viernes, 10 de octubre de 2014

16. EMILIO GOMEZ ECHEVERRI

Contó Emilio Gómez Echeverri, quien llegó en 1.925 al incipiente caserío. El entrevistado relata que en ese entonces seis o siete casas conformaban el poblado, indicando además cuales fueron los sitios de abastecimiento de leña, material indispensable en la utilización de las calderas de los navíos. Uno de ellos, sobre el río Risaralda, cerca al Cairo y, el otro, en el “Azufral” cercana ribera del Cauca, lo siguiente: Los barcos de esa época subían hasta El Cairo. Eran grandes y el río ancho, llegaban hasta allí a recoger leña para las calderas. Siempre había barcos, iban y venían, lo que más cargaban era café para Cali y de ahí, lo llevaban en ferrocarril a Buenaventura. El único barco que naufragó fue el Sucre, luego dirá, “creo que fue el Ricaurte”.

¿Dónde naufragó el Sucre o el Ricaurte?
- Naufragó por el peso, mucha carga. Muy arriba, por ahí en Bengala, se hundió. Con la draga llamada “Mosquera” se ayudó a movilizar todo lo que quedó, la carga se perdió, era café. La draga Mosquera era de una compañía de Cali.

¿Llegó a montar en barco?
- Hice un viaje en 1930, fui a la conmemoración del centenario de la muerte de Bolívar, fui en el barco “Mercedes” a Cali. Gastábamos como cuatro o cinco días subiendo, tres días bajando; viajaba con mis padres adoptivos, Sofonías Gómez Salazar e Isaura Echeverri, mi papá tendrá mucha injerencia en la naciente actividad comercial y política del puerto.
En 1925 mi papá se desplazó de Belalcázar para la Virginia, puso una tienda donde vendía rancho y licores. La casita quedaba en la esquina donde desemboca el puente viejo, la llamada “placita de carros”. Mi papá compró una casa de balcón por mil pesos.

¿Tiene recuerdos de aquella época?
- Me entraron a una escuelita que fundó una señora, se llamaba María Velásquez de Torres, esposa de don Marcelino Torres, que fue el primer comerciante que puso una cacharrería en la Virginia.
La escuelita quedaba por la entrada que hay ahora al pueblo, llegando de Pereira, cerquita de la casa donde nosotros vivíamos, como de la plaza de carros saliendo hacia Pereira; la escuela era chiquita, éramos 10 alumnos, un solo salón y, doña María, la profesora, amaba mucho a los animales; ella mantenía una lorita en el hombro y le enseñó el Ave María, el Ángelus, el Padre Nuestro. Nos sentábamos en una banquitas, teníamos una pizarra y tiza, era maestra ad honoren. Don Marcelino y doña María llegaron de Cartago.

¿Y cómo se llama en ese momento el pueblo?
- Ya se llamaba la Virginia. Se lo advertí años después al Doctor Silvio Villegas, le dije, “doctor, usted puso que La Virginia era en honor a Virginia Torres”, quien había llegado en 1926. Ella vino de Cartago o Cali con otra hermana y un hermano, la hermana se llamaba Elena y el Hermano Elmer. Virginia puso un restaurante, porque en 1926 empezaba la construcción del puente, entonces ella aprovechó el momento.

¿Y usted porque está mencionando a Silvio Villegas?
- La historia de la Virginia, se la contó Don Pacho a Silvio y éste a Bernardo Arias Trujillo quien la escribió. El Doctor Villegas no tenía tiempo para rasguear historias porque estaba en la política, entonces Virginia llegó en 1926 cuando estaban construyendo el puente y ya el poblado se llamaba La Virginia.

¿Cómo surge el nombre de la Virginia?
- De niño escuché decir que había una colonia de antioqueños, entre ellos Bernardo Torres quien traía una hija, la niña cumplió 15 años estando en el puerto y, en la fiesta, dijeron, “dejemos de llamar este pueblo con el nombre de un indio, de Sopinga, de ahora en adelante digamos que se llama La Virginia en honor a la muchacha”. A mí, Manuel, no recuerdo el apellido, me contó en 1.943 cuando ya tenía ciento dos años, que el jefe de la familia antioqueña era de apellido Cuadros y la quinceañera se llamaba Virginia, en el fondo ambas versiones coinciden.

