Me declaro partidario de la tendencia histórica que
menciona a SOPINGA como el primer nombre dado al asentamiento de indígenas
(Apías y Ansermas), como sus primeros pobladores y no al nombre de "Nigricia",
ya que fue una expresión en forma despectiva que usaban los blancos para referirse
a los negros cimarrones de la época y más específicamente a su ubicación como
grupo y no existen documentos o registros notariales que avalen dicho nombre. Ni tampoco al nombre de "Bodega",
ya que esto fue producto de la necesidad de albergar en un mismo sitio todos
los productos y mercancías que se movían en el área, siendo más utilizado como un
término de aceptación popular fácil de recordar y pronunciar para referirse al
lugar de almacenamiento.
La vida comercial se inicia por los años de 1904 y
1905, en que aparece Francisco Jaramillo Ochoa, quién por los mecanismos de la
fuerza, establece aperturas de calles, el desmonte y la parcelación de la
primera forma urbanística del caserío.
Sopinga, un pedazo de Caribe mediterráneo, con sus negros
díscolos que se aferran desesperadamente a la defensa de sus parcelas, pero
ante todo, de su identidad esclava, perdida en los cantos aborígenes de su
África ancestral. Es la saga de los últimos colonizadores que como la del patriarca
Jaramillo Ochoa describe con la furia de la agreste naturaleza a dos razas que
se ponen una frente a la otra, con su altanería y sus privilegios en franca
desventaja.
Es así como exclaman los cimarrones habitantes de Sopinga frente al
avance colonizador:
“Los blancos nos rodean por todas partes, tan
sólo queda el río para que nos
tiremos en él y nos ahoguemos todos, pero pudimos con los godos, pudimos con los tigres, también
podremos con los blancos”.
Francisco Jaramillo Ochoa cambió totalmente el rumbo
del caserío y el destino del Valle de
Risaralda. Don “Pacho”, como lo llamaban sus amigos, abrió el valle al
progreso y poco a poco, con el costo de
muchas vidas tronchadas por el paludismo, la fiebre amarilla y las culebras,
Francisco Jaramillo secó ciénagas, espantó
los bichos y abrió nuevas haciendas.
La siguiente lista relaciona el nombre de las
haciendas y sus propietarios entre los años 1900-1930, como las primeras
empresas.
NOMBRE DE LA HACIENDA Y PROPIETARIOS
La Helena (Donde termina el valle Geográfico de río Cauca). Esta hacienda corresponde a varias mejoras del antiguo Sopinga compradas por don Francisco
Jaramillo Ochoa para la ampliación del Pueblo La Virginia.
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Juan de Dios Mejía
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Balsillas
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Francisco Marulanda (Luego de los hijos de Roberto
Marulanda)
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El Bosque
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Lisímaco Orozco
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Yarumal y Apía
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Sociedad de Francisco Jamillo y Alberto Arango Zea
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La Suiza y La Soledad
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Alberto Arango Zea
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El Danubio y Remolino
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Francisco Serrano
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La Cecilia y Sajonia, Ceilán y la Adelina
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Carlos Pinzón y Salazar Hermanos.
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Samaria
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Pablo Emilio Salazar
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Asia
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Pedro Henao
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San Luis
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Nacianceno Uribe
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Barcelona y La X
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Luis Robledo e Hijos
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Santa Teresa
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Obdulio Toro (Luego de Soledad Ochoa, hijos y
nietos)
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Mokatán y El Sena
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José Paz Botero y Constan tino Gutiérrez (más tarde
propiedad de
Francisco Jaramillo Ochoa).
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Pozo Rubio
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Francisco Jaramillo Ochoa (Después fue adquirida
por Eleuterio
Serna y Marcos Gómez).
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El Rhin
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Obdulio Toro (Después fue adquirida por Pascual y
Emilio Uribe,
más tarde por Eleuterio Serna).
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La Carlota y Lusitania
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Carlos García.
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Guayabal
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Juan Martín García.
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Portobelo
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Francisco Jaramillo Ochoa (Más tarde en poder de sus hijos y
nietos)
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La Gironda
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Aparicio Ángel.
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Cuba
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Lázaro Ángel (Después fue adquirida por Francisco
Jaramillo)
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El Parnaso
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Pablo y Aníbal Ochoa.
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Palo Gordo
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Eliseo Paniagua.
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Cruces
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Ramón y Andrés Yepes
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La Mancha
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Carlos Gómez.
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Sabaletas, La Prima y La María
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Joaquín Emilio Botero y Francisco Jaramillo.
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Calabazas, Bautista y El Indio
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Sociedad de Alfonso Jaramillo G., Germán Vélez y Francisco
Jaramillo Ochoa
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Galias
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Alfonso Jaramillo G.
