viernes, 19 de septiembre de 2014

SANACION

La sanación en el reino de lo imaginal significa mirar las imagenes que tenemos en la mente, abrir ese baúl de fotografías que grabamos día a día; es como escuchar los pensamientos que nos obsesionan; oír las palabras que salen de nuestras bocas y adoptar una decisión consciente de tener pensamientos, idear imagenes y decir palabras que nos devuelvan a la integridad.


En hebreo la palabra Kabbalah significa "lo que se recibe", y nos indica como recibir las lecciones que nos deben ayudar a sanar.  La Cábala nos enseña que hay tres (3) maneras en que podemos expresar la pena:
* En el nivel mas bajo, lloramos
* En el segundo nivel, sufrimos en silencio
* En el nivel más elevado, convertimos nuestra pena en canción.

Conocemos nuestro mundo y acumulamos experiencia porque podemos percibirlo a través de los sentidos de la vista, el oido, el gusto, el tacto y el olfato.  
Cuando hemos perdido a una persona, o un objeto o momentos, perdemos la capacidad de percibirlo y la primera reacción es convulsiva, es decir, es como recibir un golpe en la barriga que no podemos encontrar la razón y nos preguntamos una y otra vez más ¿porqué?.  La segunda es la emoción con sentimiento de culpa (¿fuí descuidado?) y luego con sentimientos de responsabilidad (¿quién es responsable?).
Si nos perdemos en el bosque, no debemos buscar el sendero de regreso inmediatamente, porque encontraremos el camino incorrecto; debemos esperar en un lugar cómodo y prestar oído (estar atento a nuestro alrededor).

La sanación no es un destino, sino que es un viaje.
Sufi Rumi dice: "seamos como la sed en busca de agua".


La idea es que cuando nos resistimos al dolor, éste se intensifica.  Cuando respiramos profundamente y reconocemos la presencia del dolor, le damos espacio para moverse y le permitimos fluir más fácilmente a tráves de nuestro ser.  El dolor se hace presente para decirnos algo, para advertirnos sobre un posible peligro.  Esto aplica por igual al dolor físico y al dolor emocional, espiritual y mental. Cuando habla el dolor debemos escuchar.

La presencia que seguimos teniendo cuando ya no estamos presentes es lo que constituye un reconocimiento del poder de nuestro ser.  Todos nuestros actos, nuestras acciones, son la manera en que hacemos sentir nuestra presencia en el mundo y en la medida en que sigamos teniendo una influencia y un efecto en las vidas de las personas después de nuestra muerte, seguiremos viviendo.