miércoles, 1 de octubre de 2014

6.1. VIDA COMERCIAL Y ADMINISTRATIVA

Me declaro partidario de la tendencia histórica que menciona a SOPINGA como el primer nombre dado al asentamiento de indígenas (Apías y Ansermas), como sus primeros pobladores y no al nombre de "Nigricia", ya que fue una expresión en forma despectiva que usaban los blancos para referirse a los negros cimarrones de la época y más específicamente a su ubicación como grupo y no existen documentos o registros notariales que avalen dicho nombre.  Ni tampoco al nombre de "Bodega", ya que esto fue producto de la necesidad de albergar en un mismo sitio todos los productos y mercancías que se movían en el área, siendo más utilizado como un término de aceptación popular fácil de recordar y pronunciar para referirse al lugar de almacenamiento.
La vida comercial se inicia por los años de 1904 y 1905, en que aparece Francisco Jaramillo Ochoa, quién por los mecanismos de la fuerza, establece aperturas de calles, el desmonte y la parcelación de la primera forma urbanística del caserío.

Sopinga, un pedazo de Caribe mediterráneo, con sus negros díscolos que se aferran desesperadamente a la defensa de sus parcelas, pero ante todo, de su identidad esclava, perdida en los cantos aborígenes de su África ancestral. Es la saga de los últimos colonizadores que como la del patriarca Jaramillo Ochoa describe con la furia de la agreste naturaleza a dos razas que se ponen una frente a la otra, con su altanería y sus privilegios en franca desventaja. 

Es así como exclaman los cimarrones habitantes de Sopinga frente al avance colonizador:

Los blancos nos rodean por todas partes, tan sólo queda el río para que nos tiremos en él y nos ahoguemos todos, pero pudimos con los godos, pudimos con los tigres, también podremos con los blancos.

Francisco Jaramillo Ochoa cambió totalmente el rumbo del caserío y el destino  del Valle de Risaralda. Don “Pacho”, como lo llamaban sus amigos, abrió el valle al progreso  y poco a poco, con el costo de muchas vidas tronchadas por el paludismo, la fiebre amarilla y las culebras, Francisco Jaramillo secó ciénagas, espantó  los bichos y abrió nuevas haciendas.

La siguiente lista relaciona el nombre de las haciendas y sus propietarios entre los años 1900-1930, como las primeras empresas. 
NOMBRE DE LA HACIENDA Y PROPIETARIOS
La Helena (Donde termina el valle Geográfico de río Cauca). Esta hacienda corresponde a varias mejoras del antiguo Sopinga compradas por don Francisco
Jaramillo Ochoa para la ampliación del Pueblo La Virginia.
Juan de Dios Mejía
Balsillas
Francisco Marulanda (Luego de los hijos de Roberto
 Marulanda)
El Bosque
Lisímaco Orozco
Yarumal y Apía
Sociedad de Francisco Jamillo y Alberto Arango Zea
La Suiza y La Soledad
Alberto Arango Zea
El Danubio y Remolino
Francisco Serrano
La Cecilia y Sajonia, Ceilán y la Adelina
Carlos Pinzón y Salazar Hermanos.
Samaria
Pablo Emilio Salazar
Asia
Pedro Henao
San Luis
Nacianceno Uribe
Barcelona y La X
Luis Robledo e Hijos
Santa Teresa
Obdulio Toro (Luego de Soledad Ochoa, hijos y nietos)
Mokatán y El Sena
José Paz Botero y Constan tino Gutiérrez (más tarde
 propiedad de Francisco Jaramillo Ochoa).
Pozo Rubio
Francisco Jaramillo Ochoa (Después fue adquirida
 por Eleuterio Serna y Marcos Gómez).
El Rhin
Obdulio Toro (Después fue adquirida por Pascual y
 Emilio Uribe, más tarde por Eleuterio Serna).
La Carlota y Lusitania
Carlos García.
Guayabal
Juan Martín García.
Portobelo
Francisco Jaramillo Ochoa (Más tarde en poder de sus hijos y nietos)
La Gironda
Aparicio Ángel.
Cuba
Lázaro Ángel (Después fue adquirida por Francisco
 Jaramillo)
El Parnaso
Pablo y Aníbal Ochoa.
Palo Gordo
Eliseo Paniagua.
Cruces
Ramón y Andrés Yepes
La Mancha
Carlos Gómez.
Sabaletas, La Prima y La María
Joaquín Emilio Botero y Francisco Jaramillo.
Calabazas, Bautista y El Indio
Sociedad de Alfonso Jaramillo G., Germán Vélez y Francisco Jaramillo Ochoa
Galias
Alfonso Jaramillo G.
Calabazas y El Canadá
Concha Vélez (Posteriormente de Nepomucen Vallejo)
Bengala
Francisco Jaramillo Ochoa
Bohíos y Guabinas
Francisco Jaramillo Ochoa (Parte de Portobelo).
Cañaveral del Carmen, o Carmen de Dosquebradas
Más de 80 mejoras en poder de los hijos de Gilberto Jaramillo Montoya
Portobelo (Con su casa fundadora)
José Jaramillo M. e hijos.