¿Vio construir el “puente viejo”?
- Si, Conocí a Bernardo Arango, él era el ingeniero y al contramaestre también lo conocí. Uno de los obreros se llamaba Emilio Montes, era de Anserma, a él le cayó una viga en una mano y tocó mocharla, todo el mundo le decía el “mocho Emilio”.

¿Hasta dónde iba la Virginia en esa época?
- En 1.926, eran casitas ubicadas al lado del rio, viniendo del río Risaralda. También se montó una trilladora de propiedad de “American Coffe”, se llamaba la Trilladora América y funcionaba donde se encuentran los dos ríos, allí se construyó el edificio y las vivienditas a las obreras que fueron traídas de Cartago. El café llegaba en mula de Belalcázar, Apía, Santuario y Balboa.

¿Qué más personas recuerda de esa época, comerciantes, jefes politos, sacerdotes?
- Por el partido liberal, Jorge Vargas era el dirigente y, fue quien llevó el primer carro, un GMC; él trajo de Cali el primer chofer de apellido Sacoto, luego aprendería a manejar un nacido allí, “Pacho Miní”, ya le contaré porque lo llamaban así. Había carretera hasta el Cairo. Se decía que Jorge fue capitán de barco y se quedó en la Virginia cuando se cerró la navegación. Había otro llamado Victoria, de Buga, era el capitán del “Mercedes”, el barco más grande de todos. Había mucho barco, el Cali, el Sucre, el Palmira, Manizales, Pereira, llegaban a la Virginia y cogían en el Azufral leña para las calderas.
Por el partido conservador estaba mi papa Sofonías Gómez, José Velásquez, hermano de la maestra que le digo; estaba Daniel Calle que era zapatero; Pedro Valencia, el primer sastre que llegó y un señor llamado Argemiro, no recuerdo el apellido, era constructor.
Del partido liberal solo me acuerdo de Jorge Vargas y Jorge Zapata, éste último fue el primero que vino de Cali y puso una tienda y la manejaba él y un cuñado.

¿Había iglesia en esa época?
- No. en 1923 llegaron tres sacerdotes franciscanos del convento de Cali. Había un padre Peña, dieron misa en una casa que quedaba al frente del rio, yendo para la trilladora, esa casita la arreglaron e hicieron las primeras misas y las primeras confesiones. No había ferrocarril, los curas llegaron en barco, eran Franciscanos, se quedaron como 5 meses y, cuando se fueron a ir, levantaron una cruz grande al frente de la capillita. En 1925 don Pacho Jaramillo regaló dos imágenes que trajo de España, una virgen Dolorosa y un Ecce Homo, aún deben estar en la iglesia, estos últimos datos se les escuché decir a mis padres.

¿Conoció a Don Pacho Jaramillo?
- Sí, yo le pedí el lote para la casa conservadora. No conocí a Bernardo Arias Trujillo pero sé que llegaba a un hotel que había, la dueña la llamaban “la mona Trujillo”, funcionaba en una casa de balcón grande, propiedad de un pereirano llamado Miguel Hoyos. Francisco Jaramillo Ochoa fungía como padrino de Bernardo Arias Trujillo, por lo menos nosotros creíamos que así era. Don Pacho era el más rico que tenía Manizales, fue el que pidió los títulos de la parte plana del valle, de esos terrenos salieron varias haciendas.
Otro hijo de don Pacho, Rafael, trajo de Alemania la fábrica de lámparas que puso en “Portobello”, de esas muy clásicas, parecidas a las Baccarat, por falta de transporte se acabó la empresa, estuvo funcionando dos o tres años, esas lámparas aún existe en Cali, Manizales, Pereira y Cartago.

