En la pintura de los
siglos XVII, XVIII y primera mitad del siglo XIX había varios géneros. El
género principal era la pintura histórica y reflejaba hechos sucedidos durante
el pasado. El pintor componía el cuadro con su imaginación, de hecho se
inventaba el cuadro, basándose en algún relato de la época que se describía,
como lo vemos en el cuadro: la reunión del Consejo Municipal de París (1687),
finales del siglo XVII, donde el artista pintó y decoró la sede del
Consistorio, pero ocurrió un incendio en 1.793 y el cuadro original ardió.
Equiparable al género
histórico estaba el género de la Pintura mitológica, el pintor se documentaba
sobre una historia de la mitología y elegía una escena de dicho mito.
Veamos la escena de
la obra de Torcuato Tasso, La Jerusalén liberada. En el canto XIX aparecen los
personajes del cuadro y se puede comprobar, como el pintor elige los
personajes, la postura, es decir, la composición que tendrá su cuadro, las
luces, el ambiente, el atardecer y el paisaje de fondo. Transcurre el tiempo y
se pasa al género sagrado, que fue muy empleado desde el Renacimiento.
The Game of Chess (Arturo Ricci)
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Horace, Virgil and Various at the house
of Maecenas (Charles
Francois Jalabert)
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Theodore Duret (Edouard Manet)
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Prehistoric Man Hunting Bears
(Emmanuel Benner)
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Tarquin and Lucretia (Felice Ficherelli)
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The Children of Sir Edward and
Dame Ann Astley (Francis
Cotes)
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Apelles Painting Campaspe in the Presence
of Alexander
the Great (Jacques Louis David)
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The Turkish Bath (Serkis Diranian)
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Morgenspaziergang
(Thomas Gainsborough)
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The World Before the Flood (William Etty)
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(Annibale Carracci) |
(Giulio Romano)
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La Creación de Adán (Miguel
Ángel)
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Mona Lisa (Leonardo
Da Vinci)
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