Contó Emilio Gómez Echeverri, quien llegó en 1.925 al
incipiente caserío. El entrevistado relata que en ese entonces seis o siete
casas conformaban el poblado, indicando además cuales fueron los sitios de
abastecimiento de leña, material indispensable en la utilización de las calderas
de los navíos. Uno de ellos, sobre el río Risaralda, cerca al Cairo y, el otro,
en el “Azufral” cercana ribera del Cauca, lo siguiente: Los barcos de esa época
subían hasta El Cairo. Eran grandes y el río ancho, llegaban hasta allí a
recoger leña para las calderas. Siempre había barcos, iban y venían, lo que más
cargaban era café para Cali y de ahí, lo llevaban en ferrocarril a
Buenaventura. El único barco que naufragó fue el Sucre, luego dirá, “creo que
fue el Ricaurte”.
¿Dónde naufragó el Sucre o el Ricaurte?
- Naufragó por el peso, mucha carga. Muy arriba, por
ahí en Bengala, se hundió. Con la draga llamada “Mosquera” se ayudó a movilizar
todo lo que quedó, la carga se perdió, era café. La draga Mosquera era de una
compañía de Cali.
¿Llegó a montar en barco?
- Hice un viaje en 1930, fui a la conmemoración del
centenario de la muerte de Bolívar, fui en el barco “Mercedes” a Cali.
Gastábamos como cuatro o cinco días subiendo, tres días bajando; viajaba con
mis padres adoptivos, Sofonías Gómez Salazar e Isaura Echeverri, mi papá tendrá
mucha injerencia en la naciente actividad comercial y política del puerto.
En 1925 mi papá se desplazó de Belalcázar para la
Virginia, puso una tienda donde vendía rancho y licores. La casita quedaba en
la esquina donde desemboca el puente viejo, la llamada “placita de carros”. Mi
papá compró una casa de balcón por mil pesos.
¿Tiene recuerdos de aquella época?
- Me entraron a una escuelita que fundó una señora, se
llamaba María Velásquez de Torres, esposa de don Marcelino Torres, que fue el
primer comerciante que puso una cacharrería en la Virginia.
La escuelita quedaba por la entrada que hay ahora al
pueblo, llegando de Pereira, cerquita de la casa donde nosotros vivíamos, como
de la plaza de carros saliendo hacia Pereira; la escuela era chiquita, éramos
10 alumnos, un solo salón y, doña María, la profesora, amaba mucho a los
animales; ella mantenía una lorita en el hombro y le enseñó el Ave María, el
Ángelus, el Padre Nuestro. Nos sentábamos en una banquitas, teníamos una
pizarra y tiza, era maestra ad honoren. Don Marcelino y doña María llegaron de
Cartago.
¿Y cómo se llama en ese momento el pueblo?
- Ya se llamaba la Virginia. Se lo advertí años
después al Doctor Silvio Villegas, le dije, “doctor, usted puso que La Virginia
era en honor a Virginia Torres”, quien había llegado en 1926. Ella vino de
Cartago o Cali con otra hermana y un hermano, la hermana se llamaba Elena y el
Hermano Elmer. Virginia puso un restaurante, porque en 1926 empezaba la
construcción del puente, entonces ella aprovechó el momento.
¿Y usted porque está mencionando a Silvio Villegas?
- La historia de la Virginia, se la contó Don Pacho a
Silvio y éste a Bernardo Arias Trujillo quien la escribió. El Doctor Villegas
no tenía tiempo para rasguear historias porque estaba en la política, entonces
Virginia llegó en 1926 cuando estaban construyendo el puente y ya el poblado se
llamaba La Virginia.
¿Cómo surge el nombre de la Virginia?
- De niño escuché decir que había una colonia de
antioqueños, entre ellos Bernardo Torres quien traía una hija, la niña cumplió
15 años estando en el puerto y, en la fiesta, dijeron, “dejemos de llamar este
pueblo con el nombre de un indio, de Sopinga, de ahora en adelante digamos que
se llama La Virginia en honor a la muchacha”. A mí, Manuel, no recuerdo el
apellido, me contó en 1.943 cuando ya tenía ciento dos años, que el jefe de la
familia antioqueña era de apellido Cuadros y la quinceañera se llamaba
Virginia, en el fondo ambas versiones coinciden.