Como lo registra un archivo de Francisco Jaramillo Ochoa, en octubre de 1906 se reunieron en la hacienda Portobelo, en La Virginia, los siguientes empresarios, vinculados a Manizales, interesados en desarrollar el nuevo departamento de Caldas: Francisco Jaramillo Ochoa, Carlos Pinzón, Sinforoso Ocampo y Nepomuceno Mejía, entre otros. La reunión estuvo presidida, o animada, por el obispo Gregorio Nacianceno Hoyos; todos estuvieron de acuerdo en presionar al Gobierno Nacional para que se le agregaran al departamento de Caldas “nuevas porciones del territorio del Tolima y de la Intendencia Nacional del Chocó, para buscar el río Magdalena y el Océano Pacífico”. Se aprobó realizar nuevas reuniones en Manizales, con la familia Gutiérrez Arango, con los comerciantes cafeteros y con los empresarios, para orientar el nuevo departamento.

Al leer la obra Risaralda de Bernardo Arias Trujillo, recuerda uno a Francisco Jaramillo Ochoa, como un astuto negociante haciéndose a miles de hectáreas con prebendas del Estado y el comercio de café por el río Cauca de La Virginia a Cali, mientras desalojaba los negros fundadores de mejoras, ensanchando sus ganaderías.
Don Pacho le arrebató el Valle de Risaralda a los ciempiés y a las alimañas  y libró al  caserío de La Virginia de la miseria; fue la avanzada de los empresarios acaudalados que desplazaron centenares de familias que desde tiempo inmemorial vegetaban en las orillas del Risaralda y el Cauca.  Francisco Jaramillo compró y desalojó, y en la lucha del hacha con el papel sellado tuvo todas las de ganar porque tenía poder, dinero y las autoridades  a sus órdenes.
Los arrieros no respetaron las cercas de las haciendas y continuaron transitando por los caminos trillados por las recuas; y cuando Francisco Jaramillo quiso controlar los cerdos que le dañaban los cultivos, los labriegos entraron por las noches a los potreros y le desjarretaron muchas reses.

La Virginia fue erigido como corregimiento del municipio de Belalcázar, antiguo Gran Caldas mediante el Acuerdo No. 1 del 22 de enero de 1906 dado por el Concejo Municipal de ese municipio y ratificada en la misma con Decreto 82 de Febrero 5 de 1943 en su organización fiscal y económica. Su vida como municipio del departamento de Caldas se inició con la ordenanza No 57 de la Asamblea Departamental de Caldas el 28 de noviembre de 1959. El primero de diciembre de 1966 nació el departamento de Risaralda al cual se integró el Municipio de La Virginia. Más adelante pasaría a convertirse en Municipio del nuevo Departamento de Risaralda que con un fuerte movimiento político, se desprende política, económica, y administrativamente de lo que se llamaba el Viejo Caldas.

Elemento éste que se profundizó en las mezclas interétnicas de su población, las migraciones permanentes de afrodescendientes del Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Chocó, Santa Cecilia, Caldas, Antioquia, entre otros; la influencia económica y la atracción migracional que generó la creación del Ingenio Risaralda y en estos momentos el desplazamiento forzado por el conflicto armado en territorios de Comunidades Negras que se ha visto obligada a asentarse en los tradicionales barrios de predominancia, poblacional negra, Pío XII, Alfonso López Pumarejo, El Progreso, El Azufral y en Caimalito, frontera con el Municipio de Pereira.
En la actualidad, el Área Urbana tiene un total de treinta y tres (33) barrios que conforman el territorio del Municipio:
NOMBRE DE LOS BARRIOS
Alfonso López
El Progreso
Pedro Pablo Bello
Bavaría
Fernando Tangarife # 1
Pío XII
Balsillas
Fernando Tangarife # 2
Restrepo
Buenos Aires
La Magdalena
San Antonio
Byron Gaviria
La Playa
San Carlos
Ciudadela Portobello
Las Américas
San Cayetano
El Centro
Los Almendros
San Fernando
El Ciprés
Los Gavilanes
Santa Fe
El Edén
Los Libertadores
Siete de Enero
El Jardín
Luis Carlos Galán
Sigfredo Zuleta
El Prado
Obrero
Zona de Expansión Norte