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Calabazas y El Canadá
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Concha Vélez (Posteriormente de Nepomucen Vallejo)
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Bengala
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Francisco Jaramillo Ochoa
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Bohíos y Guabinas
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Francisco Jaramillo Ochoa (Parte de Portobelo).
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Cañaveral del Carmen, o Carmen de Dosquebradas
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Más de 80 mejoras en poder de los hijos de Gilberto
Jaramillo Montoya
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Portobelo (Con su casa fundadora)
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José Jaramillo M. e hijos.
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Como lo registra un archivo de Francisco Jaramillo
Ochoa, en octubre de 1906 se reunieron en la hacienda Portobelo, en La
Virginia, los siguientes empresarios, vinculados a Manizales, interesados en
desarrollar el nuevo departamento de Caldas: Francisco Jaramillo Ochoa, Carlos
Pinzón, Sinforoso Ocampo y Nepomuceno Mejía, entre otros. La reunión estuvo
presidida, o animada, por el obispo Gregorio Nacianceno Hoyos; todos estuvieron
de acuerdo en presionar al Gobierno Nacional para que se le agregaran al
departamento de Caldas “nuevas porciones del territorio del Tolima y de la
Intendencia Nacional del Chocó, para buscar el río Magdalena y el Océano
Pacífico”. Se aprobó realizar nuevas reuniones en Manizales, con la familia
Gutiérrez Arango, con los comerciantes cafeteros y con los empresarios, para
orientar el nuevo departamento.
Al leer la obra Risaralda de Bernardo Arias Trujillo,
recuerda uno a Francisco Jaramillo Ochoa, como un astuto negociante haciéndose
a miles de hectáreas con prebendas del Estado y el comercio de café por el río
Cauca de La Virginia a Cali, mientras desalojaba los negros fundadores de
mejoras, ensanchando sus ganaderías.
Don Pacho le arrebató el Valle de Risaralda a los
ciempiés y a las alimañas y libró
al caserío de La Virginia de la miseria;
fue la avanzada de los empresarios acaudalados que desplazaron centenares de
familias que desde tiempo inmemorial vegetaban en las orillas del Risaralda y
el Cauca. Francisco Jaramillo compró y
desalojó, y en la lucha del hacha con el papel sellado tuvo todas las de ganar
porque tenía poder, dinero y las autoridades
a sus órdenes.
Los arrieros no respetaron las cercas de las haciendas
y continuaron transitando por los caminos trillados por las recuas; y cuando
Francisco Jaramillo quiso controlar los cerdos que le dañaban los cultivos, los
labriegos entraron por las noches a los potreros y le desjarretaron muchas
reses.
La Virginia fue erigido como corregimiento del municipio de
Belalcázar, antiguo Gran Caldas mediante el Acuerdo No. 1 del 22 de enero de
1906 dado por el Concejo Municipal de ese municipio y ratificada en la misma
con Decreto 82 de Febrero 5 de 1943 en su organización fiscal y económica. Su vida como municipio del departamento de Caldas se
inició con la ordenanza No 57 de la Asamblea Departamental de Caldas el 28 de
noviembre de 1959. El primero de diciembre de 1966 nació el departamento
de Risaralda al cual se integró el Municipio de La Virginia. Más adelante
pasaría a convertirse en Municipio del nuevo Departamento de Risaralda que con
un fuerte movimiento político, se desprende política, económica, y administrativamente
de lo que se llamaba el Viejo Caldas.
Elemento éste que se profundizó en las mezclas
interétnicas de su población, las migraciones permanentes de afrodescendientes
del Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Chocó, Santa Cecilia, Caldas, Antioquia,
entre otros; la influencia económica y la atracción migracional que generó la
creación del Ingenio Risaralda y en estos momentos el desplazamiento forzado
por el conflicto armado en territorios de Comunidades Negras que se ha visto
obligada a asentarse en los tradicionales barrios de predominancia, poblacional
negra, Pío XII, Alfonso López Pumarejo, El Progreso, El Azufral y en Caimalito,
frontera con el Municipio de Pereira.
