción)
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
(esa canción de amor)
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion
(si, si, si, si, si)

Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
(ásperos pedazos de Babilonia)
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion
(escuchas a la gente llorar)
Por los ríos de Babilonia, allí donde nos sentábamos
(ellos necesitan su Dios)
Yeah nosotros lloramos cuando recordamos a Sion
(oh ten el poder)


SALMO 137
Para ver el video en Youtube (Grupo Exodo), hacer clic en: Los rios de Babilonia

El Grupo Éxodo fue una escuela de formación integral de niños y jóvenes, fundada en Bucaramanga, Colombia, el 26 de mayo de 1975 por Jesús Porras Ruiz. En su trayectoria musical grabó ocho discos, tres cortometrajes, y actuó en numerosos eventos regionales, nacionales e internacionales; entre otros para la Presidencia de La República. Fue la agrupación encargada de cantar para el Papa Juan Pablo II en su visita.

(1) Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos a llorar, acordándonos de Sión,
(2) En los sauces de las orillas teníamos colgadas nuestras cítaras.
(3) Allí nuestros carceleros nos pedían cantos, y nuestros opresores, alegría: «¡Canten para nosotros un canto de Sión!».
(4) ¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor en tierra extranjera?
(5) Si me olvidara de ti, Jerusalén, que se paralice mi mano derecha;
(6) que la lengua se me pegue al paladar si no me acordara de ti,
si no pusiera a Jerusalén por encima de todas mis alegrías.
(7) Recuerda, Señor, contra los edomitas, el día de Jerusalén, cuando ellos decían: «¡Arrásenla! ¡Arrasen hasta sus cimientos!».
(8) ¡Ciudad de Babilonia, la devastadora, feliz el que te devuelva el mal que nos hiciste!
(9) ¡Feliz el que tome a tus hijos y los estrelle contra las rocas!


SALMO 18 
Para ver el video en Youtube (Teresa Saurin), hacer clic en: Mi Fortaleza

(1) Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.
(2) Dijo: Yo te amo, Señor, mi fuerza,
(3) Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
(4) Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos.
(5) Las olas de la Muerte me envolvieron, me aterraron los torrentes devastadores,
(6) me cercaron los lazos del Abismo, las redes de la Muerte llegaron hasta mí,
(7) Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos.
(8) Entonces tembló y se tambaleó la tierra; vacilaron los fundamentos de las montañas, y se conmovieron a causa de su furor;
(9) de su nariz se alzó una humareda, de su boca, un fuego abrasador, y arrojaba carbones encendidos.
(10) El Señor inclinó el cielo, y descendió con un espeso nubarrón bajo sus pies;
(11) montó en el Querubín y emprendió vuelo, planeando sobre las alas del viento.
(12) Se envolvió en un manto de tinieblas; un oscuro aguacero y espesas nubes lo cubrían como un toldo;
(13) las nubes se deshicieron en granizo y centellas al fulgor de su presencia.
(14) El Señor tronaba desde el cielo, el Altísimo hacía oír su voz;
(15) arrojó sus flechas y los dispersó, multiplicó sus rayos y sembró la confusión.
(16) Al proferir tus amenazas, Señor, al soplar el vendaval de tu ira,
aparecieron los cauces del mar y quedaron a la vista los cimientos.
(17) El tendió su mano desde lo alto y me tomó, me sacó de las aguas caudalosas;
(18) me libró de mi enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo.
(19) Ellos me enfrentaron en un día nefasto, pero el Señor fue mi apoyo:
(20) me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama.
(21) El Señor me recompensó por mi justicia, me retribuyó por la inocencia de mis manos:
(22) porque seguí fielmente los caminos del Señor, y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;
(23) porque tengo presente todas sus decisiones y nunca me alejé de sus preceptos.
(24) Tuve ante él una conducta irreprochable y me esforcé por no ofenderlo.
(25) El Señor me premió, porque yo era justo y mis manos eran inocentes a sus ojos.
(26) Tú eres bondadoso con los buenos y eres íntegro con el hombre intachable;
(27) eres sincero con los que son sinceros y te muestras astuto con los falsos.
(28) Porque tú salvas al pueblo oprimido y humillas los ojos altaneros;
(29) tú eres mi lámpara, Señor; Dios mío, tú iluminas mis tinieblas.
(30) Contigo puedo asaltar una muralla; con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.
(31) El camino de Dios es perfecto, la promesa del Señor es digna de confianza. El Señor es un escudo para los que se refugian en él,
(32) porque ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?
(33) El es el Dios que me ciñe de valor y hace intachable mi camino;
(34) el que me da la rapidez de un ciervo y me afianza en las alturas;
(35) el que adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tender el arco de bronce.
(36) Me entregaste tu escudo victorioso y tu mano derecha me sostuvo: me engrandeciste con tu triunfo,
(37) me hiciste dar largos pasos, y no se doblaron mis tobillos.
(38) Perseguí y alcancé a mis enemigos, no me volví hasta que fueron aniquilados;
(39) los derroté y no pudieron rehacerse, quedaron abatidos bajo mis pies.
(40) Tú me ceñiste de valor para la lucha, doblegaste ante mí a mis agresores;
(41) pusiste en fuga a mis enemigos, y yo exterminé a mis adversarios.
(42) Imploraron, pero nadie los salvó; gritaban al Señor, pero no les respondía.
(43) Los deshice como polvo barrido por el viento, los pisé como el barro de las calles.
(44) Tú me libraste de un ejército incontable y me pusiste al frente de naciones: pueblos extraños son mis vasallos.
(45) Gente extranjera me rinde pleitesía; apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.
(46) Los extranjeros palidecen ante mí y, temblando, abandonan sus refugios.
(47) ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,
(48) el Dios que venga mis agravios y pone a los pueblos a mis pies!
(49) Tú me liberas de mis enemigos, me haces triunfar de mis agresores y me libras del hombre violento.
(50) Por eso te alabaré entre las naciones y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.
(51) El concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido, a David y a su descendencia para siempre.