¿Vio construir el “puente viejo”?
- Si, Conocí a Bernardo Arango, él era el ingeniero y
al contramaestre también lo conocí. Uno de los obreros se llamaba Emilio
Montes, era de Anserma, a él le cayó una viga en una mano y tocó mocharla, todo
el mundo le decía el “mocho Emilio”.
¿Hasta dónde iba la Virginia en esa época?
- En 1.926, eran casitas ubicadas al lado del rio,
viniendo del río Risaralda. También se montó una trilladora de propiedad de
“American Coffe”, se llamaba la Trilladora América y funcionaba donde se
encuentran los dos ríos, allí se construyó el edificio y las vivienditas a las
obreras que fueron traídas de Cartago. El café llegaba en mula de Belalcázar,
Apía, Santuario y Balboa.
¿Qué más personas recuerda de esa época, comerciantes,
jefes politos, sacerdotes?
- Por el partido liberal, Jorge Vargas era el
dirigente y, fue quien llevó el primer carro, un GMC; él trajo de Cali el
primer chofer de apellido Sacoto, luego aprendería a manejar un nacido allí,
“Pacho Miní”, ya le contaré porque lo llamaban así. Había carretera hasta el
Cairo. Se decía que Jorge fue capitán de barco y se quedó en la Virginia cuando
se cerró la navegación. Había otro llamado Victoria, de Buga, era el capitán
del “Mercedes”, el barco más grande de todos. Había mucho barco, el Cali, el
Sucre, el Palmira, Manizales, Pereira, llegaban a la Virginia y cogían en el
Azufral leña para las calderas.
Por el partido conservador estaba mi papa Sofonías
Gómez, José Velásquez, hermano de la maestra que le digo; estaba Daniel Calle
que era zapatero; Pedro Valencia, el primer sastre que llegó y un señor llamado
Argemiro, no recuerdo el apellido, era constructor.
Del partido liberal solo me acuerdo de Jorge Vargas y
Jorge Zapata, éste último fue el primero que vino de Cali y puso una tienda y
la manejaba él y un cuñado.
¿Había iglesia en esa época?
- No. en 1923 llegaron tres sacerdotes franciscanos
del convento de Cali. Había un padre Peña, dieron misa en una casa que quedaba
al frente del rio, yendo para la trilladora, esa casita la arreglaron e
hicieron las primeras misas y las primeras confesiones. No había ferrocarril,
los curas llegaron en barco, eran Franciscanos, se quedaron como 5 meses y,
cuando se fueron a ir, levantaron una cruz grande al frente de la capillita. En
1925 don Pacho Jaramillo regaló dos imágenes que trajo de España, una virgen
Dolorosa y un Ecce Homo, aún deben estar en la iglesia, estos últimos datos se
les escuché decir a mis padres.
¿Conoció a Don Pacho Jaramillo?
- Sí, yo le pedí el lote para la casa conservadora. No
conocí a Bernardo Arias Trujillo pero sé que llegaba a un hotel que había, la
dueña la llamaban “la mona Trujillo”, funcionaba en una casa de balcón grande,
propiedad de un pereirano llamado Miguel Hoyos. Francisco Jaramillo Ochoa
fungía como padrino de Bernardo Arias Trujillo, por lo menos nosotros creíamos
que así era. Don Pacho era el más rico que tenía Manizales, fue el que pidió
los títulos de la parte plana del valle, de esos terrenos salieron varias
haciendas.
Otro hijo de don Pacho, Rafael, trajo de Alemania la
fábrica de lámparas que puso en “Portobello”, de esas muy clásicas, parecidas a
las Baccarat, por falta de transporte se acabó la empresa, estuvo funcionando
dos o tres años, esas lámparas aún existe en Cali, Manizales, Pereira y
Cartago.
¿En qué época la Virginia tiene cura oficial?
- El primer sacerdote oficial que llegó era un curita
González, después vinieron los misioneros de Belalcázar, luego, uno que se
llamaba el padre Corrales, murió en Pereira. Otras veces venía un clérigo de
Viterbo, el padre Chica quien celebraba una misa domingo por la tarde y se iba.