¿En qué época la Virginia tiene cura oficial?
- El primer sacerdote oficial que llegó era un curita González, después vinieron los misioneros de Belalcázar, luego, uno que se llamaba el padre Corrales, murió en Pereira. Otras veces venía un clérigo de Viterbo, el padre Chica quien celebraba una misa domingo por la tarde y se iba. Ya después mandan de Manizales un curita viejo, no me acuerdo el nombre pero el apellido era Gonzales, lo agarraron las fiebres del clima y se fue.
Luego inauguraron en 1.928 el puente con unos carnavales La comparsa de más de éxito se llamó “los gallinazos” de Riosucio, tenían un disfraz de gallinazo, todo negro y un pico grande.

¿El caserío de Cañaveral hasta que época estuvo, cuando se acabó, que sabe?
- De Cañaveral no recuerdo nada, evoco a “Calle Larga”, un caserío al lado de la carretera que iba para Anserma, apenas estaban construyendo la vía, quedaba un poquito más acá del Cairo, estamos hablando de 1928 y de ahí salió el primer chofer de servicio público que tuvo la Virginia, se llamaba Francisco y lo pusieron “Pacho Miní”, porque la mamá vivía en “Calle Larga”. Ese apodo se lo ganó dado que cuando él iba a llevar gente al Cairo, la viejita se asomaba a la carretera y decía: “Pacho, miní”. El primer transportador comisionista que recoge pasajeros, fue el hermano de Virginia Torres, ese se llamaba Hermes, pero usted le decía Hermes y no le contestaba. Una vez yo estaba conversando con él y un señor le dijo, usted conoce a Hermes Torres, no señor le indicó este, solo respondía al apodo de “Jabón”.

¿Como primera autoridad civil del municipio a quien recuerda?
- A Enrique Taborda, por allá como en el año 28, nombrado por Manizales. Me acuerdo cuando Don Pacho y sus trabajadores incendiaron a la primera Virginia, llamada en ese entonces Sopinga, al otro lado del río Risaralda, el pueblo tenía el nombre del indio este.

¿Taborda era corregidor o inspector?
- Corregidor, lo recuerdo por un detalle. Mi papá con otro señor estaban borrachos, apostando plata a tumbarse un cigarrillo de la boca de un disparo, mi papá era un gran tirador y el otro señor también, unos vecinos le dijeron a don Enrique lo que estaba pasando, vino y los metió al calabozo.

¿Había ya mucha rivalidad liberal-conservadora?
- La mayoría liberal ha sido de toda la vida. Y ha sido toda la vida, porque cuando la guerra de los mil días, la Virginia fue un lugar donde el cuartel general liberal que quedaba en Quinchía, puso un acantonamiento de vigilancia, para no ser atacados por los conservadores de Santa Rosa de Cabal. El 9 de abril fue el día que más guerra hubo en la Virginia, recuerdo que ese día mataron a Jorge Eliecer Gaitán.

¿Cuántos años tenía usted el 9 de abril?
- Cuarenta y ocho, era un hombre grande, manejaba un depósito. El 9 de abril de 1.948 recibí 50 cajas con dinamita que iban para una mina de oro en Anserma. También llevaban para Marmato, retiré la dinamita por la mañana de la estación del ferrocarril; una hora después de que llegó, llamé a Anserma y mandaron por ella.
Ese día estaba entregando unas películas, tenía un contrato con Cine Colombia, ellos me mandaban películas de Cali a la Virginia y yo las repartía en Viterbo, Anserma y Riosucio; las alquilaba, las presentaban en los teatros “Ingrumá” de Riosucio, otro teatro en Anserma de unos Corrales y, otro que había en Viterbo, el dueño era un señor “Goyo González”.
Estaba en esas cuando dijeron, vea, hay un tiroteo en la vía, están atacando allá, en la plaza; como la casa de nosotros quedaba en la plaza, dije, me tengo que ir y resulta que los liberales, se atrincheraron en el puente, entonces uno me dijo, don Emilio como va a pasar en el medio de ellos, pero yo me fui. A mí me salvó una cosa, el secretario del directorio liberal era muy amigo mío y muchas veces me llamaba, Emilio, ayúdeme a sacar una carta para un don Camilo Mejía.

¿Qué paso con la dinamita?
- Uno de los ferroviarios dijo, en el depósito de don Emilio hay dinamita.

