viernes, 25 de diciembre de 2009

PEREIRANO DE CORAZON

Cuando uno se encuentra en territorio extranjero, es únicamente Colombiano y conquistar el sueño americano es relativamente fácil: "trabajar como una mula, pagar facturas, comprarse un carro, tal vez una casa, y si a eso le añadimos conseguir marido o mujer gringa", estamos hechos... ya la hicimos!.
Pegándole a la comida chatarra, haciendo ejercicio para no perder la figura (ni la razón), respetando las leyes, siendo buena persona, pocas fiestas, porque aquí uno viene a practicar el lema de nuestro Presidente Uribe: “trabajar, trabajar y trabajar”, uno se pone a pensar (cuando queda tiempo para ponerle cuidado a esa parte del cerebro): ¿no será mejor conquistar el Sueño Pereirano?

Explicarlo es fácil:

1. Todo el mundo anda de rumba en Pereira, que se fueron pa' la finca, que están en Cerritos, que en el parque del Café, en el kilómetro 18, entre muchos otros lugares y entonces uno hace la pregunta del millón: '¿pero, por qué si hoy es lunes?'. Y claro, es que en Colombia, es lunes festivo. (en Estados Unidos no hay tantos días feriados al año.)

2. Un dato determinante en la construcción del sueño Pereirano, es la popularidad. No hay que negar que uno conoce “a medio Pereira”, ya sea por la universidad, el trabajo, las rumbas, las fincas, etc. En fin, siempre que uno se pega sus 'shoppinadas' en Ciudad Victoria, Pereira Plaza o Bolivar Plaza, pues no falta el man o la vieja conocidos. Y eso, ni se diga de ir a cine a Ciudad Victoria o a comer pollo a Frisby. En tierra americana , dé gracias a Dios si la gente que trabaja con usted se acuerda de su nombre, porque por el apellido ni pregunte.

3. Y aquí entran los vecinos. El placer de rajar de la del frente, de ver los mejores espectáculos de acción , en vivo y en directo, sin policía que se tire la fiesta, sólo ocurren en Pereira. No sé ustedes, pero yo sí extraño la 'ventaneada' con mi mamá, las historias de mis vecinos, los líos de faldas, las infidelidades y otro tipo de temas que hacían la vida más fácil, más amena, menos ajena. En mi vecindario americano nunca pasa nada: no pelean, no llegan borrachos, nadie da serenatas, no hay peladitos jugando en la calle hasta la medianoche, no juegan 'ring ring corre corre', no quiebran el vidrio y no hay oportunidad de decir: '¡a jugar a la cancha, chino!'.

4. Pereira es sabor, olor a arepa y a mango biche. Caminar por Pereira es un placer, ver árboles, ver carros, buses... gente. Pereira huele a café, sabe a buñuelo, se respira olor a fruta madura y a arepa de chocolo, tiene problemas; como todas las urbes, pero está viva. El Sueño Pereirano sería pegarse una caminata por todo el centro, comprarse una picada en el mirador de las camelias, luego echarse una cervecita en cualquier terraza de la circunvalar, atravesar la ciudad y llegar al Cafetal. Y claro, nada de esto tiene sentido si uno no tiene su parche, su combo, su élite. Nadie nos dice que el paquete del Sueño Americano no incluye amigos. Nadie nos dice que el Sueño Americano se paga con la soledad.
Pero en el Sueño Pereirano seguro te vas con tu grupo, los de la piscina, los de la U., los de la rumba, los del trabajo, los de teatro y los que están ahí para siempre, los manes y las viejas que te entienden, que hablan tu idioma y, sobre todo, que conocen tu historia.

5. El más importante aspecto que completa este increible Sueño Pereirano, es que por unos US $700 (mas o menos), podemos comprar el pasaje de regreso. No hay cosa más berraca que pasar una fiesta trasmitida por teléfono, porque en la tierra del Tío Sam no hay tiempo para acordarse, ni para hacerte la fiestica con las tías y las primas, ni para que te regalen una bobadita, ni para armarte una rumbita 'sorpresa' en la casa de un amigo. Nadie te dice Feliz Cumpleaños con el corazón.
En el sueño Pereirano tienes el derecho a decir que tenés más de 30 primas y unas 10 tías, que se reúnen en la casa, que sí, que de vez en cuando pelean, pero siempre están ahí, para vos, en las buenas y en las malas.
De esta manera, llego a la conclusión que es mas fácil conquistar el sueño Americano, que dejar de extrañar, de sentir, de pensar en tu cabeza, tu mente y tu corazón lleno de buenos recuerdos, amigos, mamá, familia y nostalgia. con huecos, charcos y otras cositas que pasan, pero eso se arregla. . .!!!

Que viva Pereira . . .
“la querendona, trasnochadora y morena”
“La ciudad de las puertas abiertas, donde nadie es forastero”