Ya después mandan de Manizales un curita viejo, no me acuerdo el nombre pero el
apellido era Gonzales, lo agarraron las fiebres del clima y se fue.
Luego inauguraron en 1.928 el puente con unos
carnavales La comparsa de más de éxito se llamó “los gallinazos” de Riosucio,
tenían un disfraz de gallinazo, todo negro y un pico grande.
¿El caserío de Cañaveral hasta que época estuvo,
cuando se acabó, que sabe?
- De Cañaveral no recuerdo nada, evoco a “Calle
Larga”, un caserío al lado de la carretera que iba para Anserma, apenas estaban
construyendo la vía, quedaba un poquito más acá del Cairo, estamos hablando de
1928 y de ahí salió el primer chofer de servicio público que tuvo la Virginia,
se llamaba Francisco y lo pusieron “Pacho Miní”, porque la mamá vivía en “Calle
Larga”. Ese apodo se lo ganó dado que cuando él iba a llevar gente al Cairo, la
viejita se asomaba a la carretera y decía: “Pacho, miní”. El primer
transportador comisionista que recoge pasajeros, fue el hermano de Virginia
Torres, ese se llamaba Hermes, pero usted le decía Hermes y no le contestaba.
Una vez yo estaba conversando con él y un señor le dijo, usted conoce a Hermes
Torres, no señor le indicó este, solo respondía al apodo de “Jabón”.
¿Como primera autoridad civil del municipio a quien
recuerda?
- A Enrique Taborda, por allá como en el año 28,
nombrado por Manizales. Me acuerdo cuando Don Pacho y sus trabajadores
incendiaron a la primera Virginia, llamada en ese entonces Sopinga, al otro
lado del río Risaralda, el pueblo tenía el nombre del indio este.
¿Taborda era corregidor o inspector?
- Corregidor, lo recuerdo por un detalle. Mi papá con
otro señor estaban borrachos, apostando plata a tumbarse un cigarrillo de la
boca de un disparo, mi papá era un gran tirador y el otro señor también, unos
vecinos le dijeron a don Enrique lo que estaba pasando, vino y los metió al
calabozo.
¿Había ya mucha rivalidad liberal-conservadora?
- La mayoría liberal ha sido de toda la vida. Y ha
sido toda la vida, porque cuando la guerra de los mil días, la Virginia fue un
lugar donde el cuartel general liberal que quedaba en Quinchía, puso un
acantonamiento de vigilancia, para no ser atacados por los conservadores de
Santa Rosa de Cabal. El 9 de abril fue el día que más guerra hubo en la
Virginia, recuerdo que ese día mataron a Jorge Eliecer Gaitán.
¿Cuántos años tenía usted el 9 de abril?
- Cuarenta y ocho, era un hombre grande, manejaba un
depósito. El 9 de abril de 1.948 recibí 50 cajas con dinamita que iban para una
mina de oro en Anserma. También llevaban para Marmato, retiré la dinamita por
la mañana de la estación del ferrocarril; una hora después de que llegó, llamé
a Anserma y mandaron por ella.
Ese día estaba entregando unas películas, tenía un
contrato con Cine Colombia, ellos me mandaban películas de Cali a la Virginia y
yo las repartía en Viterbo, Anserma y Riosucio; las alquilaba, las presentaban
en los teatros “Ingrumá” de Riosucio, otro teatro en Anserma de unos Corrales
y, otro que había en Viterbo, el dueño era un señor “Goyo González”.
Estaba en esas cuando dijeron, vea, hay un tiroteo en
la vía, están atacando allá, en la plaza; como la casa de nosotros quedaba en
la plaza, dije, me tengo que ir y resulta que los liberales, se atrincheraron
en el puente, entonces uno me dijo, don Emilio como va a pasar en el medio de
ellos, pero yo me fui. A mí me salvó una cosa, el secretario del directorio
liberal era muy amigo mío y muchas veces me llamaba, Emilio, ayúdeme a sacar
una carta para un don Camilo Mejía.
¿Qué paso con la dinamita?
- Uno de los ferroviarios dijo, en el depósito de don
Emilio hay dinamita.
¿Liberal o conservador?