SALMO 51
Contra ti yo peque - Grupo Sangre y Agua



SALMO 23
El Señor es mi Pastor - Alex Antuñano


SALMO 27
CONFIANZA - Jon Carlo, es un canto inspirado en la experiencia personal de Jon Carlo cantante católico (a partir del salmo 27), nacido en República Dominicana pero radicado en USA.


Estos cantos te ayudarán a alabar y adorar a Nuestro Señor Jesucristo en la maravillosa voz de la Hermana Glenda, cantautora chilena con nacionalidad española, consagrada a Dios desde hace más de 20 años.

Salmo 120 El auxilio me viene del Señor
Salmo 42 Tengo sed de ti
Salmo 138 Tu me conoces
Salmo 61 Tu eres mi descanso
Salmo 33 Bendigo al Señor
Salmo 15 Dios, tu eres mi Dios
Salmo 79 Que brille tu rostro
Salmo 8 Grande es tu amor
Salmo 125 Hazme volver
Salmo 103 Confiaré en ti
Salmo 40 Yo esperaba
Salmo 101 Para ti, toda mi música 


En la práctica semanal de la decimotercera sesión: POBRES Y HUMILDES, nos invitan a “descubrir otros salmos” que toquen fuertemente nuestra alma y por tal razón, quiero compartir la siguiente información: 


"Te doy gracias. Padre, Señor de Cielo y tierra porque te has revelado a los sencillos" (cf. Mt 11,25).

Hijo mío, para agradarme mucho, no es preciso saber mucho, sino amarme con fervor.
Háblame, pues, aquí, con sencillez, como lo haces con tus amigos, con las personas a las que amas.
¿Quieres hacerme una súplica a favor de alguien? 
Dime su nombre, bien sean tus padres, tus hermanos o amigos; dime enseguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. 
Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos para atender las necesidades ajenas. 

Háblame así, con confianza y sencillez, de los pobres a los que quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves sufrir, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado... 
Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón especialmente ama?

Y para ti, ¿no necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, como una lista de tus necesidades, y ven, léela en mi presencia.

Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad, que te dejas llevar por lo que te apetece; que eres, tal vez, egoísta, inconstante, negligente...; y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para quitar de ti tales miserias.

No te avergüences, amigo mío. ¡Hay en el cielo tantos hombres y mujeres, tantos santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad... y poco a poco se vie- ron libres de ellos.

Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, éxito feliz en tus trabajos, estudios o negocios; todo eso puedo darte, y lo doy, y deseo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes favorezca y ayude a tu santificación. Hoy por hoy, ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por tu bien? ¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte!

¿Traes ahora mismo entre manos algún proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa?, ¿qué piensas?, ¿qué deseas?, ¿qué quieres que haga por tu hermano, por tu amigo, por tus padres o superiores?, ¿qué desearías hacer por ellos?

¿Y por Mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho, y que viven, quizás, olvidados de Mí?
Dime qué cosa llama hoy particularmente tu atención, qué an- helas más vivamente, y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal un proyecto, y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los conduzco, sin perjuicio de su libertad, según mi voluntad de amor.