Mientras que en Zona Rural, está compuesto por dos (2) veredas:
NOMBRE DE LAS VEREDAS
El Aguacate
La Palma

La vereda El Aguacate fue fundada por José María Alzate, Felix Alzate y Osorio. Es de aclarar que antes de los fundadores fue habitado por indígenas, al parecer Quimbayas, estos fueron quiénes le dieron el nombre del Aguacate, ya que se ubicaron en un palo donde había un palo inmenso de aguacate. Los primeros cultivos con los que empezaron los fundadores fueron de caña, maíz, arroz y plátano. Los fundadores vinieron de Antioquia, Quindío y Caldas.
Las historias de transformación de las veredas se ha condicionado a la tenencia de la tierra, esta ha variado de pequeños a grandes latifundios, debido a que la población vendió sus pequeños predios a terratenientes. En consecuencia la oferta laboral ha disminuido y el uso del suelo ha variado de café, plátano, cacao y árboles frutales en las laderas de la vereda El Aguacate a pastos para ganadería.

Su desarrollo comercial se inicia con la construcción del puente Bernardo Arango sobre el río Cauca, con el cual se mejora la comunicación vial con Pereira y Cartago, extinguiéndose el transporte fluvial. En un principio su economía se basó en los cultivos de plátano, yuca y maíz, actividades que fueron desplazadas por el cultivo de café, renglón que se fortaleció con la aparición de tres trilladoras. La Royal, Montoya & Trujillo y la Compañía Cafetera de Manizales importantes generadoras de empleo.
Su proximidad con el municipio de Pereira, genera un sinnúmero de relaciones económica, sociales, políticas y culturales que sirvieron de base para que, en 1991 se lograra su ingreso al Área Metropolitana Centro Occidente, (AMCO) conformada actualmente por los municipios de Pereira Dosquebradas y La Virginia.

Su territorio se encuentra en medio de dos fallas geológicas de gran extensión y cercanas al casco urbano: La falla Anserma Nuevo localizada al Occidente del Municipio aproximadamente a 6 kilómetros y la falla Quebradanueva a 4 kilómetros al oriente.
Su hidrografía la conforman los ríos Cauca y Risaralda, y las quebradas Mina Rica y El Guásimo. Estos componentes hidrográficos además de servir como límites con otros Municipios son importantes en el desarrollo económico de La Virginia ya que son incorporados y utilizados en la irrigación de las tierras aptas para la agricultura y la ganadería, en la industria extractiva de arena y en el aprovechamiento de los recursos turísticos.

El Parque Municipal Natural Guásimo, se ubica en uno de los ecosistemas más amenazados a nivel mundial y que solo está presente en tres países en el mundo. En Colombia solo se ubica en tres lugares y en el mundo en siete. Nosotros somos uno de ellos. Se han venido realizando trabajos de investigación, que soportan la relevancia ambiental de ecosistemas presentes, como el bosque húmedo transicional a bosque seco tropical; la importancia de su conservación y manejo por los servicios ambientales que aporta y las posibilidades ofertadas para la sociedad de La Virginia, como única fuente propia con la capacidad de suministro de agua para consumo humano presente y futuro, su diversidad biológica y potencial ecoturístico.
Definido como área de uso múltiple, que además de los servicios ambientales que presta, conserva una muestra representativa de los ecosistemas y de la flora y la fauna municipal.

Tradicionalmente han sido fuente generadora de empleo informal (areneros), debido a la extracción de diferentes variedades de material de arrastre como son: arena, gravilla, base y sub-base.
Para muchos de los turistas, es todo un espectáculo observar a los areneros cuando se sumergen en el río a puro pulmón y mantienen la respiración, con un balde extraen arena y balastro hasta llenar la canoa;
luego en la orilla del rio se hace el descargue de forma manual por paladas que son arrumadas en montañas para la respectiva venta. El rio es un importante afluente y riqueza natural con que cuenta el municipio de La Virginia.

Recientemente se instaló el monumento a los Areneros para la admiración pública, como reconocimiento a la labor desempeñada por este grupo de personas que luchan día a día y hacen parte integral del desarrollo económico de La Virginia. 

"Entre tinto y tinto tomo nota
sobre tanto que escucho y
dejo que mi imaginación reconstruya
la historia de mi pueblo"

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