- Liberal. Entonces me vine a la carrera y le dije al
teniente Alfredo Villamil, Alfredo vienen atacar, usted verá como defiende esa
dinamita. El cuadró a unos policías y llamó a José Velásquez, médico de esos
curanderos, éste con funcionarios de rentas, unos celadores también de refuerzo
defendieron el sitio. Atacaron el depósito pero no entraron. Villamil era
teniente de rentas, tenía seis celadores, murió de capitán ahogado en Boyacá,
en la laguna de Tota. Murió ahogado con la señora en su luna de miel.
¿Qué recuerda de las primeras fiestas que hubo en la
Virginia?
- La primera fiesta que hubo fueron los carnavales por
la inauguración del puente, llegó mucha gente de San Clemente, la banda de
músicos de Pereira y mucha gente de otras partes. Un recuerdo que me quedó fue
el siguiente; Unos riosuceños pusieron una mesa, compraron unas bacinillas
nuevas y echaron cerveza en ellas, dejaron que se acabara la espuma y, después
cogieron chorizos, los echaron ahí, luego se los comían.
¿Qué personajes nacionales de la política o del
gobierno, industriales, empresarios, recuerda hayan visitado La Virginia?
- El primero que yo conocí fue en 1938, al Doctor
Eduardo Santos, Presidente de Colombia, a Jorge Gartner Ministro de Gobierno,
Jorge Eliécer Gaitán, Ministro de Educación. Ellos venían para Pereira, pero no
había hoteles en esa época para esas personalidades, entonces, don Roberto
Marulanda, dijo, se hospedan en mi hacienda, en Balsillas, por eso los conocí.
¿La gente viajaba a caballo o a pie?
- La gente viajaba a caballo. Hubo dos pesebreras, la
de Célimo un cartagueño pa la salida de Pereira y otra pa la salida de Balboa,
cerquita de la plaza de mercado. Tengo entendido que en alguna oportunidad,
Mariano Ospina Pérez estuvo en La Virginia, acompañado por Gilberto Álzate.
Cuando ya era presidente, estuvo en mi casa.
¿Qué mujeres bonitas recuerda en La Virginia?
- Me casé con una reina, Leonila Saavedra, de Armenia.
El papá trabajaba en la trilladora Santa Lucia, que quedaba a un lado de la
hacienda Bohemia. En lo que hoy se llama Caimalito hubo una trilladora, allí
hubo una bomba para los primeros carros de la Virginia, era de Jorge Ibáñez,
perteneció a la junta conservadora, después se la vendió a Baltasar Correa y
éste la pasó a la Virginia, ahí se montó una trilladora, llamada Santa Lucia,
luego nacería la trilladora Royal.
¿Se casó con Leonila?
- Me casé con Leonila, la conocí en el puente Bernardo
Arango, estaba refrescándome cuando pasó ella con una hermana, no me
contestaron el saludo ni me miraron y como a la cuarta vez, ya me contestaron
el saludo. Entonces hicimos amistad, le pregunté que si podía ir a visitarla a
la casa, me dijo, tiene que hablar con mi papá, le pedí permiso al padre y
convino. Ella fue reina. En la Virginia hubo un Club de Leones y hacía fiestas,
yo era socio, en una de esas fiestas la coronaron reina y me puse a bailar con
ella, hasta que seguimos conversando. Me casó el padre Mejía, uno que mantenía
un montón de caballos en una finca al frente de Pozo Rubio.
¿Cuál fue el primer teatro?
- El teatro lo puso un señor de Belalcázar, un señor
Arroyave, por los años de 1.940.
El primer bobo que tuvo la Virginia fue un tolimense,
le decían “mafla”, estando muy niño le enseñé a firmar para que votara en las
elecciones de 1930, había que firmar cuando se votaba. Era chiquito, morenito,
hacía mandados, ese es el primer bobo que recuerdo.
Recuerdo también a “Emilio fo”, llegó de Pensilvania,
hablar y pedir limosna era su ocupación diaria, era el que primero sabía cuando
nacía un niño…
La anterior entrevista fue realizada por José Daniel
Trujillo y publicada con el titular: La Virginia (primera mitad del siglo XX) por
El Diario del Otún en 10/03/2013.
"Entre tinto y tinto tomo nota
sobre tanto que escucho y
dejo que mi imaginación reconstruya
la historia de mi pueblo"
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