(Mercedes Sosa)
Sólo le pido a Dios
Que el dolor no me
sea indiferente
Que la reseca muerte
no me encuentre
Vacía y sola sin
haber hecho lo suficiente
Sólo le pido a Dios
Que lo injusto no me
sea indiferente
Que no me abofeteen
la otra mejilla
Después que una garra
me arañó esta suerte
Sólo le pido a Dios
Que la guerra no me
sea indiferente
Es un monstruo grande
y pisa fuerte
Toda la pobre
inocencia de la gente
Es un monstruo grande
y pisa fuerte
Toda la pobre
inocencia de la gente
Sólo le pido a Dios
Que el engaño no me
sea indiferente
Si un traidor puede
más que unos cuantos
Que esos cuantos no
lo olviden fácilmente
Sólo le pido a Dios
Que el futuro no me
sea indiferente
Desahuciado está el
que tiene que marchar
A vivir una cultura
diferente
Sólo le pido a Dios
Que la guerra no me
sea indiferente
Es un monstruo grande
y pisa fuerte
Toda la pobre
inocencia de la gente
Es un monstruo grande
y pisa fuerte
Toda la pobre
inocencia de la gente
Sólo le pido a Dios,
es una canción del cantautor argentino León Gieco. Fue publicada en 1978 como
parte del disco LP IV y se convirtió en una de las canciones más famosas de
este cantante, llegando a ser considerada como un himno mundial de la paz por
ser interpretada por diversos artistas alrededor del mundo.
La historia cuenta
que Gieco compuso esta canción en su natal Cañada Rosquín, y luego de
terminarla se la enseñó a su padre. El padre de Gieco quedó impactado con esta
canción que nacía del temor de su hijo por el conflicto bélico que estaban a
punto de iniciar ese año Chile y Argentina por tratados y líneas fronterizas de
tres islas en el Canal Beagle que solo hicieron dividir y debilitar. Por ese
entonces ambos países estaban en el poder de Generales en jefe, ya que en
Argentina estaba Jorge Rafael Videla y al otro lado de la cordillera de Los
Andes, se encontraba Augusto Pinochet, así que sus mentes e ideales eran jugar
a la guerra.
Por ello, inspirado
en la canción: A Hard Rain's A-Gonna Fall, de su ídolo Bob Dylan, León Gieco
escribe estos temerosos versos en una canción que no fue de su real gusto en un
principio y la dejó guardada en una carpeta porque la encontró aburrida y
monótona.
León Gieco ya tenía
elegido el "tracklist" de su cuarto disco, el cual se disponía a
grabar en los meses de invierno de 1978. Una de esas noches, mientras el músico
grababa y arreglaba su disco en el estudio de grabación apareció Dino Saluzzi,
que era un conocido bandoneonista que había participado en una canción de ese
disco llamada: Cachito Campeón de Corrientes. Debido a una confusión con un
familiar de Saluzzi, el bandoneonista había entendido que Gieco lo quería de
vuelta en el estudio para grabar alguna canción, lo cual era falso porque Gieco
ya tenía listo el disco. Luego de que el músico le contara lo sucedido al
bandoneonista salteño, este le pidió a Gieco alguna canción para poder grabar y
así sacar sus ganas de tocar porque el viaje a Buenos Aires "por las
puras" lo tenía algo enfurecido.
Para ello, León buscó
esa vieja canción que había desechado por aburrida y monótona que llevaba como título:
Solo le Pido a Dios y se la interpretó a Saluzzi para que improvisara algo
mientras le productor Amílcar Gilabert apretaba "play" para grabar
esa toma y ver que podían hacer.
La interpretación
salió casi perfecta, tanto que Gieco quedó impactado con la fuerza que había
tomado la canción. Luego de eso, el músico y el bandoneonista interpretaron por
segunda vez la canción con algunos cambios en la tonalidad y el resultado fue
un poco mejor que la anterior toma. Pero Gieco decidió conservar la magia de la
primera improvisación y decidió colocar esa en el disco. Para darle más fuerza
a su decisión justo en esos momentos que escuchaba el tema en el estudio
apareció Charly García (prócer del rock argentino y latino) quien quedó
impactado con esa canción y le dijo a León Gieco algo como "Che, está re buena esta canción, déjala así no más..." y
así nacía la canción llamada Solo le Pido a Dios.
Al lanzar el disco,
la canción no tuvo mucha promoción en las radios ni su mensaje tuvo mucha
repercusión entre la gente. Pero en 1982, cuando la Guerra de las Malvinas
dejaba al pueblo argentino herido y con mucho miedo a ser partícipes de lo
peor, la canción empezó a sonar como un himno a la paz, un discurso musical
ideado justamente para ese episodio bélico que nunca más debe ocurrir en
Sudámerica ni en el mundo.
Gieco diría en una entrevista
años más tarde que la canción pasó de ser una melodía monótona a ser un Himno
nacional.
"Con el paso del tiempo, el sencillo huayno dio
la vuelta al mundo y hoy es una de las canciones latinoamericanas más
versionadas, no solo en español. Y en algunos casos fue súper-hit de ventas,
como cuando la interpretó Ana Belén en España, a mitad de los 80".
"Solo le Pido a
Dios" es una de las piezas claves en la carrera de León Gieco y para la
música latinoamericana, ya que fue un himno contra las "inútiles"
guerras, las dictaduras imperantes en esa época y hasta el día de hoy se sigue
escuchando fuerte cada vez que hay problemas sociales o limítrofes entre países
de todo el mundo...