En la actualidad, el Área Urbana tiene un total de treinta
y tres (33) barrios que conforman el territorio del Municipio:
NOMBRE
DE LOS BARRIOS
Alfonso López
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El Progreso
|
Pedro Pablo Bello
|
Bavaría
|
Fernando Tangarife
# 1
|
Pío XII
|
Balsillas
|
Fernando Tangarife
# 2
|
Restrepo
|
Buenos Aires
|
La Magdalena
|
San Antonio
|
Byron Gaviria
|
La Playa
|
San Carlos
|
Ciudadela
Portobello
|
Las Américas
|
San Cayetano
|
El Centro
|
Los Almendros
|
San Fernando
|
El Ciprés
|
Los Gavilanes
|
Santa Fe
|
El Edén
|
Los Libertadores
|
Siete de Enero
|
El Jardín
|
Luis Carlos Galán
|
Sigfredo Zuleta
|
El Prado
|
Obrero
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Zona de Expansión Norte
|
Mientras que en Zona Rural, está compuesto por dos (2)
veredas:
NOMBRE
DE LAS VEREDAS
El Aguacate
|
La Palma
|
La vereda El Aguacate fue fundada por José María
Alzate, Felix Alzate y Osorio. Es de aclarar que antes de los fundadores fue
habitado por indígenas, al parecer Quimbayas, estos fueron quiénes le dieron el
nombre del Aguacate, ya que se ubicaron en un palo donde había un palo inmenso
de aguacate. Los primeros cultivos con los que empezaron los fundadores fueron de
caña, maíz, arroz y plátano. Los fundadores vinieron de Antioquia, Quindío y
Caldas.
Las historias de transformación de las veredas se ha
condicionado a la tenencia de la tierra, esta ha variado de pequeños a grandes
latifundios, debido a que la población vendió sus pequeños predios a terratenientes.
En consecuencia la oferta laboral ha disminuido y el uso del suelo ha variado
de café, plátano, cacao y árboles frutales en las laderas de la vereda El
Aguacate a pastos para ganadería.
Su desarrollo comercial se inicia con la construcción
del puente Bernardo Arango sobre el río Cauca, con el cual se mejora la
comunicación vial con Pereira y Cartago, extinguiéndose el transporte fluvial.
En un principio su economía se basó en los cultivos de plátano, yuca y maíz, actividades
que fueron desplazadas por el cultivo de café, renglón que se fortaleció con la
aparición de tres trilladoras. La Royal, Montoya & Trujillo y la Compañía
Cafetera de Manizales importantes generadoras de empleo.
Su proximidad con el municipio de Pereira, genera un
sinnúmero de relaciones económica, sociales, políticas y culturales que
sirvieron de base para que, en 1991 se lograra su ingreso al Área Metropolitana
Centro Occidente, (AMCO) conformada actualmente por los municipios de Pereira Dosquebradas
y La Virginia.
Su territorio se encuentra en medio de dos fallas
geológicas de gran extensión y cercanas al casco urbano: La falla Anserma Nuevo
localizada al Occidente del Municipio aproximadamente a 6 kilómetros y la falla
Quebradanueva a 4 kilómetros al oriente.
Su hidrografía la conforman los ríos Cauca y
Risaralda, y las quebradas Mina Rica y El Guásimo. Estos componentes
hidrográficos además de servir como límites con otros Municipios son
importantes en el desarrollo económico de La Virginia ya que son incorporados y
utilizados en la irrigación de las tierras aptas para la agricultura y la
ganadería, en la industria extractiva de arena y en el aprovechamiento de los
recursos turísticos.
El Parque Municipal Natural Guásimo, se ubica en uno
de los ecosistemas más amenazados a nivel mundial y que solo está presente en
tres países en el mundo. En Colombia solo se ubica en tres lugares y en el
mundo en siete. Nosotros somos uno de ellos. Se han venido realizando trabajos
de investigación, que soportan la relevancia ambiental de ecosistemas
presentes, como el bosque húmedo transicional a bosque seco tropical; la
importancia de su conservación y manejo por los servicios ambientales que
aporta y las posibilidades ofertadas para la sociedad de La Virginia, como
única fuente propia con la capacidad de suministro de agua para consumo humano presente
y futuro, su diversidad biológica y potencial ecoturístico.
Definido como área de uso múltiple, que además de los
servicios ambientales que presta, conserva una muestra representativa de los
ecosistemas y de la flora y la fauna municipal.
Tradicionalmente han sido fuente generadora de empleo
informal (areneros), debido a la extracción de diferentes variedades de
material de arrastre como son: arena, gravilla, base y sub-base.
Para muchos de los turistas, es todo un espectáculo
observar a los areneros cuando se sumergen en el río a puro pulmón y mantienen
la respiración, con un balde extraen arena y balastro hasta llenar la canoa;
luego
en la orilla del rio se hace el descargue de forma manual por paladas que son
arrumadas en montañas para la respectiva venta. El rio es un importante afluente
y riqueza natural con que cuenta el municipio de La Virginia.
Recientemente se instaló el monumento a los Areneros para
la admiración pública, como reconocimiento a la labor desempeñada por este
grupo de personas que luchan día a día y hacen parte integral del desarrollo económico
de La Virginia.
"Entre tinto y tinto tomo nota
sobre tanto que escucho y
dejo que mi imaginación reconstruya
la historia de mi pueblo"
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