Son especialmente
ricas en vitamina C las grosellas negras y las rojas, que tienen cantidades
mayores que algunos cítricos. En general, las bayas silvestres son buena fuente
de fibra; que mejora el tránsito intestinal, y de potasio, hierro y calcio
(estos dos últimos de peor aprovechamiento que los procedentes de alimentos de origen
animal), taninos de acción astringente y de diversos ácidos orgánicos. Sin
embargo, lo que en realidad caracteriza a estas frutas es su abundancia de
pigmentos naturales (antocianos y carotenoides) de acción antioxidante.
En la alimentación
humana, este tipo de frutas constituyen una de las fuentes más importantes de
antocianos, que les confieren su color característico y que están junto con
ácidos orgánicos tales como el ácido oxálico o el ácido málico, responsables
también de su sabor.
La vitamina C tiene
acción antioxidante, al igual que los antocianos y carotenoides. Dicha vitamina
interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y
favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las
infecciones. El potasio es necesario para la transmisión y generación del
impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el
equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
Los antocianos y
carotenoides son abundantes en la composición de todas estas frutas del bosque.
Desde el punto de vista bioquímico se caracterizan por poseer una elevada
actividad antioxidante; neutralizan la acción de los radicales libres que son
nocivos para el organismo. Estas propiedades pueden dar lugar a efectos
fisiológicos muy diversos; efectos antiinflamatorios y acción antibacteriana de
los antocianos, entre otros.
La ingesta dietética
de estas sustancias potencia nuestro sistema inmunológico o de defensas del
organismo y contribuye a reducir el riesgo de enfermedades degenerativas,
cardiovasculares e incluso del cáncer.
Asimismo, la vitamina C tiene la
capacidad de favorecer la absorción del hierro de los alimentos, por lo que
mejora o previene la anemia ferropénica. Existen ciertas situaciones vitales en
los seres humanos, donde las necesidades orgánicas de vitamina C están
aumentadas, como embarazo, lactancia, tabaquismo, empleo de ciertos
medicamentos, estrés y defensas disminuidas, práctica deportiva intensa,
cáncer, Sida y enfermedades inflamatorias crónicas. En dichas situaciones, el
consumo de bayas silvestres ricas en vitamina C está especialmente indicado.
La fibra es un
componente muy abundante en estas frutas, por lo que su consumo habitual
durante los meses en los que abundan puede resultar un remedio para tratar el
estreñimiento y la atonía intestinal.
Los frutos cuando aún
están verdes, son ricos en taninos, que les confiere esa sensación de aspereza en
el paladar y resultan astringentes y refrescantes, pero una vez alcanzan su
completa madurez, los taninos disminuyen y las frutas adquieren propiedades laxantes,
tónicas y depurativas.
Particularmente, los
arándanos son ideales para combatir infecciones y para mejorar la circulación
periférica. El jugo de arándanos de la variedad roja, ejerce una sorprendente
acción antiséptica y antibiótica sobre los gérmenes causantes de las
infecciones urinarias, especialmente sobre la Escherichia Coli. En caso de cistitis,
se recomienda la toma de un vaso grande lleno de unos 300 mililitros de jugo
fresco diario, durante uno a tres meses, como tratamiento y profilaxis.
Además, los arándanos
contienen ácido quínico, sustancia que se elimina y acidifica la orina, de modo
que evita que se formen cálculos o litiasis renal de fosfato cálcico, no de
otro tipo de cálculos.
Al elegir este tipo
de frutas es conveniente fijarse en su color, ha de ser brillante e intenso.
Deben encontrarse firmes al tacto y secas, ya que las blandas y húmedas se
estropean antes. Se suelen deteriorar por deshidratación, rajado de los
pequeños granos que las forman o enmohecimiento. Normalmente el aroma
acompaña al aspecto del alimento y suelen ser frutas muy perfumadas.
No se deben adquirir
los frutos que no estén maduros pensando que ya madurarán en casa, ya que esto
no sucederá. Tampoco es conveniente adquirirlos demasiado maduros ya que
pierden su jugo.
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