¿Liberal o conservador?
- Liberal. Entonces me vine a la carrera y le dije al teniente Alfredo Villamil, Alfredo vienen atacar, usted verá como defiende esa dinamita. El cuadró a unos policías y llamó a José Velásquez, médico de esos curanderos, éste con funcionarios de rentas, unos celadores también de refuerzo defendieron el sitio. Atacaron el depósito pero no entraron. Villamil era teniente de rentas, tenía seis celadores, murió de capitán ahogado en Boyacá, en la laguna de Tota. Murió ahogado con la señora en su luna de miel.

¿Qué recuerda de las primeras fiestas que hubo en la Virginia?
- La primera fiesta que hubo fueron los carnavales por la inauguración del puente, llegó mucha gente de San Clemente, la banda de músicos de Pereira y mucha gente de otras partes. Un recuerdo que me quedó fue el siguiente; Unos riosuceños pusieron una mesa, compraron unas bacinillas nuevas y echaron cerveza en ellas, dejaron que se acabara la espuma y, después cogieron chorizos, los echaron ahí, luego se los comían.

¿Qué personajes nacionales de la política o del gobierno, industriales, empresarios, recuerda hayan visitado La Virginia?
- El primero que yo conocí fue en 1938, al Doctor Eduardo Santos, Presidente de Colombia, a Jorge Gartner Ministro de Gobierno, Jorge Eliécer Gaitán, Ministro de Educación. Ellos venían para Pereira, pero no había hoteles en esa época para esas personalidades, entonces, don Roberto Marulanda, dijo, se hospedan en mi hacienda, en Balsillas, por eso los conocí.

¿La gente viajaba a caballo o a pie?
- La gente viajaba a caballo. Hubo dos pesebreras, la de Célimo un cartagueño pa la salida de Pereira y otra pa la salida de Balboa, cerquita de la plaza de mercado. Tengo entendido que en alguna oportunidad, Mariano Ospina Pérez estuvo en La Virginia, acompañado por Gilberto Álzate. Cuando ya era presidente, estuvo en mi casa.

¿Qué mujeres bonitas recuerda en La Virginia?
- Me casé con una reina, Leonila Saavedra, de Armenia. El papá trabajaba en la trilladora Santa Lucia, que quedaba a un lado de la hacienda Bohemia. En lo que hoy se llama Caimalito hubo una trilladora, allí hubo una bomba para los primeros carros de la Virginia, era de Jorge Ibáñez, perteneció a la junta conservadora, después se la vendió a Baltasar Correa y éste la pasó a la Virginia, ahí se montó una trilladora, llamada Santa Lucia, luego nacería la trilladora Royal.

¿Se casó con Leonila?
- Me casé con Leonila, la conocí en el puente Bernardo Arango, estaba refrescándome cuando pasó ella con una hermana, no me contestaron el saludo ni me miraron y como a la cuarta vez, ya me contestaron el saludo. Entonces hicimos amistad, le pregunté que si podía ir a visitarla a la casa, me dijo, tiene que hablar con mi papá, le pedí permiso al padre y convino. Ella fue reina. En la Virginia hubo un Club de Leones y hacía fiestas, yo era socio, en una de esas fiestas la coronaron reina y me puse a bailar con ella, hasta que seguimos conversando. Me casó el padre Mejía, uno que mantenía un montón de caballos en una finca al frente de Pozo Rubio.

¿Cuál fue el primer teatro?
- El teatro lo puso un señor de Belalcázar, un señor Arroyave, por los años de 1.940.

El primer bobo que tuvo la Virginia fue un tolimense, le decían “mafla”, estando muy niño le enseñé a firmar para que votara en las elecciones de 1930, había que firmar cuando se votaba. Era chiquito, morenito, hacía mandados, ese es el primer bobo que recuerdo.
Recuerdo también a “Emilio fo”, llegó de Pensilvania, hablar y pedir limosna era su ocupación diaria, era el que primero sabía cuando nacía un niño…

La anterior entrevista fue realizada por José Daniel Trujillo y publicada con el titular: La Virginia (primera mitad del siglo XX) por El Diario del Otún en 10/03/2013.


"Entre tinto y tinto tomo nota
sobre tanto que escucho y
dejo que mi imaginación reconstruya
la historia de mi pueblo"

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