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, amigo mío, tus tristezas, con todos sus pormenores.
¿Quién te hirió?, ¿quién lastimó tu amor propio?, ¿quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene el bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, y recibirás enseguida mi consoladora bendición.

¿Tienes acaso miedo? ¿Sientes en tu interior una tristeza o melancolía, que no por ser infundada, es por ello menos desgarradora? Échate en brazos de mi providencia. Estoy contigo, aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te dejo solo. Recuerda mis palabras: «Aunque una mujer pudiese olvidarse del hijo de sus entrañas, yo no te abandonaré jamás» (Is 49 11).

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora, olvidadas, se alejan de ti sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las devolveré a tu lado, si no han de ser obstáculo a tu santificación.
¿Y no tientes tal vez alguna alegría que contarme? ¿Por qué no me haces partícipe de ella, como a buen amigo tuyo que soy? Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho como sonreír tu corazón. 

Quizá has tenido agradables sorpresas, quizá has visto disipados negros recelos, quizá has recibido buenas noticias, alguna carta o muestra de cariño; has vencido alguna dificultad, o salido de alguna situación apurada. Todo eso es obra mía, y yo te le he proporcionado; ¿por qué no has de manifestarme tu gratitud, y decirme, sencillamente, como un hijo a su padre: «Gracias, Padre mío, gracias»? El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, es la puerta abierta a recibir las gracias abundantes que atesoro en mi corazón siempre abierto, con ganas de dar...

¿Tampoco tienes alguna promesa que hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente; a Dios, no. Háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a aquella situación u ocasión de ofenderme con el pecado?, ¿de privarte de aquel objeto que te dañó, de no volver más a aquel libro, o a aquellas imágenes que dañaron tu imaginación?, ¿de no tratar más aquella persona que turbó la paz de tu alma?

¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has mirado hasta hoy como enemiga?

Ahora bien, mi amigo y mi hijo, vuelve a tus ocupaciones habituales, a la familia, al trabajo, al estudio, a tu tiempo libre pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad de la casa de Dios. Guarda, en cuanto puedas, mi presencia en tu vida, conversación conmigo en el silencio, alegría en las adversidades, servicialidad y amor al hermano. Ama a mi Madre, que es también la tuya, la Santísima Virgen María, y vuelve otra vez mañana, con el corazón más lleno de mi amor, más entregado a mi servicio. 
En mi Corazón, encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.

JESÚS, CONFÍO EN TI.


Muchos de los Santos, tienen frases muy bellas sobre la humildad. Hoy les compartimos algunas de ellas:

1) “Soy tan solo lo que soy ante Dios”. San Francisco de Asís.

2) “El grado mas perfecto de humildad es complacerse en los menosprecios y humillaciones. Vale mas delante de Dios un menosprecio sufrido pacientemente por su amor, que mil ayunos y mil disciplinas”. San Francisco de Sales.

3) “A ti no se te manda: ‘Sé menos de lo que eres’; sino: ‘Conoce lo que eres’. Conócete flaco, conócete hombre, conócete pecador. Conoce que él es quien justifica. Conoce que estás mancillado… no hay otro camino para buscar y hallar la verdad que el que ha sido trazado por él…; y digo que el primer camino es la humildad, y el segundo, la humildad, y el tercero, la humildad”. San Agustín. 

4) “En la medida en que los dones crecen en ti, haz que crezca también tu humildad de tal manera que puedas considerarlo todo como si fuera un préstamo. El crecimiento de los dones siempre debe ir de la mano del humilde reconocimiento del bienhechor excepcional que los proporciona, para que de tu corazón brote como un estallido una constante acción de gracias”. San Pío de Pietrelcina.

5) “La humildad podría definirse así: es una virtud que incita al hombre a menospreciarse ante la clara verdad de su propio conocimiento”. San Bernardo.

6) “La humildad considera principalmente la sujeción del hombre a Dios, en cuyo honor se humilla sometiéndose incluso a otros”. Santo Tomás de Aquino.

7) “Soy como un cepillo en manos de Dios… Si hubiese encontrado un sacerdote más indigno y más ignorante que yo, lo hubiera puesto en mi lugar, para dar a conocer la grandeza de su misericordia para con los pecadores”. Santo Cura de Ars.

8) “El corazón humilde desea sinceramente ser tenido en poco y desea ser perseguido y condenado sin culpa, aún en cosas graves. Pues el verdadero humilde, al compararse con Jesús que fue condenado sin culpa, ve claramente que personalmente merece todo eso y mucho más”. Santa Teresa de Ávila.

9) “Si hay en la tierra un alma verdaderamente feliz, ésta es solamente un alma verdaderamente humilde”. Santa Faustina.






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